El pago atrasado de Obama a las víctimas de fraude hipotecario
Por Amy Goodman
En el discurso anual del Presidente ante el Congreso a muchos les pareció escuchar resonancias de lo que fuera el antiguo Barack Obama, aquel aspirante a la presidencia de 2007 y 2008. Una de las promesas populares de su discurso fue un ataque contra los bancos considerados “demasiado grandes para quebrar”, que financiaron sus campañas y para los que trabajaron muchos de sus principales asesores: “El resto de nosotros no los va a volver a rescatar jamás”, prometió.
El Presidente Obama también hizo un anuncio sorprendente que bien podría haber sido redactado por la Asamblea General de Occupy Wall Street: “Esta noche le solicito al Fiscal General que cree una unidad especial de fiscales federales y fiscales generales estatales de alto nivel para ampliar nuestras investigaciones sobre los préstamos abusivos y los paquetes de hipotecas riesgosas que provocaron la crisis hipotecaria. Esta nueva unidad hará rendir cuentas a quienes infrinjan la ley, acelerará la asistencia a los propietarios endeudados y ayudará a dejar atrás una era de imprudencia que perjudicó a tantos estadounidenses”.
En una decisión sorprendente, el Presidente Obama nombró al Fiscal General de Nueva York, Eric Schneiderman, como vice-presidente de la Unidad de Investigación de Abusos en la Tramitación y Securitización de Hipotecas. Schneiderman formaba parte del equipo de fiscales generales estatales que estaba negociando un acuerdo con los cinco bancos más grandes del país, pero se opuso al acuerdo por considerarlo demasiado limitado y porque ofrecía una inmunidad demasiado generosa ante futuros procesamientos por fraude financiero. Debido a su abierta defensa de los consumidores fue expulsado del equipo de negociación. Schneiderman retiró su apoyo a las negociaciones junto con otros importantes fiscales generales, entre ellos la fiscal de California, Kamala Harris, partidaria de Obama, y el fiscal de Delaware, Beau Biden, el hijo del vicepresidente.
En un artículo de opinión publicado en noviembre pasado, Schneiderman y Biden escribieron: “A principios de este año nos dimos cuenta de que, a pesar de que muchos funcionarios públicos —entre ellos fiscales generales estatales, miembros del Congreso y del gobierno de Obama— investigaron aspectos de la burbuja y de la crisis, necesitábamos una investigación más exhaustiva antes de que las instituciones financieras que estuvieron en el centro de la crisis resulten deslindadas de toda responsabilidad”.
Cuando salió a la luz la noticia de la designación de Schneiderman, MoveOn.org envió un correo electrónico a sus miembros que decía: “Hace apenas unas semanas la posibilidad de realizar esta investigación no estaba sobre la mesa y los grandes bancos estaban presionando para lograr un acuerdo amplio que la hubiera impedido. ...Es una gran victoria para el movimiento del 99 por ciento”.
Hay mucho en juego tanto para la población como para el propio Presidente Obama. Se apoyó en gran medida en los partidarios de Wall Street para financiar su gigantesca campaña en 2008. Ahora, tras el fallo de la Corte Suprema en el caso Citizens United contra la Comisión Federal Electoral, en un momento en que se prevé que los presupuestos de campaña alcancen los miles de millones de dólares, Obama podría descubrir que ya no es popular en Wall Street. Para la población, como bien sostuvo el Centro para Préstamos Responsables (CRL, por sus siglas en inglés): “Más de 20.000 nuevas familias afrontan ejecuciones hipotecarias cada mes, entre ellas un porcentaje desproporcionadamente elevado de familias afroestadounidenses y latinas. El estudio del CRL señala que tan solo estamos en la mitad de la crisis”.
Lo que aún está por verse es si la designación de Schneiderman es una señal de que ahora está dispuesto a avanzar con el acuerdo multiestatal, que está a punto de concretarse. Los detalles aún no son públicos, pero hay información de que el acuerdo implicaría el pago de 25 mil millones de dólares por parte de los bancos más grandes por cargos relacionados con prácticas inadecuadas en los préstamos hipotecarios, como la firma de documentos sin verificar y la administración claramente inadecuada de los préstamos, lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan ejecuciones hipotecarias.
Matt Taibbi, de la revista Rolling Stone, que ha realizado una gran investigación periodística sobre la crisis financiera, me dijo: “No tiene sentido que las empresas lleguen a un acuerdo sin la participación de Nueva York o California, ya que la responsabilidad potencial que deberían afrontar en esos dos estados podría llevarlos a la quiebra, podría paralizar a cualquiera de los bancos considerados 'demasiado grandes para quebrar'”.
Obama es consciente de que entre quienes participaron en las protestas de Occupy Wall Street en todo el país se encuentran algunos de sus más fervientes partidarios durante la campaña de 2008. ¿Será que la formación de esta nueva unidad de investigación podría significar un corrimiento hacia políticas más progresistas, cómo sugiere MoveOn?
Ralph Nader, defensor de los consumidores y ex candidato a la presidencia, no tiene muchas esperanzas: “Esta unidad de delitos financieros es como agregar un nuevo cartel en la puerta de algunas oficinas del Departamento de Justicia sin una verdadera ampliación del presupuesto”. Beau Biden, fiscal general de Delaware, expresó preocupaciones similares acerca del grupo de trabajo. Se preguntó “¿Cuántos agentes del FBI, cuántos investigadores, cuántos fiscales están siendo asignados a esto? Son algunas preguntas intrincadas que me planteo.”
Esta es la síntesis del conflicto planteado por Occupy Wall Street. Es posible que el nuevo cargo de Eric Schneiderman lleve al procesamiento de banqueros fraudulentos. ¿O se tratará simplemente de otra denuncia sobre nuestro corrupto sistema político?
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2012 Amy Goodman