Sentencian a cadena perpetua a Fritzl
El poder judicial austriaco sentenció a cadena perpetua al monstruo de Austria, Josef Fritzl, condena que deberá cumplir en una institución psiquiátrica, por secuestrar a su hija en un sótano durante 24 años, violarla reiteradamente, tener siete hijos con ella y causar la muerte de un bebé.
Al oír la sentencia unánime de la corte, el degenerado de 73 años replicó: "Acepto el veredicto". Funcionarios judiciales informaron que Fritzl regresará temporalmente a la prisión de St Poelten hasta que se decida su traslado a una institución para delincuentes con trastornos mentales donde recibiría terapia.
Según las leyes austriacas, la sentencia no puede ser apelada porque la fiscalía también aprobó la condena. En 15 años será reevaluado y si se le considera curado podría ser liberado. No obstante Fritzl y su abogado prevén que no saldrá nunca de la prisión.
El depravado, tras negar inicialmente, se declaró culpable de incesto, violación, esclavitud y asesinato por negligencia, por encerrar a su hija, quien ahora tiene 42 años, en una celda del sótano de su casa, donde vivió con tres de sus hijos con escasa ventilación.
Ante el jurado, Fritzl dijo palabras de arrepentimiento, aunque se duda de su franqueza. "Ya no puedo hacer nada respecto de lo que ocurrió. Lamento esto desde el fondo de mi corazón", manifestó en la fase final del juicio que duró cuatro días.
Al parecer, su insistencia en negar los cargos desaparición después de ver el video donde su hija Elisabeth rinde su testimonio sobre el infierno que soportó durante 24 años.
El cargo más grave del expediente Fritzl es el asesinato del bebé, a quien a los pocos días de nacer se negó a llevar para recibir atención médica tras las súplicas de su hija y se limitó a observar cómo el neonato luchaba contra la muerte hasta que fue vencido. Posteriormente quemó el cadáver en un horno en la planta superior de su casa, en un momento en que no estaban los otros miembros de su familia.
Por su parte, el abogado defensor de Elisabeth Fritzl, Rudolf Mayer, reveló que el monstruo estaba "devastado" cuando fue obligado a ver a su hija en el video difundido en la sala durante la audiencia.
La fiscal principal de este caso, Christiane Burkheiser, dictaminó que Fritzl había degradado a Elisabeth a "una condición de dependencia total, tratándola como si fuese de su propiedad" y violó repetidamente a su hija ante la mirada de los niños.
A Elisabeth y sus hijos, las autoridades les han otorgado nuevas identidades para no ser reconocidos. Los tres hijos que vivieron con su abuela han sido cambiados de escuela y asisten a tres escuelas diferentes, mientras que los tres hijos que permanecieron recluidos son asistidos por tutores y psiquiatras especiales.
Elisabeth protestó por la publicación, en un diario londinense, de una foto de ella con su hija mayor en una tienda y sospecha que una pariente haya recibido dinero para informar a la prensa sobre el lugar donde se encuentran viviendo actualmente.
Ahora la víctima principal en esta historia sólo busca paz y rechazó una millonaria oferta presentada por un importante medio por los derechos sobre su historia en una entrevista y un libro. En cambio, se supone que Josef Fritzl podría vender los derechos para narrar la historia.
En tanto, en Amstetten, localidad donde Elisabeth vivió el cautiverio, los ciudadanos aprueban la cadena perpetua para el criminal. Este caso ha llevado a la opinión pública austriaca a demandar la revisión de las condenas para aplicar otras más severas para delitos de secuestro, incesto o violación, porque si no fuese por el bebé que dejó morir, Fritzl no hubiese sido condenado a cadena perpetua.