Un artículo de 2001 de Herbert Mujica Rojas da cuenta de las andanzas del nuevo ministro de Energía y Minas en perjuicio del a refinería La Pampilla.
Leamos:
¡Buen provecho, señor Jaime Quijandría!
http://www.voltairenet.org/article181440.html?var_mode=recalcul
por Herbert Mujica Rojas; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Liberación, 27-7-2001
El 24 de setiembre de 1990, por Resolución Suprema No. 022-90-EM/VME y “previo informe favorable del Ministerio de Economía y Finanzas”, se resolvió: “Artículo 1.- Aprobar las Bases de Licitación Pública internacional, Llave en Mano con Financiación LIP-PIN-002-89, para la contratación de los Servicios de Ingeniería, Suministro de Bienes, Construcción Civil y Montaje, puesta en Marcha del Proyecto “Nuevas Unidades de Conversión para la Refinería de La Pampilla”. Artículo 2.- Autorizar a la Empresa Petróleos del Perú S.A.- a concertar las operaciones de financiamiento que se deriven de la licitación a que se refiere el Artículo 1.- de la presente Resolución, las que serán oportunamente aprobadas de acuerdo a la legislación vigente sobre el endeudamiento.” Firman el documento: Alberto Fujimori Fujimori, presidente, Juan Francisco Hurtado Miller, presidente del Consejo de Ministros, y Fernando Sánchez Alvabera, ministro de Energía y Minas.
Como es obvio, esta resolución de Estado fue tirada al tacho, lugar al que van todos los grandes proyectos de desarrollo del Perú desde hace 180 años. ¿Quiénes fueron los responsables de que esto ocurriera? Nada más y nada menos que el directorio de Petroperú S.A. ¿Quiénes lo integraban?: Jaime Quijandría Salmón como gerente general, Eleodoro Mayorga y el gerente de producción industrial, Antonio Cueto D., el primero voceado ministro de Energía y Minas, y el último, factor fundamental para retrasar, escamotear y boicotear cualquier posibilidad de que el Perú hiciera negocios limpios con su petróleo.
¿Qué le ha costado al país esta parálisis tan rara? Simplemente que a enero-diciembre del 2000, la balanza comercial de petróleos y derivados sea deficitaria en el orden de US$ 604,550 millones de dólares. Como el tema no ha revertido su tendencia al rojo, hoy debemos estar en una cifra mucho mayor.
¿Cuál es la madre del cordero? Con las nuevas unidades de conversión los residuales de petróleo habrían sido usados como materia prima y por procesos catalíticos se transformaban éstos en productos de alto valor agregado, como gases licuados y gasolina de alto octanaje.
Hasta entonces se gastaban millones de dólares en la importación de plomo tetraetílico (TEL) para aumentar el octanaje de la gasolina: y se compraba a la Occidental su petróleo crudo y caro que tenía un alto rendimiento de residuales. Cuando los tanques se llenaban por falta de demanda interna, los residuales eran exportados a Aruba por precios marginales. Cuando llegaba el invierno a los Estados Unidos, estos mismos residuales eran vendidos por Aruba a este país por precios multiplicados por diez o veinte. Como se verá, había dos negociados muy claros en la Refinería La Pampilla e intereses creados a quienes afectaba la implementación de unidades nuevas.
Sin embargo, el asunto es mucho más viejo. En una fecha tan lejana como el 23 de agosto de 1982, se dice en la Resolución No. 030-82-EM/VM en uno de sus acápites lo siguiente: “Que estando a lo informado por los órganos técnicos de Petróleos del Perú S.A., existen circunstancias que demuestran que la demora en la ejecución del Diseño Básico referido en el considerando anterior, ocasionaría perjuicios económicos a Petroperú…. Que por las razones expuestas en los considerandos precedentes, resulta de urgencia para el interés nacional la inmediata contratación de los servicios para la realización del Diseño Básico de la Unidad de Craqueo Catalítico y Unidades Conexas para la Refinería La Pampilla, por lo que procede exceptuar por esta vez a Petroperú S.A., del límite fijado en su Reglamento para concursos de precios”, se decretó en artículo único: “Exceptúase por esta vez a Petroperú S.A., del monto límite para concertación de Servicios mediante concurso de precios, autorizándole a contratar la realización del Diseño Básico de la Unidad de Craqueo Catalítico y Unidades Conexas de Refinería La Pampilla con el postor que presentó la propuesta más conveniente en el concurso llevado a cabo, la firma Universal Oil Products (UOP) Process Division”. Firman: Fernando Belaunde, presidente, Fernando Montero Aramburú, ministro de Energía y Minas.
Quiere decir que casi una década antes, el gobierno de Belaunde ya había entendido la importancia de repotenciar La Pampilla. ¿Qué ocurrió para que esto no se llevara a cabo? La administración de Petroperú de entonces, contrató como asesora para el estudio del “orden de prioridades de proyectos” a la empresa Arthur D’Little. Pero esta empresa asesoraba también por rara coincidencia a Petromin, ente estatal petrolero, equivalente a Petroperú, de Saudi Arabia. ¡Lo trágico es que en el gobierno de Belaunde no se hizo nada! ¿Y quién fue el ministro inicial e importante de Energía y Minas, autor de la política energética de esa época?: Pedro Pablo Kuczynski. Apenas si se concluyó con la construcción de Refinería Iquitos, iniciada por el gobierno militar de Juan Velasco, y la inauguración se hizo a marcha forzada porque PPK ya se iba y debía entregar la obra para que Belaunde la anunciara públicamente.
Lamentablemente durante el régimen aprista no se hizo nada por la ejecución del proyecto. El desmadre político terminó de tronchar cualquier esperanza de impulsar una visión de horizonte largo y rentable. Fue un lustro perdido en materia energética.
¿Y qué pasó durante el régimen delincuencial de Fujimori? Aparte de la resolución de que hemos dado cuenta: ¡sólo mentiras y evasivas descaradas! El señor Jorge Kawamura Antich, presidente del Directorio de Petroperú S.A., contestó que los proyectos no se habían llevado a cabo por falta de resoluciones supremas, hecho que es contradicho documentalmente en esta nota. Estos documentos firmados por Kawamura son los que llevan la codificación SECR-078-2000 y SEC-079-2000. ¡Qué infamia! ¿Querría decir que los ministros son los únicos con licencia para mentir y, por qué no decirlo, seguir medrando a través de ganancias ocultas en negocios muy bien montados?
Nótese la reiteración de nombres y siempre vinculados a exabruptos en el tema petrolero y energético: Pedro Pablo Kuczynki y Jaime Quijandría Salmón. El primero ministro de Economía y el segundo voceado para Energía y Minas. ¿Es que en el Perú no aprendemos de nuestros yerros y estamos condenados a parecer un país de imbéciles sumamente testarudos? ¿No era que una sola vez capan al gato?
¿Los negociados del TEL y de los crudos, son más importantes para unos pocos inescrupulosos que la política energética del Perú? Es evidente que estos intereses fueron los que desalentaron y se rieron de resoluciones presidenciales que alentaban la instalación de nuevas unidades para La Pampilla. Con Jaime Quijandría al frente de Petroperú, comienza el desmantelamiento de esta empresa estatal productora de gran parte del presupuesto nacional. ¿No es acaso infame que vuelva a tener un puesto de poder pero aún más arriba como ministro?
La tragedia es que La Pampilla, regalada por 180 millones de dólares a Repsol, firma española, llevó a cabo procesos similares a los propuestos y ha multiplicado sus ingresos en cantidades aún no calculadas. ¿Por causa de qué los peruanos que estuvieron a cargo de la política energética permitieron que esta barbaridad ocurriese? Sólo el terreno sobre el que se asienta La Pampilla vale cinco veces el precio de venta pactada con los hispanos. Y si ellos pudieron elevar la productividad, ¿por qué no lo hizo Petroperú?
¿Es la patria un filón que se puede vender a gusto de los fenicios que llegan episódicamente a puestos de alto mando? La patria no se vende, la patria se defiende.
¡Buen provecho, señor Jaime Quijandría!
Artículo relacionado