OEA se comprometerá a la solución pacífica de controversias
El proyecto de la Declaración de Lima, que se prevé será suscrito por los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), establece que los países de la región asumirán el compromiso de respetar el derecho internacional y la solución pacífica de controversias.
En dicha declaración, asimismo, los países asumirán la obligación, en sus relaciones internacionales, de no recurrir al uso de la fuerza, salvo en casos de legítima defensa, de conformidad con los tratados vigentes o en cumplimiento de dichos tratados.
De igual modo, según el proyecto, se comprometerán a profundizar la cooperación interamericana para el desarrollo integral y, en ese contexto, fortalecer los mecanismos y acciones de cooperación para enfrentar con urgencia la pobreza extrema, la inequidad y la exclusión social.
Otro punto de la declaración precisa que los países miembros se comprometen a continuar implementando medidas de fomento de la confianza y la seguridad identificadas en las declaraciones de Santiago, San Salvador y el Consenso de Miami.
Mediante la declaración también se hace extensiva la invitación a los estados miembros que aún no lo hayan hecho, a que den pronta consideración a la ratificación o adhesión, según sea el caso, de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Trafico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA).
Este documento, adicionalmente, destaca la importancia de que se continúe avanzando en los esfuerzos bilaterales, subregionales y regionales tendientes a la cooperación en materia de seguridad y a la implementación de los convenios, declaraciones y entendimientos que se han adoptado en el curso de los años en temas de paz, estabilidad, confianza y seguridad.
De igual modo, la necesidad de fortalecer la cooperación para prevenir y enfrentar de manera integral y con pleno respeto al Derecho Internacional las amenazas que afectan la seguridad de sus pueblos, incluyendo la pobreza extrema, la exclusión social, los efectos de los desastres naturales, la delincuencia organizada transnacional, el tráfico ilícito de armas, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, el lavado de dinero, la corrupción, el terrorismo, el secuestro, las pandillas delictivas y los delitos cibernéticos.
Además, asumen el compromiso de continuar fomentando una cultura de paz promoviendo la educación, reafirmando la meta de seguir destinando mayores recursos al bienestar de los pueblos.
El proyecto de declaración de Lima fue aprobado el 28 de mayo pasado y será discutido y aprobado por los cancilleres de los países de la región, en la 40 Asamblea General de la OEA, luego de su discusión en las sesiones plenarias.
De igual modo, según el proyecto, se comprometerán a profundizar la cooperación interamericana para el desarrollo integral y, en ese contexto, fortalecer los mecanismos y acciones de cooperación para enfrentar con urgencia la pobreza extrema, la inequidad y la exclusión social.
Otro punto de la declaración precisa que los países miembros se comprometen a continuar implementando medidas de fomento de la confianza y la seguridad identificadas en las declaraciones de Santiago, San Salvador y el Consenso de Miami.
Mediante la declaración también se hace extensiva la invitación a los estados miembros que aún no lo hayan hecho, a que den pronta consideración a la ratificación o adhesión, según sea el caso, de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Trafico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA).
Este documento, adicionalmente, destaca la importancia de que se continúe avanzando en los esfuerzos bilaterales, subregionales y regionales tendientes a la cooperación en materia de seguridad y a la implementación de los convenios, declaraciones y entendimientos que se han adoptado en el curso de los años en temas de paz, estabilidad, confianza y seguridad.
De igual modo, la necesidad de fortalecer la cooperación para prevenir y enfrentar de manera integral y con pleno respeto al Derecho Internacional las amenazas que afectan la seguridad de sus pueblos, incluyendo la pobreza extrema, la exclusión social, los efectos de los desastres naturales, la delincuencia organizada transnacional, el tráfico ilícito de armas, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, el lavado de dinero, la corrupción, el terrorismo, el secuestro, las pandillas delictivas y los delitos cibernéticos.
Además, asumen el compromiso de continuar fomentando una cultura de paz promoviendo la educación, reafirmando la meta de seguir destinando mayores recursos al bienestar de los pueblos.
El proyecto de declaración de Lima fue aprobado el 28 de mayo pasado y será discutido y aprobado por los cancilleres de los países de la región, en la 40 Asamblea General de la OEA, luego de su discusión en las sesiones plenarias.