La cima de lava del volcán Santa Helena, ubicado en el estado de Washington, en los Estados Unidos, se eleva cinco metros por día, indican observaciones de esta semana realizadas por científicos que vigilan a dicho coloso.
Rick LaHusen, del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), reveló que están utilizando un instrumento conocido como la "Araña" para realizar un seguimiento de las erupciones de terremotos menores y el flujo de lava.
Los científicos ahora están observando de cerca el volcán para evitar las consecuencias catastróficas del pasado, informa el diario británico Express.
Para monitorizar al Santa Helena construyeron un robot de acero parecido a una araña de patas largas, para localizar exactamente dónde están las señales. Cuenta con una antena GPS que recibe señales de tiempo de los satélites y permite ubicaar exactamente lo que está sucediendo en el interior.
A principios de esta semana, se reveló que las cúpulas de lava aumentaban a cinco metros por día. La masa está formada de magma viscoso que se empuja hacia la superficie debajo y se acumula.
Al igual que los flujos de lava, por lo general no tienen suficiente gas o presión para estallar explosivamente, pero a veces les sigue una actividad explosiva.
El Dr. LaHusen detalló: “¡Lo que es realmente fenomenal es la cantidad de roca que aún está saliendo de la tierra. Ahora es más alto que el edificio Empire State. Viene a cinco metros por día, más de 200 metros de ancho y está justo aquí en nuestro patio trasero!”, exclamó.
El 18 de mayo de 1980, el Monte St. Helens entró en erupción en el estado estadounidense de Washington. La explosión, que midió 5 en el índice de explosiones volcánicas, ha sido declarada como la explosión volcánica más desastrosa en la historia moderna de los Estados Unidos. Una columna de erupción subió 80,000 pies a la atmósfera y depositó cenizas en 11 estados, matando a por lo menos 57 personas y causando daños por más mil millones de dólares.