Herbert Mujica Rojas

En ocho estaciones de servicio grifos ubicadas entre los kms. 17 y 25 de la Panamericana Sur, se expende gasolina en aproximadamente 40% menos que en cualquier otro distrito de Lima. Entonces, podríase pensar que esos negocios tienen dueños chiflados o tontos. Más bien, por fuerza hay que concluir que a pesar de esos montos, hacen negocios con márgenes muy razonables.

precios combustibles

 

En El Comercio apareció, días atrás, la siguiente información: ¿Cuál es la zona de Lima con la gasolina más barata y por qué? http://elcomercio.pe/economia/peru/cual-zona-lima-gasolina-mas-barata-y-que-noticia-1922276 y aludía específicamente a Breña, Jesús María y el Centro de Lima. La nota a cargo del colega Alfredo Luna Victoria Vereau, no da cuenta del segmento aludido en el primer párrafo.

 

Importante decir que la fuente es Osinerg y vía su Registro de Precios de Gasolina y Diesel en Estaciones de Servicio y Grifos formales.

Si invertimos la figura es probable una interpretación algo más sensible: ¡los precios de las gasolinas en el 90% de Lima son monstruosos!

¿Por qué los grifos entre los kms. 17 y 25 de la Panamericana Sur pueden vender a 40% menos que en el resto de Lima? Que se sepa ellos carecen de otro suministro de combustible que no sea el que los otros grifos también usan. El flete es el mismo, los camiones de igual formato.

Prueba al canto y se puede comprobar en factura que guardo celosamente: el galón de 95 cuesta S/ 13.61 – 9.65 (Lima-Sur)= S/ 3.96. Si el vehículo adquirió 21.66 galones, podría haberse ahorrado, S/ 85.77 si compraba en Lima-Sur y si multiplicamos por 4 semanas, eso da= S/ 343 soles menos de gasto mensual.

Entonces ¿cómo puede entenderse que Osinerg en su reporte ni siquiera se tome la molestia de señalar lo que puede comprobarse en las fotos adjuntas sin caer en un olvido más o menos censurable?

El usuario está en capacidad de argumentar que el festival de gasolina es absolutamente injusto y que se carga sobre sus espaldas costos, sobrecostos y precios abusivos que no se condicen con la realidad que demuestra que con 40% menos de precio, aún así, los griferos siguen obteniendo márgenes civilizados.

¿Libre mercado? Muy conocida la sentencia pero me temo que eso no es suficiente para manejar una situación que hemos comprobado y que tiene todos los visos de un gran escándalo y, peor aún, una concertación para mantener precios inflados artificialmente.

¿No es que ha crecido el parque automotor en Lima? Es decir, si hay más vehículos y todos usan gasolina o en su mayoría la demanda es obviamente superior. El criterio de Lima-Sur pareciera ser por cantidad y no por unidad. El usuario sale favorecido y el grifero siempre tiene rédito.

¿Cuánto ganan con los precios actuales, los del resto de Lima? Este negocio es un filón millonario de ingresos. ¿O no?

¿Quién nos aclara esta situación?

¿No hay quién defienda al usuario automovilista contra el complot armado por grifos que debieran cobrar 40% menos?

De repente, puede ser, estamos diciendo inexactitudes. Pero ya es hora que nos limpien de sospechas el panorama. Y si las exposiciones son mediocres o insuficientes, habrá que llevar el tema a otras instancias, comenzando con el Congreso, una de cuyos deberes, consiste en proteger a la persona humana y el derecho a vivir libres de estafas organizadas por conglomerados que saben explotar el silencio de los involucrados en este zafarrancho.

Y tal parece que las principales redes de grifos siguen siendo Repsol, Pecsa, Primax y Petroperú. No pocas, por no decir todas, han instalado tiendas de conveniencia donde se encuentra desde una gaseosa o agua mineral hasta carbón pasando por whisky o refrigerios a costos más bien altos. El parecer está generalizado: si se compró combustible a menos precio ¿por qué no pagar caro si hemos ahorrado en el principal? (consumidor dixit).

¿Qué grupo político reivindica la circunstancia e investiga a fondo el desmadre?