El Gobierno alemán debería subir los aranceles al gas importado desde EE. UU. como medida contra un comportamiento agresivo de Washington en torno al proyecto de construcción del gasoducto ruso Nord Stream 2, declaró a Sputnik el diputado alemán del partido Alternativa para Alemania (AfD) Steffen Kotre.
 
 

Steffen Kotre

 

 
"Debido a que el Gobierno alemán se opone solo de palabra a las acciones agresivas de EE. UU. contra el Nord Stream 2, hay un peligro creciente de que el proyecto no se complete", por lo cual "sería políticamente correcto imponer unas medidas de sanción" a Washington, incluido "aumentar los aranceles al gas suministrado de EE. UU.", dijo el también miembro del comité de energía y economía del Bundestag.
 
El presidente de EE. UU., Joe Biden, decidió prescindir este miércoles de las sanciones a la empresa alemana Nord Stream 2 AG y a su director ejecutivo, Matthias Warnig, que supervisan la construcción del gasoducto de gas natural bajo el mar Báltico.
 
Kotre subrayó que "la situación es confusa".
 
"Solo quedan unos pocos kilómetros por construir, todo el mundo lo sabe. No puedo juzgar la profundidad del replanteamiento en la administración de EE. UU. Espero que ese importante proyecto finalmente tenga éxito", afirmó.
 
En cuanto a los intereses nacionales del país norteamericano en garantizar la seguridad energética de la UE, el diputado señaló que "si las amenazas de sanciones de la administración de EEUU fueran realmente dictadas por la preocupación por la seguridad energética de Europa, deberían haber impuesto sanciones al Gobierno alemán hace mucho tiempo".
 
Según el parlamentario, el gobierno de Angela Merkel con su decisión de abandonar simultáneamente la rama del carbón y de la energía nuclear, puso en peligro la seguridad energética de Alemania y Europa.
 
El proyecto Nord Stream 2 "ayuda a mitigar los efectos de esa decisión", destacó el parlamentario.
 
El proyecto Nord Stream 2 tiene por objetivo la puesta en marcha de un gasoducto que transportaría hasta 55.000 millones de metros cúbicos de gas natural por año desde Rusia a Alemania, pasando por las aguas territoriales o las zonas económicas exclusivas de Dinamarca, Finlandia, Alemania, Rusia y Suecia.
 
Se oponen al nuevo gasoducto, cuya construcción está a punto de finalizar, Estados Unidos, que busca vender a Europa el gas natural licuado de sus yacimientos de esquisto, y varios países europeos como Polonia, Letonia y Lituania.
 
 
Con información de Sputnik