Bolivia: Los indígenas al rescate de su Pachamama
arboles amazonia


Por Charly Morales


Bolivia, país convertido en epicentro indigenista del cono sur, reunió a culturas originarias para responder al llamado de auxilio de la ”Pachamama” (Madre Tierra), herida de muerte por la mano del hombre, afirmaron aquí líderes de esas comunidades.


Durante tres días, numerosas voces debatieron en La Paz sobre el actual cambio climático y la búsqueda de alternativas desde la perspectiva de los pueblos fundadores del continente.

La cita transcurrió en un contexto particularmente duro para esta nación andina, declarada en estado de desastre nacional por los embates del fenómeno climatológico La Niña.

Evo Morales, primer presidente indígena de Bolivia, ha denunciado en numerosos foros internacionales las consecuencias nefastas de la modernidad, que amenaza incluso la supervivencia de la especie.

Por ello su gobierno, marcadamente influenciado por el saber originario, impulsa políticas ancestrales de respeto y complementación con la naturaleza y sus riquezas.

Sostenibilidad indígena

Con una ofrenda cocalera a la “Pachamama”, el milenario ritual de la “koa”, culminó el mencionado encuentro sobre equilibrio ambiental y sostenibilidad ecológica, donde fueron cuestionados los modelos de desarrollo causantes del actual caos climático.

El canciller boliviano, David Choquehuanca, mostró como ejemplo de modelo sostenible la ancestral filosofía del “vivir bien”, un concepto que preconiza la armonía entre el ser humano y la naturaleza.

Choquehuanca explicó a Prensa Latina que el gobierno impulsa un proceso de recuperación de las enseñanzas y valores de las ancestrales culturas indígenas.

“Valoramos mucho el precepto de complementarnos y respetar las diferencias con los demás, con la naturaleza y los seres vivos”, agregó el jefe de la diplomacia boliviana.

Enfatizó que las culturas indígenas son por esencia inclusivas, tolerantes, y ven la diferencia como una oportunidad de ampliar sus conocimientos y visiones del mundo.

A su vez, el investigador portugués Boaventura dos Santos valoró el modelo originario como alternativa a una modernidad que margina la naturaleza de la construcción económica y social.

Por su parte, el colombiano Germán Vélez estremeció al auditorio al revelar que unas 90 mil especies de animales y plantas mueren cada año debido a una inescrupulosa industrialización.

Vélez explicó que la erosión, la tecnología y la concentración de capitales en pocas manos son los mayores enemigos del planeta, donde la relación entre biodiversidad y cultura es gradualmente relegada.

Amenaza transgénica

Parece el título de una novela de H.G. Wells o Isaac Asimov, pero es en realidad una amenaza para la flora, la fauna e incluso el ser humano: el “boom” de los alimentos genéticamente modificados.
Varios participantes en el encuentro desnudaron los peligros que entraña el auge de los transgénicos, cuyo desarrollo ha sometido a varias naciones a los intereses de Monsanto y otras industrias del ramo, modificando incluso sus legislaciones.

En tal sentido, la Carta Magna aprobada en diciembre último por la Asamblea Constituyente de Bolivia estipula en su artículo 381 que el Estado protegerá todos los recursos genéticos y microorganismos del ecosistema nacional.
Además, dicha norma prohíbe la importación y comercialización de alimentos transgénicos, lo cual podría convertir a Bolivia en el primer país libre de productos genéticamente modificados.

En ello incide la cruzada boliviana contra los tratados de libre comercio impulsados por Estados Unidos, y el protagonismo indígena fue destacado por el portugués dos Santos, al asegurar que “hoy en Bolivia las palabras cuentan: el Estado es plurinacional, unitario, comunitario. Esto implica toda clase de cambios, incluso desde la Pachamama y sus filosofías ancestrales para administrar territorios desde la espiritualidad”.

Valoró en particular el concepto del “vivir bien” sobre el “vivir mejor”, que exalta un estilo de vida sin excesos y sin perjudicar a otras personas para mantenerlo.

Reivindicaciones amazónicas

Líderes indígenas del noroeste boliviano exigieron al gobierno el cese de patentes forestales a empresarios madereros, quienes arrasan con los bosques de la amazonía boliviana.

Narda Baqueros, dirigente de los Pueblos Indígenas de las Tierras Bajas, denunció que tales permisos permiten a los madereros talar a su antojo, pues pagan un dólar por hectárea.

“Hace tres décadas los indígenas vivíamos en un verdadero paraíso, hoy la defensa de la tierra es una lucha tenaz que da escasos frutos”, lamentó la activista.

Según Baqueros, los árboles de motacú, cusi, castaña y otros sufren peligro de extinción por la voracidad maderera, que ya exterminó la mara, especie cuya madurez demoraba unos 300 años.

El activista brasileño Osmarinho Rodríguez reclamó suspender la construcción de una hidroeléctrica en el río Madeira, cuyas represas dañan el ecosistema amazónico.

El líder del Movimiento Por Tierras, Trabajo y Libertades condenó un proyecto que solamente servirá para generar más energía, la cual será usada para continuar la devastación de la selva. También acusaron a los ganaderos que invaden tierras comunitarias al norte de la amazonía.