Marca una victoria para los shiitas en su creciente conflicto con el Oriente Medio musulmán sunita. Da esperanza sustancial a Bashar al-Assad de quedarse en el poder en Siria. [El acuerdo] aísla a Israel. Y enfurece a Arabia Saudita, Catar, Kuwait y otros Estados del Golfo sunita que secretamente tenían la esperanza de que un fracaso de las negociaciones nucleares de Ginebra1 humillaría al Irán shiita y apoyaría sus esfuerzos para deponer a Assad, el único aliado de Irán en el mundo árabe.
En la cruel política de Oriente Medio, el acuerdo nuclear parcial entre Irán y las seis potencias más importantes del mundo demuestra que Occidente no irá a la guerra contra Irán y no tiene ninguna intención —incluso en el futuro lejano— de emprender acciones militares en la región. Ya adivinábamos eso, cuando —después de acusar a Assad de ser otro Hitler del Oriente Medio— Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se abstuvieron de atacar a Siria y derrocar al régimen. Los pueblos estadounidense y británico —quienes hubieran tenido que pagar el precio de estas aventuras monumentales— ya no tenían el ánimo dispuesto para otro Irak o Afganistán.
La repentina oferta de Irán para negociar un fin rapidísimo a esta cancerosa amenaza de otra guerra fue saludado con entusiasmo desbordante por los Estados Unidos y la UE, junto con el entusiasmo teatral del hombre que se da cuenta de que su país ha adquirido más poder en el Oriente Medio, el ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergei Lavrov. Está asegurada la permanencia de Assad en Damasco. Paz en nuestro tiempo. Tengamos la seguridad de que en las próximas semanas escucharemos a los israelíes soltar en tono irónico un alarde chamberloniano2.
Pero no cabe duda de que Ginebra ha puesto en evidencia al primer ministro israelí Netanyahu. Puede bufar y resoplar de ira, pero si quiere atacar a Irán ahora —a partir de la idea de que Israel debe seguir siendo la única nación del Medio Oriente con armas nucleares—, va a quedarse solo cuando sus aviones despeguen para bombardear las instalaciones nucleares de Irán. Los más infames grupos del lobby israelí-estadounidense pueden enviar otra vez más sus perros de ataque de Aipac3· al Congreso [de los EE.] para acosar a los republicanos para que apoyen la causa del Likkud4, pero ¿para qué? ¿El Sr. Netanyahu pensaba realmente que los iraníes iban a desmantelar todo su mamotreto nuclear?
Cuando Netanyahu dijo ayer que “el régimen más peligroso del mundo dio un paso significativo hacia la obtención de las armas más peligrosas del mundo”, muchos árabes —y un montón de otras personas en el mundo, incluyendo Occidente— se habrán preguntado si Israel, que hace tiempo obtuvo el arma más peligrosa del mundo5, es ahora —al rechazar el acuerdo de Ginebra— el gobierno más peligroso del mundo. Si el Sr. Netanyahu y su camarilla del gobierno deciden, insistiendo en promover la causa israelí, tuitear a las principales potencias mundiales interrumpiendo su euforia, podrían provocar —como han advertido varios analistas israelíes— el cambio más profundo en las relaciones de Israel con Estados Unidos, desde la creación del estado de Israel. No sería un cambio que beneficie a Israel.
Pero seis meses —el tiempo que toma solidificar este acuerdo nuclear que es de lo más tangencial— es mucho tiempo. En los próximos días, los republicanos en Washington y los enemigos de la derecha del Presidente Rouhani exigirán saber los detalles reales de este juego febril de Ginebra. Los estadounidenses insisten en que Irán no tiene el derecho al enriquecimiento de uranio. Irán insiste en que sí tiene derecho. Los porcentajes de enriquecimiento tendrán que examinarse más detenidamente que antes.
El Sr. Rouhani6 —o el ayatola Jamenei, líder supremo cuyas oscuras alas proyectan su sombra sobre cualquier dirigente político iraní elegido— dice que el temor de un arma nuclear iraní será visto por las futuras generaciones como una “broma histórica”. Netanyahu dice que todos los que para él son “chanchullos” de Ginebra resultarán siendo un “error histórico". Los sauditas suníes, esperando siempre identificar al ganador antes de abrir la boca, ya se han sentado con sus aliados suníes de Catar y Kuwait para compadecerse el uno al otro por la nueva victoria del Irán shiita. En Damasco, sospecho, Bashar —que es alauita-shiita— acostará a sus niños en la cama, compartirá un vaso con su esposa Asma y dormirán bien esta noche.
Traducción por Con nuestro Perú de
The Independent, Monday 25 November 2013
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1 Estas negociaciones, cuyos resultados se anunciaron este lunes 24, reunieron a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas —EE. UU., Rusia, China, Francia e Inglaterra— más Alemania, con la finalidad de convencer a Irán para que someta su programa nuclear a control internacional, propósito que se ha cumplido. [Nota de Con nuestro Perú.]
2 Se refieren a Neville Chamberlain, Primer Ministro británico de 1937 a 1940, conocido por su política de apaciguamiento hacia la Alemania nazi. Israel da a entender que no es útil ni efectiva la política de apaciguamiento con Irán. [Nota de Con nuestro Perú.]
3 Sigla de American Israel Public Affairs Committee, grupo organizado de estadounidenses de origen judío que hacen permanente campaña en el Congreso y partidos políticos de los EE. UU. para alinear a congresistas y políticos en favor de Israel. [Nota de Con nuestro Perú.]
4 Partido político israelí de derecha. [Nota de Con nuestro Perú.]
5 Curiosamente, Israel exige toda clase de controles para Irán e incluso amenaza atacar militarmente al país persa, pero no acepta que expertos internacionales inspecciones los lugares en que Israel guarda sus armas nucleares. Solo de vez en cuando la Liga Árabe y Turquía echan en cara a Israel esta conducta inconsecuente de exigir para otros lo que ellos mismos no hacen. [Nota de Con nuestro Perú.]
6 Hassan Rouhani, sucesor de Mahmud Ahmadinejad. [Nota de Con nuestro Perú.]
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