El monstruo de Austria, Josef Fritzl, quien mantuvo secuestrada a su hija en un sótano durante 24 años, se declaró culpable de incesto, pero negó el asesinato de uno de sus hijos recién nacido, en la audiencia que se ventila en los tribunales en medio de una avalancha de periodistas de todo el mundo.
Fritzl, quien compareció ante la corte de St Poelten con el rostro cubierto con un archivador azul y rodeado de seis policías, respondió al interrogatorio murmurando, pero no está de acuerdo con la redacción de la acusación.
El depravado admite ser "parcialmente" culpable de violación y culpable de privar de su libertad a los hijos que secuestró en el sótano, pero alegó ser inocente de la acusación de esclavitud por el encarcelamiento de su hija Elisabeth durante los 24 años que pasó en el sótano.
Los magistrados lo acusaron de asesinato por negligencia, por no buscar ayuda médica para el bebé recién nacido que murió y después el monstruo quemó en un horno.
Para los fiscales, Fritzl podría ser sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de su hijo en 1996, pocos días después de nacer; según las leyes austriacas sería el cargo más grave de todos los delitos que cometió y en el cual ponen especial énfasis.
Sobre los crímenes contra su hija, los cargos indican: "Encerró a Elisabeth en el sótano y la volvió totalmente dependiente de él, forzándola a actos sexuales y amenazándola como si fuera de su propiedad".
El degenerado no replicó a ninguna de las preguntas formuladas por los periodistas. Su abogado niega que Fritzl sea un monstruo, pero reconoce que podría permanecer preso hasta su muerte.
El tribunal emitirá su veredicto para el viernes. El caso salió a luz el año pasado, cuando se descubrió que Kerstin —la hija de 19 años de Fritzl que salió del sótano al hospital ante la insistencia de su madre— presenta la característica genética degenerativa típica de los hijos nacidos de incesto, lo cual alertó a las autoridades, que destaparon el caso del sótano y los siete hijos que Fritzl obligó a tener a su hija Elisabeth.
El sótano había sido construido bajo su propia vivienda y carecía de un abastecimiento saludable de aire. Allí crecieron tres de los hijos. Otros tres fueron subidos por el depravado para ser criados en las plantas superiores de la vivienda, donde los llevaba simulando que Elisabeth los había dejado abandonados.
Durante los primeros meses de cautiverio Elisabeth estuvo encadenada. Posteriormente ella y sus hijos fueron amenazados de ser asesinados con gas si intentaban escapar.
Inquilinos del primer piso del inmueble aseguran que les parecía extraño escuchar a veces golpes provenientes del sótano. Era Elisabeth que golpeaba con un palo, pero los inquilinos nunca decidieron reportar el incidente. Vecinos que sabían que el monstruo violaba a su hija antes de secuestrarla tampoco denunciaron los hechos a la policía.
Rosemarie
Rosemarie, la madre de Elisabeth, alega haber desconocido en todo momento lo que sucedía con su hija Elisabeth. No obstante, permanecen algunas preguntas en el aire: ¿cómo así sus vecinos sabían que Fritzl violaba a su hija y ella no? ¿Por qué nunca averiguó lo que su marido hacía tanto tiempo en el sótano sin permitirle siquiera mirar lo que había abajo? ¿Por qué toleró que Fritzl mantenga recluida y maltratada a su anciana madre en una habitación de las plantas superiores del inmueble?
Recientemente Elisabeth declaró no comprender por qué su madre toleró que Fritzl regresara al hogar tras probarse que violó a una mujer.
A decir verdad, resulta bastante sospechosa la actuación de Rosemarie Fritzl.
......................El jurado |
En cuanto a Elisabeth y sus hijos, las autoridades les han otorgado nuevas identidades para no ser reconocidos por la población. Los tres hijos que vivieron libres han sido cambiados de escuela y asisten por separado a tres escuelas diferentes, mientras que los tres hijos que permanecieron recluidos son asistidos por tutores especiales.
Los millones por la historia
Por su parte, Elisabeth Fritzl rechazó una millonaria oferta presentada por un importante medio por los derechos sobre su historia en una entrevista y un libro, “sólo déjennos en paz”, respondió. En cambio, se supone que Josef Fritzl podría vender los derechos para narrar la historia.
Sobre la venta de derechos por estas historias, diversos países ya están prohibiendo que los condenados por delitos obtengan ganancias narrando sus fechorías, lo cual debería se aplicado en el Perú, pues hace poco se vio en la prensa que un monstruo que violó y mató a una niña pensaba escribir un libro sobre su crimen.