El asesinato de Rachel Corrie
Electronicintifada/MOC/La Haine. 16/03/03.- La pacifista norteamericana murió aplastada por una excavadora del Ejército israelí en un campo de refugiados de Gaza, cuando trataba de impedir que los soldados destruyeran un hogar palestino.
Electronicintifada/MOC/La Haine. 16/03/03.- La pacifista norteamericana murió aplastada por una excavadora del Ejército israelí en un campo de refugiados de Gaza, cuando trataba de impedir que los soldados destruyeran un hogar palestino.
Rachel Corrie, de 23 años, formaba parte del grupo Movimiento de Solidaridad Internacional, que desde el principio de la Intifada actúa en los territorios palestinos como escudos humanos para impedir la demolición de viviendas palestinas.
Rachel, originaria de la ciudad de Olimpia en el Estado de Washington, participaba desde hace meses junto con otros miembros de su organización en la defensa de un grupo de casas situado en el barrio de Salem, en Rafah, al sur de la franja de Gaza junto con la frontera de Egipto, que las tropas israelíes pretendían destruir.
La activista, armada de un megáfono y de una pancarta, trataba de convencer desde hacia horas al soldado, conductor de la excavadora, para que no llevara a término la demolición de la vivienda, cuando inesperadamente el vehículo se puso en marcha, aplastando con su pala a la muchacha. El conductor hizo luego dar marcha a tras a la excavadora, que pasó nuevamente sobre el cuerpo de la víctima fracturandole los brazos, las piernas, el pecho y el cráneo, para luego alejarse de su objetivo. La casa finalmente no fue destruida. La trasladaron al hospital, donde ella murió posteriormente.
"Los soldados la veían perfectamente desde lo alto de la excavadora", aseguró un compañero de Rachel, otro pacifista norteamericano, que junto con otros seis muchachos vivían permanentemente en la zona de Rafah, donde durante los dos últimos años el Ejército israelí ha destruido centenares de viviendas palestinas, para tratar de despejar la línea fronteriza con Egipto e impedir el tráfico de armas y el paso de los activistas.
Rachel, originaria de la ciudad de Olimpia en el Estado de Washington, participaba desde hace meses junto con otros miembros de su organización en la defensa de un grupo de casas situado en el barrio de Salem, en Rafah, al sur de la franja de Gaza junto con la frontera de Egipto, que las tropas israelíes pretendían destruir.
La activista, armada de un megáfono y de una pancarta, trataba de convencer desde hacia horas al soldado, conductor de la excavadora, para que no llevara a término la demolición de la vivienda, cuando inesperadamente el vehículo se puso en marcha, aplastando con su pala a la muchacha. El conductor hizo luego dar marcha a tras a la excavadora, que pasó nuevamente sobre el cuerpo de la víctima fracturandole los brazos, las piernas, el pecho y el cráneo, para luego alejarse de su objetivo. La casa finalmente no fue destruida. La trasladaron al hospital, donde ella murió posteriormente.
"Los soldados la veían perfectamente desde lo alto de la excavadora", aseguró un compañero de Rachel, otro pacifista norteamericano, que junto con otros seis muchachos vivían permanentemente en la zona de Rafah, donde durante los dos últimos años el Ejército israelí ha destruido centenares de viviendas palestinas, para tratar de despejar la línea fronteriza con Egipto e impedir el tráfico de armas y el paso de los activistas.