El Vaticano defiende al Papa de la carta sobre pederastas

Obispo estadounidense asegura que Juan Pablo II se oponía a echar del sacerdocio a los pederastas


El portavoz del Vaticano Federico Lombardi manifestó que la carta firmada por Joseph Ratzinger en 1985 era solo una de muchas y que lo publicado está sacado fuera de contexto al asegurar que se resistió a retirar del sacerdocio al pederasta en la década de 1980.


La agencia de noticias Associated Press publicó la carta donde Ratzinger escribió que "el bien de la Iglesia universal" debía considerarse cuando se trata de apartar a un sacerdote del sacerdocio.

Lombardi asegura que el sumo pontífice estaba ejerciendo la debida cautela antes de expulsar al religioso y que la carta forma parte de una correspondencia, por lo que no debe ser sacada de contexto.

Hasta el 2001 el Vaticano no manejó directamente las sanciones a los pederastas, pues era responsabilidad total de cada obispo. No es sino hasta el año 2001, tras los escándalos que sacudieron a Estados Unidos, que dichos asuntos pasaron a la jurisdicción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era el cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI.

Desde el 2001 la Congregación para la Doctrina de la Fe revisó estos casos, pero parte de ellos eran hechos ocurridos incluso hacía décadas.

Desde EE. UU. culpan a Juan Pablo II

Un ex obispo de la diócesis de Oakland, que en la década de 1980 escribió al Vaticano para reclamar la expulsión de un cura pederastas, aseguró que el papa Juan Pablo II se oponía en esa época a echar a sacerdotes, señaló el sábado el diario New York Times.

El ex obispo explicó que en esa época la Iglesia se enfrentaba a la partida de muchos sacerdotes, lo cual hizo que el entonces Papa “enlenteciera el proceso” contra los acusados de pedofilia, según el cotidiano.

Según las cartas, el padre Stephen Kiesle había pedido ser expulsado luego de reconocer sus abusos sexuales de menores, pedido enviado al Vaticano por el entonces obispo Cummins en 1981.

El Vaticano respondió que deseaba más información sobre el asunto. Cummins así lo hizo y las envió en febrero de 1982 al cardenal Joseph Ratzinger -hoy papa Benedicto XVI-, entonces jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Pese a las repetidas demandas de la diócesis de Oakland, recién el 6 de noviembre de 1985 Joseph Ratzinger respondió al obispo John Cummings.

En su respuesta, redactada en latín, el cardenal Ratzinger reconoce la “gravedad” de la situación pero se muestra reticente a tomar una decisión inmediata, preocupado por los efectos que podría tener sobre “el bien de la Iglesia Universal” .

Para el futuro Papa, el asunto debía ser objeto de “una atención particular, que requiere mucho tiempo” .

Al leer la carta, el padre George Mockel, de la diócesis de Oakland, consideró que el Vaticano “se sentaría sobre el asunto hasta que Steve (Kiesle) envejeciera”. “Creo que es lamentable” , deploró. Kiesle fue finalmente expulsado en 1987.

El abogado del Vaticano

El abogado del Vaticano, Jeffrey Lena, explicó que el caso de abuso sexual de Kiesle no fue trasladado nunca al Vaticano y especificó que  “a la Congregación de la Doctrina de la Fe se le preguntó si existían las condiciones para reducirlo al estado laical”.

Lena agregó que “la Congregación de la Doctrina de la Fe no era competente en casos de abuso sexual”, sino que lo eran los episcopados locales, y la reducción al estado laical, durante la cual el sacerdote no cometió otros abusos, se llevó a cabo  “de modo rápido según los estándares de la época, no según los actuales”.

Sobre el caso del sacerdote californiano, Ratzinger sugería un período de tiempo para estudiarlo. La Congregación de la Doctrina de la Fe, explicaba el cardenal,  “ aun considerando de gran significado los argumentos a favor de la reducción laical en este caso, considera necesario considerar el bien de la Iglesia universal junto con el del solicitante”.

Por esta razón, agregaba Ratzinger, la Congregación  “no puede dejar de preocuparse por el daño que el conceder la dispensa causaría en la comunidad de los fieles cristianos, sobre todo por la joven edad del solicitante”. Cuando Ratzinger escribía esta carta, el sacerdote pederasta tenía 38 años.

Los casos de pederastia pasaron a ser competencia exclusiva de la Congregación de la Doctrina de la Fe en 2001, en virtud del documento Delicta graviora  ("Los delitos más graves").