Benedicto XVI no será intimidado por chismes sobre abusos
Ante las publicaciones periodísticas que acusan al mismo Papa de encubrimiento de curas violadores de menores, Benedicto XVI aseguró en el Domingo de Ramos que su fe le dará la fortaleza para no ser intimidado por las murmuraciones.
Ante las publicaciones periodísticas que acusan al mismo Papa de encubrimiento de curas violadores de menores, Benedicto XVI aseguró en el Domingo de Ramos que su fe le dará la fortaleza para no ser intimidado por las murmuraciones.
El Papa declaró sobre los presuntos encubrimientos mientras presidía la liturgia de Semana Santa en la Plaza de San Pedro, con la asistencia de centenares de miles de personas.
La alusión a los escándalos no fue directa, no detalló las acusaciones ni las publicaciones, pero resulto obvio que se refería a ello cuando precisó que la fe en Dios nos conduce "hacia el coraje de no permitir verse intimidado por el chisme mezquino de opinión dominante".
El romano pontífice señaló que el hombre a veces "cae a lo más bajo, a niveles vulgares" y "se sume en el pantano del pecado y la falta de honradez".
Una de las lecturas dominicales de la liturgia demandó a Dios que ayude "a la juventud y a aquellos que trabajan para educarlos y protegerlos". La Radio del Vaticano explicó que ello buscaba "resumir los sentimientos de la Iglesia en este difícil momento en el cual se enfrenta a la plaga de la pederastia".
Presuntos encubrimientos
Tras las acusaciones publicadas por el New York Times sobre un presunto encubrimiento del Vaticano al sacerdote violador de niños sordos, Lawrence Murphy, la Santa Sede informó que no hubo tal encubrimiento porque los religiosos de Estados Unidos recién informaron al Vaticano 20 años después de ocurridos los hechos.
Otro punto es que se alega que el propio Benedicto XVI, antes de ser Papa, cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encubrió a Murphy porque le dirigieron una carta a él. El Vaticano explicó que Murphy cometió sus crímenes en las décadas de 1950 y 1960 y que esa carta fue remitida recién en 1996. Tarcisio Bertone, segundo en autoridad entonces, ordenó un juicio sumario y secreto contra el pederasta, quien apeló directamente al cardenal Joseph Ratzinger, pero para entonces el depravado Murphy estaba a sólo meses de morir de vejez.
"La naturaleza de este problema está obligada a atraer la atención de la prensa y la forma en que la iglesia responda es crucial para su credibilidad moral", dijo el portavoz jefe del Vaticano, padre Federico Lombardi, a Radio Vaticano, quien agregó que aunque sean casos de hace décadas, se debe reparar a las víctimas y restablecer la justicia con humildad y confianza.
La alusión a los escándalos no fue directa, no detalló las acusaciones ni las publicaciones, pero resulto obvio que se refería a ello cuando precisó que la fe en Dios nos conduce "hacia el coraje de no permitir verse intimidado por el chisme mezquino de opinión dominante".
El romano pontífice señaló que el hombre a veces "cae a lo más bajo, a niveles vulgares" y "se sume en el pantano del pecado y la falta de honradez".
Una de las lecturas dominicales de la liturgia demandó a Dios que ayude "a la juventud y a aquellos que trabajan para educarlos y protegerlos". La Radio del Vaticano explicó que ello buscaba "resumir los sentimientos de la Iglesia en este difícil momento en el cual se enfrenta a la plaga de la pederastia".
Presuntos encubrimientos
Tras las acusaciones publicadas por el New York Times sobre un presunto encubrimiento del Vaticano al sacerdote violador de niños sordos, Lawrence Murphy, la Santa Sede informó que no hubo tal encubrimiento porque los religiosos de Estados Unidos recién informaron al Vaticano 20 años después de ocurridos los hechos.
Otro punto es que se alega que el propio Benedicto XVI, antes de ser Papa, cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encubrió a Murphy porque le dirigieron una carta a él. El Vaticano explicó que Murphy cometió sus crímenes en las décadas de 1950 y 1960 y que esa carta fue remitida recién en 1996. Tarcisio Bertone, segundo en autoridad entonces, ordenó un juicio sumario y secreto contra el pederasta, quien apeló directamente al cardenal Joseph Ratzinger, pero para entonces el depravado Murphy estaba a sólo meses de morir de vejez.
"La naturaleza de este problema está obligada a atraer la atención de la prensa y la forma en que la iglesia responda es crucial para su credibilidad moral", dijo el portavoz jefe del Vaticano, padre Federico Lombardi, a Radio Vaticano, quien agregó que aunque sean casos de hace décadas, se debe reparar a las víctimas y restablecer la justicia con humildad y confianza.