Entre el 50 y 90 por ciento de las gasolineras de Gran Bretaña han agotado sus depósitos de combustible y el resto experimenta extensas colas de conductores ansiosos por llenar el depósito de sus vehículos, según datos del sector.
 
 

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La crisis crece desde la semana pasada, cuando la multinacional BP anunció el cierre de un "puñado" de sus gasolineras debido a la falta de conductores para repartir carburante por la totalidad de su red de establecimientos británicos.
 
El Gobierno de Boris Johnson contempla movilizar al Ejército para suplir la carencia de transportistas –que está creando problemas en la economía del país- aunque el ministro de Medio Ambiente, George Eustice, señaló este lunes 27 que la decisión de colocar soldados al volante de los camiones cisterna aún no se ha tomado.
 
"No tenemos planes de momento para traer al Ejército para que conduzca", declaró a los medios británicos.
 
Las Fuerzas Armadas están activas en la retaguardia, facilitando las prácticas y pruebas de conducción de los futuros camioneros bajo un sistema de calificación que se ha relajado en los últimos días para intentar mitigar la crisis.
 
Por otra parte, ante la creciente presión, el Ejecutivo conservador levantó finalmente su veto a la contratación de transportistas europeos, que rige su política de inmigración del postBrexit, y anunció que ofrecerá visados temporales a 5.500 conductores extranjeros.
 
Además, otros 5.000 nacionales europeos tendrán luz verde para trabajar en el sector alimenticio hasta el día de Navidad.
 
El Gobierno de Johnson evita identificar los continuos problemas en la cadena de suministro y la falta de personal en el sector hostelería entre los impactos del Brexit que la pandemia del coronavirus ha agudizado.
 
Eustice culpó, en cambio, a los consumidores de la crisis y el caos derivados de la falta de transportistas cualificados para conducir vehículos pesados.
 
"La causa de los problemas actuales es el episodio de comprar por pánico", dijo el ministro en referencia a los miles de conductores que hacen cola en las estaciones de servicio.
 
El Gobierno y la industria reiteran que "no hay escasez" de carburante en el Reino Unido, sino dificultades en su traslado desde las refinerías a los puntos de venta.
 
El Ejecutivo ha suspendido las leyes habituales de competencia en el sector en un desesperado intento para solventar el problema y asegurar el reparto de combustible a todas las regiones del país. 
 
 
Con información de Sputnik