Una cigüeña azul atrae decenas de visitantes diarios a la apacible aldea de Briesen, al sudeste de Berlín.
El ave está anidando sobre una antigua chimenea y despierta la curiosidad de vecinos, ornitólogos y turistas, que no solían llegar hasta el lugar.
El alcalde Manfred Wilke manifestó que la cigüeña ha aumentado los ingresos de los negocios locales y le parece fantástico que el ave esté en su pueblo, "la cigüeña azul es como ganar la lotería", dijo al Morgenpost Online.
Wilke explicó que gracias a la cigüeña hay un nuevo estacionamiento y un restaurante, mientras que otro que fue cerrado el año pasado ha sido reabierto. Y como el ave a veces no está en su nido, los curiosos esperan horas en la terraza o en el pub.
Además, un lote de 500 tarjetas postales que imprimieron con motivo de la cigüeña ya se vendieron y están entusiastas con su festival de 17 de junio, pues ya vendieron muchas entradas a 1,50 euros.
El ornitólogo Wolfgang Mdlow, director regional de la Asociación de Protección de la Naturaleza de Alemania (NABU, por sus siglas en alemán), no explica el color pero cree que podría ser un accidente: "El ave debe haberse teñido de algún modo, nunca había escuchado hasta ahora sobre un caso similar", dijo a DPA.
El director del Centro de Información sobre la Cigüeña Blanca del NABU, Heidrun Faustmann, supone que puede tratarse de una broma y que el color no puede ser un capricho de la naturaleza.