Bilbao (España), 25 mar (Sputnik).- El País Vasco ha conseguido situarse como la región industrial por excelencia en el contexto español desde que a finales del siglo XIX comenzaran las extracciones de mineral de hierro en los valles y los montes cercanos a Bilbao, que dieron como consecuencia una pujante industria siderúrgica que se mantuvo activa durante la mayor parte del siglo XX.
 
 

hidrogeno

 

 
Hoy en día, la industria vasca moderna representa el 24,2 por ciento del valor añadido de la región, según el Panorama de la Industria Vasca 2020 elaborado por el Eustat, el Instituto Vasco de Estadística; unos valores similares a los de Alemania (25,8 por ciento) y por encima del conjunto de la Unión Europea (19,6 por ciento) y España (16,2 por ciento).
 
En este contexto, se ha presentado recientemente un ambicioso y estratégico proyecto industrial: el Corredor Vasco del Hidrógeno, una infraestructura con la que se pretende suministrar a la industria vasca de gran tamaño el llamado "hidrógeno verde", una fuente de energía limpia, que no produce CO2 y elimina a los combustibles fósiles de la ecuación necesaria para su consecución.
 
En el proyecto están implicadas 78 organizaciones: ocho organismos públicos, una docena de centros tecnológicos y asociaciones empresariales, y 58 empresas privadas.
 
Al frente de ellas está Petronor, la filial vasca de la petrolera española Repsol, y, según fuentes de la compañía, conllevará la inversión de 1.300 millones de euros hasta el año 2026,  generará más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos y llegará a producir anualmente 20.000 toneladas de hidrógeno, lo que según sus cálculos supondrá alrededor de 1,5 millones toneladas de CO2 menos emitidas a la atmósfera, también anualmente.
 
Hay que decir además que, a pesar de que Petronor es una compañía originalmente petrolera, pretende que su actividad sea neutra en emisiones para 2050: aspiran a fabricar combustibles sintéticos aprovechando como fuente de energía los residuos y el hidrógeno verde, generando de esta manera cero emisiones de CO2 a la atmósfera.
 
LA TUBERÍA
 
La tubería en sí —el corredor— partirá de la refinería de Petronor en la localidad vizcaína de Muskiz, muy próxima al puerto de Bilbao, desde donde suministrará hidrógeno verde para su funcionamiento al futuro y también cercano Parque Tecnológico de Abanto y a las propias instalaciones portuarias del que se considera el principal puerto de mercancías del norte de España.
 
Desde allí, discurrirá por la ría del Nervión, sede de la antigua industria siderúrgica pesada y donde hoy en día sigue habiendo acerías y astilleros, grandes consumidores de energía.
 
El coordinador del proyecto, José Antonio Zudaire, lo explica de esta manera: "Básicamente es un proyecto para crear un ecosistema en torno a la economía del hidrógeno que nos permita avanzar en la descarbonización de los sectores de la energía, industria, residencial y movilidad".
 
Y es que el proyecto va en la línea de la llamada Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo, aprobada por el Gobierno español a principios de marzo, que tiene como objetivo reducir un 90 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2050, si se las compara con las del año 1990.
 
EUROPA VERDE
 
En esta línea van también los objetivos de descarbonización de la Unión Europea, que aspira a las cero emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, la llamada neutralidad climática, un objetivo fijado en el año 2018; pero que en este mes de abril podría adelantar a 2030, con la votación de su nueva Ley Climática europea, un texto legal con el que el continente pretende ponerse a la vanguardia mundial en el cumplimiento de los Acuerdos de París.
 
Uno de los principales actores del sector en España, el presidente de la compañía eléctrica Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se pronunció este mismo martes a favor de este nuevo objetivo europeo.
 
En la inauguración del Clean Energy Summit, Sánchez Galán explicó que "podemos ser emisiones cero neutras en 2030, 20 años antes de lo que propone Europa", lo cual añadió "no solo servirá para luchar contra el cambio climático, sino también para la creación de empleo de alta cualificación".
 
Su compañía, también con sede en el País Vasco, ha presentado 53 proyectos relacionados con el hidrógeno verde al programa Next Generation EU, los famosos fondos de la Unión Europea para recuperar su economía tras la pandemia; una especie de Plan Marshall a la europea, del que España recibirá 150.000 millones de euros.
 
El director global de hidrógeno de esta empresa, Millán García-Tola, explica a Sputnik que "para este mismo año estará operativo en Puertollano el mayor complejo de hidrógeno verde para uso industrial de Europa".
 
Se trata de un proyecto conjunto de Iberdrola y Fertiberia y se ubica allí porque esta última compañía tiene en esta localidad manchega una planta productora de fertilizantes, además también ha ayudado que en este importante polo industrial se localice el Centro Nacional del Hidrógeno.
 
Con una visión más amplia García-Tola destaca que "el hidrógeno verde es una realidad, creemos que es un vector clave para la descarbonización de usos difíciles de electrificar, como es la industria y el transporte pesado, y creemos que podría hacer de España un líder industrial", afirma.
 
Innovación y desarrollo, dos palabras que suenan a cliché pero que constituyen el camino marcado por la economía europea, y consecuentemente la española, para poner las bases de la prosperidad de su futuro. Unas bases que son de color verde. (Sputnik)