La actualidad de China
de Rafael Poch de Feliu, [Crítica, 2009]
Estamos ante un libro distinto sobre China. Casi mil páginas fascinantes que surgen de la experiencia de años de vivir en el país, de recorrerlo como corresponsal de La Vanguardia, de hablar con las gentes más diversas en un esfuerzo de ir más allá del tópico y del prejuicio.. Un libro que nos habla tanto de los rascacielos de Shangai como de los jubilados, de las nuevas armas espaciales o de los problemas del Tibet. Y también de las páginas que el escritor y periodista dedica a Vietnam, Mongolia o Corea del Norte.
Al autor le interesa que entendamos “la actualidad de China”, la importancia que para nosotros tiene el alumbramiento de una nueva sociedad, “porque todos los problemas de la crisis mundial están contenidos en ella”, así como nuestro propio porvenir se juega en su futuro.
Rafael Poch es un observador privilegiado; combina conocimientos de la transición, tanto de Alemania, Rusia como de China, debido a las décadas que ha pasado en esos países como corresponsal. Actualmente lo es desde Berlín.
“Antes de hablar de China, escribe, hay que aprender a mirarla. Con este tipo de países tan grandes, en tamaño y en importancia, no hay más remedio que poner el zoom de nuestra observación en posición de gran angular… La actualidad de China y su nueva sociedad en gestación no se entienden sino es en su contexto de un mundo en crisis”.
El milagro chino comenzó en 1949 y es un resurgimiento: alguien que fue grande y que intenta volver a serlo. La importancia que China contiene es que contribuya a una unificación e integración sostenible del planeta antes de que sea demasiado tarde. Estamos ante una nueva civilización anunciada por personas tan eminentes como Einstein, Ghandi o Gorbachov. No se trata de buscar nuevos “paraísos” o utópicas sociedades, ni “referentes” paradigmáticos. De lo que se trata, dice el autor, “es de que si esta China gestante, que este libro compara como una mujer embarazada, logra dar a luz con éxito un nuevo invento para la convivencia, todos habremos ganado”.
La actualidad de China nos lleva a la metáfora de una mujer embarazada. Su organismo social atraviesa un delicado proceso creador que precisa cuidados especiales. Es un cambio de piel, de valores y pautas. A un país tan inmenso no podemos pedirle determinados rendimientos n, cargas y actitudes. Igual que a una embarazada. “La idea es que cuando nos encontremos en el autobús de la globalización a un país en desarrollo de esas características, nos levantemos para cederle el asiento. Lo que no debe confundirse con paternalismo, ingenuidad o discriminación alguna”.
Hay amnesia de nuestra historia reciente. Hay una incapacidad, muy europea, por ponerse en el lugar de quien es diferente. Hay arcaicos prejuicios culturales y estereotipos de guerra fría mezclados con nuevos intereses comerciales. Hay ecos de una actitud colonial imperialista. Y hay una cuestión de valores, de inconsciencia sobre la crisis global y sobre la actualidad China y de una civilización que nos consideró durante más de un milenio como “bárbaros que habitaban en cuevas, se vestían con pieles, comían con las manos y hablaban a gritos”… en el lejano oeste del Imperio del centro.
J.C.G.F., Centro de Colaboraciones Solidarias