Bélgica se convirtió el primer país en prohibir la primitiva costumbre de usar velo para cubrirse el rostro entre las mujeres islámicas, muchas de las cuales no lo  hacían por voluntad propia, sino obligadas.

El parlamento belga aprobó la ley por unanimidad, con sólo dos abstenciones. "La imagen de nuestro país en el extranjero es cada vez más incomprensible, pero, al menos, en el voto unánime que se expresó en el parlamento para prohibir el 'burka' y el 'niqab' hay también un elemento de orgullo del hecho de ser belga", dijo feliz el diputado liberal Denis Ducarme. 

Subrayó que Bélgica es el primer país en romper esta esclavitud y espera que esta decisión sea seguida por Francia, Suiza, Italia y Holanda, países donde este asunto está en debate.

De ahora en adelante, quienes se presenten en un espacio público con el rostro enmascarado o disimulado, totalmente o en parte, que les impida ser identificables, serán castigados con sanciones que van desde multa a siete días de prisión.

La norma también precisa que se entiende por espacio público a las calles, caminos, terrenos o edificios destinados al uso del público donde se les puede ofrecer servicios.

Sólo habrá excepciones para festividades como el carnaval, siempre y cuando cuenten con autorización de las autoridades locales.

Las excepciones están limitadas a acontecimientos festivos como el carnaval, siempre y cuando hayan sido autorizadas previamente por las autoridades locales.

Otros políticos como el liberal flamenco Bart Somers calificaron a esa vestimenta islámica como una "prisión móvil" que remonta a una "práctica medieval"; mientras que el democristiano Dallemagne aseguró que "es la manifestación más visible de otras afrentas a los derechos humanos.