Capitán Eloy Villacrez
Chile y su política de que "la voluntad del vencedor se impone a la del vencido". La Historia es la mejor enseñanza para los pueblos. Durante 130 años, luego de consumada la mutilación territorial (1883), con la entrega incondicional y a perpetuidad de Tarapacá y la retención de Arica y Tacna —bajo administración chilena, con la condición que a los diez años se llevaría a cabo un plebiscito para definir su nacionalidad ya sea peruana o chilena—, tomados como prenda, en caso alguna autoridad desconociera el Tratado de Ancón, un grupo de traidores bajo el patrocinio de Iglesias aceptó entregar Tarapacá, mutilando nuestro ser nacional.
Aparte de ello, utilizando la fuerza se apoderaron de territorios que no estaban contemplados en el Tratado de Ancòn, tal como fue el caso de Tarata, fijando una línea de frontera antojadiza con su claro propósito de acceder al Altiplano, que es una de sus metas geopolíticas y alcanzar de esta manera influencia en el hinterland de esta zona de Sudamérica, para reconvertirla en su apoyo futuro, en búsqueda de un desarrollo sostenido de toda el área conquistada y con miras a seguir avanzando.
Esta es la realidad que los chilenos expresan a viva voz al decir "siempre existirán fronteras entre el Perú y Chile", esto es, que jamás permitirán de buenas maneras ceder una salida soberana a Bolivia, de hacerlo habrían paralizado su expansión económica y posibilidades de desarrollo futuro para su sociedad que día a día se envejece por un crecimiento demográfico inferior al 1%, saben que el Perú al crecer geográficamente 3%, en los próximos diez años seremos el doble en población y habremos superado en PIB a Chile, saben muy bien que en esas condiciones sólo les queda sensualizar y dar prebendas a las altas clases sociales, políticas y a algunos generales y almirantes que destilan un tufo de traición y con apoyo de la prensa "grande", exista un eco a la política del olvido chileno y todo quede como está y puedan controlar los mercados emergentes que el Perú está desarrollando.
Por estas razones de sobrevivencia para Chile —y coludidos con peruanos indignos—, callan el reclamo que por derecho nos corresponde de recuperar Arica y Tarapacá de acuerdo al ordenamiento internacional contemplado en las NN UU en su Resolución 1514 párrafo 6, para los territorios conquistados y que fueron mutilados con tratados firmados con ocupación militar. Por ello al escuchar al Congresista Abugattás reclamar que Arica y Tarapacá vuelvan al seno de la Patria, renace la esperanza de que algunas autoridades actuales y las que sean elegidas en este año y en 2016 repiensen nuestro destino nacional y nuestros derechos.
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