Dice expresidente de la comisión de Energía y Minas del Congreso.
Por Ramiro Angulo
El legislador de Acción Popular (AP) y expresidente de la Comisión de Energía y Minas del Congreso, Armando Villanueva, conversó con diario UNO sobre el movido mercado de la electricidad y sobre los desafíos que tiene el país para lograr un adecuado uso de nuestra energía.
Entre otras cosas, nos da su opinión sobre la paradoja del Estado que cuenta con gran capacidad para generar energía y poco mercado para venderla así como de las consecuencias que esto está generando en diversos sectores, particularmente en el de los consumidores domésticos.
Sobre la guerra de precios en la que han entrado algunas generadoras de electricidad, de los bajos precios que algunos privados pagan para comprar energía y sobre el proyecto de ley N.° 621, de su autoría, que plantea una mayor participación de las energías renovables para generar electricidad con el objetivo de alcanzar las metas del Acuerdo de París.
Para Villanueva los contratos de algunas generadoras de electricidad deberían ser reajustados
—¿La gran capacidad que tiene el Perú para generar electricidad se está aprovechando como se debería?
—El Perú tiene una capacidad instalada que supera los 12,000 MW que están distribuidos en generadoras hidroeléctricas que suman más del 40%, en termoeléctricas que generan el 57% y en renovables que suman un promedio de 2.8%. La demanda de energía al 2016 no suma más de 6.492 MW es decir que casi el 50% de la energía estaría subaprovechada y con el estancamiento de la economía seguiremos teniendo infraestructura energética sobredimensionada. Además estamos hablando de una capacidad instalada no muy sana porque ese 57% que quema hidrocarburos genera los llamados Gases de Efecto Invernadero (GEI), muy dañinos para el medio ambiente.
—Cerca del 50% de la electricidad se hace en base a gas, ¿por qué tendría que empezar a generarse más electricidad con otras fuentes?
—Porque tenemos una importante potencialidad de generación sostenible y para evitar los GEI tal y como rezan los compromisos de París (COP 20). El planeta recurrentemente nos muestra sus enojos, lo acontecido en el norte del país es una muestra, el huracán Irma es otra, obviamente, tenemos que hacernos parte del proceso de cambio climático con el objetivo de no aumentar más allá de 1.5 grados la temperatura al 2050.
—¿En qué consiste el proyecto de ley N° 621 que usted presentó en la legislatura pasada?
—Es un proyecto que busca afianzar al país en el propósito mundial de contribución con el planeta. Al 2008 se trabajó un proyecto para que al 2013 el país pueda alcanzar un promedio de 5% de participación de las energías renovables. En el 2013 debió hacerse esta revisión pero no se hizo. Al 2017 las renovables no alcanzan el 4% de capacidad instalada entonces hay que hacer los ajustes correspondientes. Lo que plantea el proyecto es que recuperemos el ritmo perdido para llegar al 20% de renovables al 2030 y contar con esta alternativa que permitirá la no generación de GEI y cumplir con el compromiso adquirido en el acuerdo sobre el cambio climático de París adoptado en diciembre del 2015.
—¿Promover medidas para un mayor uso de energías renovables no le corresponde al Ejecutivo?
—Le corresponde, pero el Legislativo tiene que ir controlando y ver si estos acuerdos y normas se van cumpliendo. Es el Ejecutivo el que no ha hecho la revisión correspondiente pero, ¿cuál es la obligación del Legislativo?, controlar, fiscalizar y decirle al Ejecutivo que se ha quedado y que hay que fijarnos una meta común como Estado para recuperar el ritmo en la consecución de ese objetivo con el acuerdo de París.
—Por un lado se pide el incremento de energías renovables pero, por otro, se critica que en nuestras tarifas eléctricas exista el concepto Recursos Energéticos Renovables (RER) ¿este concepto que pagamos todos debería ser eliminado?
—Ese concepto se concibió como un fondo de compensación, como un subsidio a las energías renovables por lo costosas que eran, sin embargo, en la última subasta de renovables de febrero del 2016 se ha visto una mejora sustancial en cuanto a precios. El precio promedio de los proyectos eólicos fue de 38 dólares por megavatio/hora (MW/H) frente a los 80 dólares que se registró en la subasta anterior, así mismo, los proyectos solares tuvieron un precio promedio de 48 dólares MW/H frente a los 221 dólares MW/H de subastas anteriores.
—¿Cree que ese concepto debe ser eliminado?
—Como refería las RER ya son competitivas y deben sincerarse los precios exceptuando el pago por ese concepto.
—¿Si hay tanta capacidad para generar electricidad por qué no hay mercados suficientes para que todas las empresas —generadoras— puedan vender la energía que producen?
—Es algo que tendría que explicar el Estado, pero sucede que las proyecciones eléctricas se hicieron en un momento en que la economía crecía a un 6% o 12% pero la economía cayó y encima sufrimos la corrupción que en el caso de Odebrecht ha comprometido el 0.7% de crecimiento para el 2017, lo ocurrido en el norte con 1% más y hoy tenemos una proyección que se ha reducido en 2% al punto que no superaremos el 2.7%. Son estos hechos los que determinaron que esta capacidad instalada se diera y ahora no se corresponde con la demanda que se ha retraído.
Las distorsiones del mercado eléctrico afectan a los privados pero sobre todo a los consumidores domésticos.
Guerra de precios
—¿Estas distorsiones pueden solucionarse porque entiendo que las generadoras que pueden vender electricidad son poca y que hay un grupo que no puede hacerlo?
—Hoy día hay una guerra entre las generadoras porque deberían jugar en un mercado libre, pero no es del todo libre, ¿por qué?, porque hay contratos de largo plazo contraídos por el Estado para atraer inversiones capaces de generar la energía que supuestamente íbamos a necesitar. Son contratos de 10 o 20 años que recién se van a cumplir que determinan que ciertas generadoras tengan garantizadas sus ventas de modo tal que la energía que les sobra la vendan en el mercado a cualquier precio, entonces hoy día hablamos de un mercado regulado y un mercado libre y ese mercado regulado está soportado por esos contratos de largo plazo y el mercado libre por los excedentes de generación que terminan vendiéndose en el mercado libre a precios mucho más bajos, el presidente del COES hace meses hablaba de un precio de 10 dólares el KW.
—Es un precio históricamente bajo….
—Es un precio muy bajo en relación al que acceden los regulados. Usted y yo que somos los regulados por Osinergmin, porque somos domiciliados, pagamos el doble o el triple de ese precio dependiendo si uno vive en Cusco o en Lima. En Lima tienen un mejor precio, en provincias tenemos 1.5 veces más ese precio y esa es otra diferencia que seguimos pagando los regulados en favor de las tarifas de energía a la que acceden los libre consumidores, comerciales e industriales que compran a un bajo precio gracias a los contratos de largo plazo que fundamentalmente soportamos los consumidores regulados que somos todos nosotros. Es una distorsión que no tiene ningún sentido. Estoy seguro que esto no ocurre en otro país, es algo que hay que cambiar, ese es un reto, un desafío no solo del Legislativo sino también del Ejecutivo.
—¿De qué manera podría cambiarse esto?
—Hay que ver cómo reajustamos esos contratos. Hoy día ¿cuáles son los precios que más afectan las tarifas eléctricas?, la generación y la comercialización. La comercialización está echada al mercado, pero, la generación y la transmisión tienen precios fijos y la generación gracias a esos contratos de largo plazo hecha en previsión de esa probable demanda de energía se daba por el crecimiento económico.
—¿No reclamarían los privados si se pide la revisión de los contratos?
—Por supuesto, pero este es un mercado en el que todos perdemos, pierde el Estado porque tiene un mercado distorsionado, pierden los generadores porque tienen que verse obligados a vender su energía excedente no contratada en el largo plazo a precios bajos y perdemos los consumidores, el pueblo peruano, que termina subsidiando esa distorsión, ese círculo vicioso que se ha organizado gracias a que el crecimiento económico en función del cual se dieron todos esos contratos y esas previsiones no funcionó, se cayó la economía y entonces los perjudicados somos todos los peruanos y eso no tiene sentido y tiene que resolverse.
—Pero si por ejemplo ellos alegaran que se trata del libre mercado y que es….
—Es que no es libre mercado, es un mercado totalmente distorsionado. Si fuera libre seguramente todas las productoras por la sobrecapacidad tendrían que echar sus precios y el Estado tendría que igualmente comprar para –fundamentalmente- los regulados al mejor precio y entonces usted y yo nos veríamos beneficiados con ese mejor precio. Hoy día ese mercado distorsionado beneficia a los libres quienes pueden comprar y chapar el mejor precio al momento. Ese mejor precio les permite comprar a 2, 3, 4 o 5 veces menos que el precio que usted y yo pagamos en calidad de consumidores domiciliados que en el caso de las provincias terminamos pagando mucho más de lo que le cuesta a los privados.
—¿Desde el Congreso se pueden empezar a tomar acciones para revertir esto?
—Eso es lo que estamos tratando de hacer, pero esa es una labor fundamentalmente del Ejecutivo porque fueron ellos quienes generaron estas distorsiones. Claro, nosotros podemos cambiar las leyes, y estamos en ello; particularmente estoy muy preocupado por el tema viendo cómo es que recibimos las contribuciones de las empresas y las generadoras, las transmisoras y las distribuidoras que en algún momento deberíamos empezar a concertar la solución a esta distorsión que nos hace a todos perdedores, fundamentalmente al Estado y la sociedad.
—Se habla incluso de concertación de precios en este mercado…
—Probablemente, pero, es algo que deben cuidar Osinergmin e Indecopi, principalmente en el mercado libre, porque en el mercado de los domésticos tenemos la tarifa regulada.
—¿Terminar con estas distorsiones del mercado podría contribuir a que el consumidor regulado pague menores tarifas eléctricas?
—Claro y ese es el objetivo, porque no tiene sentido que en un mercado como el que tenemos los regulados subsidiemos la posibilidad de que los libres -por las situaciones que existen- terminen beneficiándose con los precios de la generación marginal que es aprovechada por quienes pueden libremente contratar esa energía a precios bajos.
Nuevas industrias
—Si se usan más renovables y menos gas ¿en qué otras industrias se podría aprovechar ese gas que ya no se usa para la electricidad?
—Las potencialidades del gas obviamente la hemos utilizado en un momento de emergencia. Alguien dijo que generar electricidad con la quema del gas es como prender un cigarrillo con un billete de cien dólares porque la mayor potencialidad del gas está en la industria y obviamente en la petroquímica que es lo que menos hemos aprovechado. Hemos hecho lo inverso, pero eso se explicaba para la emergencia, pero hoy día que tenemos la oportunidad de pensar en el mediano y largo plazo, tenemos doble capacidad instalada, no tenemos emergencia y estamos en la obligación de resolver sí o sí esos dilemas de acá para adelante.
Diario Uno,