Los expertos rusos del Servicio Federal de Supervisión en materia de los Derechos de los Consumidores y Bienestar Humano (Rospotrebnadzor) sospechan que en el laboratorio de los Estados Unidos en Georgia pudiera haberse modificado una cepa de la bacteria E. coli, declaró la directora del organismo, Ana Popova.

Según la funcionaria, en verano (norte) de 2018 un grupo de turistas rusos, entre ellos menores de edad, volvieron de Georgia en estado grave, tras contraer una infección intestinal aguda.

"Nuestros científicos identificaron el patógeno con el que los niños llegaron aquí en un estado tan grave, resultó que esa variedad de E. coli no estaba descrita (…) ¿Qué dicen nuestros expertos? No descartan que esta cepa haya podido ser modificada de manera artificial", dijo durante una rueda de prensa en la sede de la agencia Rossiya Segodnya (matriz de Sputnik) en Moscú.

Popova comentó que Rospotrebnadzor se comunicó con las autoridades georgianas, que proporcionaron una estadística detallada sobre esa infección.

"En Georgia esa enfermedad no es tan rara, pero si en los tres años anteriores hubo casos aislados, menos de diez, en los primeros nueve meses de 2018 hubo 57 casos, casi la mitad en Tiflis", señaló.

Expresó también que los datos revelados por el exministro de Seguridad Nacional de Georgia, Ígor Guiorgadze, causan "una gran angustia y muchas preguntas".

"Un centro de laboratorios construido muy cerca de nuestras fronteras, en Georgia, con fondos del Departamento de Defensa de EEUU, según datos del Ministerio de Defensa ruso, hoy viene realizando cuatro proyectos del Departamento de Defensa de EEUU, relacionados con patógenos muy graves y especialmente peligrosos: peste atípica, infecciones virales zoonóticas, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo", dijo Popova.

Estas son enfermedades que pueden causar un daño irreparable a la salud, enfermedades mortales, enfatizó.

Según la funcionaria, también "surgen preguntas sobre el trabajo" de los EE. UU. en territorio de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y Ucrania, donde se observa una situación muy adversa en cuanto a infecciones como sarampión, difteria y poliomielitis, así como sobre su actividad en África Occidental, donde se registraron brotes de fiebre hemorrágica del Ébola.

A mediados de septiembre, Guiorgadze afirmó que había solicitado al presidente de EEUU, Donald Trump, investigar la actividad del laboratorio Richard Lugar en las afueras de Tiflis, donde, según denunció, posiblemente se realizan pruebas letales con humanos.

Especialistas de 17 estados miembros de la ONU y la Unión Europea inspeccionaron las actividades del Centro Richard Lugar entre el 14 y el 15 de noviembre.

La Cancillería rusa anunció que los expertos rusos no participarían en esa inspección, porque se organizaba "con el fin de confundir a la opinión pública internacional sobre la verdadera función de ese laboratorio".

Rusia en más de una ocasión llamó la atención sobre la actividad del Pentágono que despliega sus laboratorios en la cercanía inmediata de las fronteras de Rusia y llegó a afirmar que en el Centro Richard Lugar actúa una unidad de investigaciones médicas de las tropas terrestres de EEUU.

Moscú considera que los EE. UU. y Georgia intentan ocultar la auténtica labor de ese centro de investigaciones en el que opera una unidad del ejército estadounidense encargada de investigar infecciones altamente peligrosas.

Por su parte, Georgia asegura que los temores son infundados y que el laboratorio se dedica exclusivamente a investigaciones científicas.

 

Con información de Sputniknews, 25.12.2018