Alfredo Palacios Dongo
Nuestra producción petrolera decayó desde 196 mil barriles de petróleo por día (196 mbd) en 1980, a 100 mbd a fines de los 90 y hasta 40 mbd el 2016, producción que no representa ni 40% de la meta del Plan Estratégico Nacional del Ministerio de Energía y Minas 2014-2025 (103 mbd al 2016). Nuestra demanda interna aumentó de 146 mbd (en 1997) hasta casi 250 mbd actualmente, obligándonos a importar más de 200 mbd a Ecuador y Nigeria, entre otros países. La reducida inversión en exploración, situación que no fue debidamente prevista por los últimos gobiernos, ha sido recortada por las compañías debido a los bajos precios del petróleo, ocasionando mínima explotación y limitada producción.
Las inversiones de US$ 1,480 millones el 2008 se redujeron a US$ 350 millones el 2016, hace 10 años teníamos 108 contratos (84 vigentes y 24 suscritos) y actualmente solo 51 vigentes y ningún suscrito, de 186 perforaciones de pozos (7 exploratorios) pasamos actualmente a solo 44 en desarrollo (ningún exploratorio). Los ingresos para el Estado entre 2013 y 2016 cayeron de US$ 2,020 millones a US$ 663 millones y para distribución del canon petrolero se redujeron de US$ 3,030 millones a US$ 1,280 millones.
El Oleoducto Nor Peruano se encuentra desde hace un año fuera de servicio por roturas de tubos debido a su mal mantenimiento ocasionando 60 derrames los últimos 15 años agravando aún más el problema porque la producción del lote 192 en Andoas, Loreto, se encuentra paralizada (última producción 4 mbd), y también el lote 67 (2 mpd). Por su parte, Petroperú, en mala situación y en reorganización desde diciembre pasado cerró el 2016 con menor rentabilidad financiera y en ventas. Y por último, la realidad de las cifras del sector cuestiona la rentabilidad de la modernización de la Refinería de Talara (inversión de US$ 4,800 millones), pero según el presidente de Petroperú, seguirá “si o si” porque ya está muy avanzada.
Bajo este panorama nuestra cruda realidad petrolera confirma lo que en octubre pasado manifestó el ministro de Energía y Minas Gonzalo Tamayo: “peor no puede estar”, y hasta informó la creación de un viceministerio de Hidrocarburos que aún no se concreta. La actual situación obliga a promover competitivamente inversiones para exploración y explotación de nuestro gran potencial petrolero de 1.4 mil millones de barriles de reservas.
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