Jon Cordero
La patronal que agrupa a los grandes consumidores de electricidad en España lo venía avisando: de seguir la escalada de precios, habría paradas y cierres... y comienzan a verse los primeros ajustes en el sector industrial del país.
Según explicó a la agencia Sputnik Luis Díez, secretario general de Industria del sindicato UGT (Unión General de Trabajadores) en la región norteña de Cantabria, "se están haciendo paradas de turnos en Forgings & Castings, en Reinosa, y en la planta de Global, en Santander. De momento sin reducciones de plantilla", aunque añadió que no sería descartable este extremo, de seguir esta situación.
Estas dos plantas suman unos 3.000 trabajadores, según explicó Díez y se añaden a Ferroatlántica, otra siderúrgica de la región que paró uno de sus hornos en la localidad de Guarnizo, que cuenta con unos 150 empleados.
Desde su comité de empresa, Román Fernández (UGT) explicó a Sputnik que tienen detenido uno de sus cuatro hornos "hasta marzo, como muy pronto", declaró.
La medida no ha supuesto mandar a trabajadores a casa, que de momento se emplean en tareas de mantenimiento, dijo.
PRODUCEN NORUEGA Y FRANCIA
Este trabajador añadió que para satisfacer los pedidos conseguidos por la sede española de la compañía se está recurriendo a las plantas de la empresa en Francia y Noruega.
"A estos precios no podemos ser competitivos. En estos países, el kilovatio/hora en la industria está entre 20 y 40 euros. Nosotros tenemos ahora una media de 288 euros con picos de 320. No podemos ser competitivos", señaló Román Fernández, que reclamó además apoyo estatal a la tarifa eléctrica industrial
Este trabajador apuntó, además, que la situación viene arrastrándose desde hace tiempo, "hace un año, con precios de 80 euros estuvimos muy mal; osea que ahora la situación es mucho peor", dijo.
La cuestión fue destacada, incluso, por el carismático presidente de la región, Miguel Ángel Revilla, quien esta semana se mostró preocupado por futuras deslocalizaciones, "el precio astronómico de la energía (...) va a originar problemas muy grandes en las industrias electrointensivas", dijo.
El líder del Ejecutivo regional se refirió en concreto al caso de Ferroatlántica y estimó en cinco millones de euros mensuales más el coste de la energía en la planta de Cantabria, que en la cercana de la misma empresa en Francia.
Paradas similares se están dando además en la vecina región de Asturias, en la planta que Asturiana de Zinc tiene en la localidad de Avilés.
CIERRES EN EL HORIZONTE
Hace unos días, el presidente de la Asociación de Empresas Grandes Consumidoras de Energía (AEGE), José Antonio Jainaga, advertía, en una entrevista con el grupo español de medios Vocento, de "quiebras y cierres en la industria", de no variar el actual escenario de precios.
"Nadie aguanta que la energía te ponga en pérdidas de manera estructural", afirmó este empresario que ponía el ejemplo de la compañía que preside, Sidenor, con plantas en el País Vasco, Cantabria y Cataluña, donde los precios actuales suponen un sobrecoste de producción "de entre cuatro o cinco millones al mes".
El Gobierno español tiene como una de sus prioridades amortiguar la fuerte subida de los precios de la electricidad y para ello anunció el pasado 13 de septiembre un decreto con una batería de medidas que están sobre todo dirigidas al consumidor doméstico, por el fuerte impacto que la cuestión está teniendo en el país.
En cuanto a los grandes consumidores industriales se contemplaba también la obligación de las eléctricas de subastarles energía de hidráulicas y nucleares a su coste real, mucho más barato que el del mix de fijación de precios, actualmente desorbitado por la subida del gas.
Sin embargo, este ambicioso decreto, que debería aprobarse el próximo jueves en las Cortes españolas, podría estar ahora en stand by, hasta ver las medidas que adopta en conjunto la Unión Europea para hacer frente a la crisis energética que afecta a todo el continente.
Es lo que trasciende de los discretos contactos que está manteniendo estos días la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, por separado con las grandes eléctricas; que reaccionaron negativamente a una medida que ponía coto a los millonarios beneficios que están cosechando en los últimos meses.
Habrá que esperar unos días más, por tanto, para ver cómo se resuelve la batalla energética española; que tiene, como se ve, unos pocos ganadores y muchos perjudicados.
Con información de Sputnik