ONU denuncia asesinato deliberado de 31 civiles en Gaza
Exterminio premeditado de civiles, la mitad niños perecen en manos del ejército de Israel
La ONU denunció que el ejército genocida de Israel obligó a 110 personas a salir de sus viviendas y las condujeron a un edificio, donde los forzaron a permanecer para bombardearlos al día siguiente, masacre que dejó 31 muertos, la mitad de ellos niños.
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Exterminio premeditado de civiles, la mitad niños perecen en manos del ejército de Israel
La ONU denunció que el ejército genocida de Israel obligó a 110 personas a salir de sus viviendas y las condujeron a un edificio, donde los forzaron a permanecer para bombardearlos al día siguiente, masacre que dejó 31 muertos, la mitad de ellos niños.
Los hechos se produjeron el 4 de enero en el barrio de Zeitun, en el este de la ciudad de Gaza. Muchos de los fallecidos eran miembros de la familia Samuni.
Después de este genocidio, abandonaron a los sobrevivientes, entre los que había niños heridos con sus madres muertas y no se les prestó ninguna clase de ayuda.
Un niño palestino, Ahmed Ibrahim Samuni, de 13 años, sobrevivió a este crimen y narró más detalles de los hechos. Pese a estar herido en el pecho y la pierna, ayudó a sus tres hermanitos menores a sobrevivir.
"Estábamos durmiendo todos en una habitación cuando los tanques y los aviones bombardearon. Un proyectil impactó en casa. Gracias a Dios nadie fue herido. Salimos y vimos a 15 hombres que descendían de un helicóptero en los tejados de los edificios. Los soldados golpearon a los vecinos y les forzaron a entrar en una casa", narró el niño Ahmed a Reuters.
Al día siguiente, gran parte de su familia fue masacrada en esa vivienda. Ahmed cuidó a sus tres hermanitos durante tres días junto al cadáver de su madre y de 30 inocentes más. "No había agua ni pan, nada que comer", reveló.
Durante tres días los genocidas sionistas impidieron ingresar a ese edificio atacado premeditadamente a los servicios médicos. Cuando se les permitió, sólo lo pudieron hacer a pie. Sin ambulancias.
A los tres días del ataque llegó la Media Luna Roja. Varios de los sobrevivientes, debilitados, no podían caminar. Los montones de arena alzados por los genocidas israelíes impedían el paso de las ambulancias, por lo que los heridos tuvieron que ser trasladados en carretas tiradas por burros, que ahora tienen mucha utilidad en las pistas destrozadas de Gaza.
En tanto, los homicidios de las fuerzas sionistas, con gran equipamiento militar, se multiplican a lo largo de la franja de Gaza, mientras a su paso encuentran una resistencia heroica de palestinos que luchan con piedras y algunos cohetes y ametralladoras.
Tanto Israel como Hamás rechazaron ayer la resolución de la ONU que hacía un llamamiento a un alto fuego inmediato.
El Gobierno genocida israelí asegura que investigará, aunque todas sus investigaciones terminan en burla desde hace décadas, pues están acostumbrados a derramar sangre de niños, madres y ancianos.
Como se recuerda, el criminal Ariel Sharon derribó más de 40 casas en el pueblo de Qibya (Cisjordania), en 1953, con sus habitantes en el interior; en 1982, este mismo genocida protegió a los falangistas cristianos que perpetraban la matanza de 1.700 civiles en Sabra y Chatila (Beirut); en 1996, la aviación israelí bombardeó una sede de Naciones Unidas en Qana y mató a 106 personas, la mitad niños; en 2006, los helicópteros dispararon contra civiles desarmados en el pueblo libanés de Marwahin.
Pese a todo, continúan con la mentira y aseguran que los civiles no son su objetivo.
Después de la negativa de Israel y Hamás de un alto al fuego, propuesto por la resolución 1860 de Naciones Unidas aprobada la madrugada, más de 800 palestinos, entre ellos unos 300 mujeres y niños han perecido bajo el ataque de la desigual fuerza israelí.
Por el lado israelí se cuentan 13 cadáveres.
Sobre la negativa del alto al fuego por parte de Hamás, el dirigente musulmán Musa Abu Marzuk señaló en Damasco: "Hamás no ha sido consultado. Los intereses de nuestro pueblo no han sido tomados en consideración. Por tanto, esta resolución no nos concierne. Quien intente aplicarla tendrá que tratar con Hamás".
Lamentable error el de la ONU el no reconocer a un interlocutor, pues Hamás fue elegido por votación popular en la franja de Gaza.
De igual manera, los palestinos de Gaza demandan un levantamiento total del bloqueo económico impuesto por Israel en forma arbitraria.
Después de este genocidio, abandonaron a los sobrevivientes, entre los que había niños heridos con sus madres muertas y no se les prestó ninguna clase de ayuda.
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Un niño palestino, Ahmed Ibrahim Samuni, de 13 años, sobrevivió a este crimen y narró más detalles de los hechos. Pese a estar herido en el pecho y la pierna, ayudó a sus tres hermanitos menores a sobrevivir.
"Estábamos durmiendo todos en una habitación cuando los tanques y los aviones bombardearon. Un proyectil impactó en casa. Gracias a Dios nadie fue herido. Salimos y vimos a 15 hombres que descendían de un helicóptero en los tejados de los edificios. Los soldados golpearon a los vecinos y les forzaron a entrar en una casa", narró el niño Ahmed a Reuters.
Al día siguiente, gran parte de su familia fue masacrada en esa vivienda. Ahmed cuidó a sus tres hermanitos durante tres días junto al cadáver de su madre y de 30 inocentes más. "No había agua ni pan, nada que comer", reveló.
Durante tres días los genocidas sionistas impidieron ingresar a ese edificio atacado premeditadamente a los servicios médicos. Cuando se les permitió, sólo lo pudieron hacer a pie. Sin ambulancias.
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A los tres días del ataque llegó la Media Luna Roja. Varios de los sobrevivientes, debilitados, no podían caminar. Los montones de arena alzados por los genocidas israelíes impedían el paso de las ambulancias, por lo que los heridos tuvieron que ser trasladados en carretas tiradas por burros, que ahora tienen mucha utilidad en las pistas destrozadas de Gaza.
En tanto, los homicidios de las fuerzas sionistas, con gran equipamiento militar, se multiplican a lo largo de la franja de Gaza, mientras a su paso encuentran una resistencia heroica de palestinos que luchan con piedras y algunos cohetes y ametralladoras.
Tanto Israel como Hamás rechazaron ayer la resolución de la ONU que hacía un llamamiento a un alto fuego inmediato.
El Gobierno genocida israelí asegura que investigará, aunque todas sus investigaciones terminan en burla desde hace décadas, pues están acostumbrados a derramar sangre de niños, madres y ancianos.
Como se recuerda, el criminal Ariel Sharon derribó más de 40 casas en el pueblo de Qibya (Cisjordania), en 1953, con sus habitantes en el interior; en 1982, este mismo genocida protegió a los falangistas cristianos que perpetraban la matanza de 1.700 civiles en Sabra y Chatila (Beirut); en 1996, la aviación israelí bombardeó una sede de Naciones Unidas en Qana y mató a 106 personas, la mitad niños; en 2006, los helicópteros dispararon contra civiles desarmados en el pueblo libanés de Marwahin.
Pese a todo, continúan con la mentira y aseguran que los civiles no son su objetivo.
Después de la negativa de Israel y Hamás de un alto al fuego, propuesto por la resolución 1860 de Naciones Unidas aprobada la madrugada, más de 800 palestinos, entre ellos unos 300 mujeres y niños han perecido bajo el ataque de la desigual fuerza israelí.
Por el lado israelí se cuentan 13 cadáveres.
| Advertencia: esta foto es de contenido fuerte, muestra a un niño con la masa encefálica expuesta |
Sobre la negativa del alto al fuego por parte de Hamás, el dirigente musulmán Musa Abu Marzuk señaló en Damasco: "Hamás no ha sido consultado. Los intereses de nuestro pueblo no han sido tomados en consideración. Por tanto, esta resolución no nos concierne. Quien intente aplicarla tendrá que tratar con Hamás".
Lamentable error el de la ONU el no reconocer a un interlocutor, pues Hamás fue elegido por votación popular en la franja de Gaza.
De igual manera, los palestinos de Gaza demandan un levantamiento total del bloqueo económico impuesto por Israel en forma arbitraria.
