Por Nicolás Lynch
Hemos tenido múltiples intervenciones en los últimos días sobre el problema de Venezuela, sesgadas la abrumadora mayoría hacia la derecha del espectro político y plagadas de desinformación. Esto ha causado gran confusión en la ciudadanía y especialmente entre los simpatizantes de izquierda. Por ello, resumo la opinión que he venido desarrollando en los últimos años sobre el tema, buscando señalar algunos datos importantes.
1. Venezuela atraviesa hoy una crisis económica y democráticade envergadura producto de las transformaciones fallidas llevadas adelante en los últimos veinte años por el chavismo y de la respuesta violenta (sucesivos intentos de golpe de Estado el 2002, 2003, 2013, 2015 y 2017) así como la agresión económica de la burguesía venezolana y los Estados Unidos, que se han resistido a perder sus privilegios.
2. El telón de fondo de esta situación es que Venezuela posee las reservas de petróleocertificadas más importantes del planeta, que han sido gozadas antes y apetecidas hoy por los opositores de la revolución bolivariana. Justamente, el eje de las transformaciones llevadas adelante por el chavismo ha sido la recuperación de esa riqueza petrolera, tanto de las manos de la élite venezolana como de las grandes corporaciones norteamericanas.
3. El chavismo significó una profunda democratización en Venezuela, arrebatándole el poder a una élite corrupta que había gozado de las riquezas del país sin compartirlas con las mayorías populares. Aprobó en 1999 quizás si la constitución más democrática de la región, que concedió al pueblo derechos de los que jamás había gozado. Asimismo, el proceso de democratización le permitió al chavismo entre 1998 y 2013, ganar 18 de los 19 procesos electorales convocados, sin mayor cuestionamiento internacional, lo que ha sido expresión del éxito de su gestión en una primera etapa.
4. Todo esto promovió una movilización y organización desde abajo que inspiraron el desarrollo de la participación popular para fortalecer la representación política. Asimismo, la realización de programas sociales, las denominadas “misiones”, que han brindado servicios al pueblo especialmente en las áreas de salud, educación y vivienda, significando para millones el acceso a servicios básicos por primera vez en sus vidas, en una experiencia inédita desconocida en América Latina.
5. Pero las transformaciones han tenido también una dimensión simbólica muy importante, cambiando el rostro del país y promoviendo una identidad nacional de cariño por lo propio y proyección en la Patria Grande latinoamericana; lo que se sintetiza en el grito de Chávez: “tenemos patria”.
6. Sin embargo, la carencia de un programa económico alternativo al neoliberalismollevó a una política reactiva de nacionalizaciones y de reparto de la riqueza petrolera, sin un plan indispensable de desarrollo productivo orientado al fortalecimiento de la economía nacional y al establecimiento de nuevos lazos con el mundo.
7. Ello fue acompañado con un creciente giro autoritario,que empezó bajo el liderazgo de Hugo Chávez, burocratizando la relación del Estado con los sectores populares movilizados y restringiendo el pluralismo y la competencia política, lo que ha afectado gravemente las condiciones democráticas y ha deteriorado las relaciones entre el gobierno y la oposición. De esta forma se frenó la democratización inicial, respondiendo con represión a los embates reaccionarios y perdiendo capacidad para ampliar las alianzas políticas y la hegemonía ideológica sobre el conjunto de la sociedad.
8. La polarización, entonces, no es nueva, pero tiene un punto de quiebre en julio de 2017, cuando el gobierno de Nicolás Maduro instala una Asamblea Nacional Constituyente paralela a la Asamblea Nacional (parlamento) controlada por la oposición. El antecedente inmediato es que el chavismo pierde las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 y la oposición lo primero que intenta es desconocer al presidente Maduro. En respuesta, el chavismo crea una institucionalidad paralela totalmente controlada por ellos. Se rompe así, definitivamente, con los principios del pluralismo y la competencia política, esenciales para la democracia representativa.
9. A pesar de esto y de cara a las elecciones de mayo de 2018, se vuelve a la mesa de negociaciones, con la mediación de una comisión internacional presidida por el expresdiente español José Luis Rodríguez Zapatero. Por primera vez, se llega a un acuerdo en febrero de 2018 en una reunión en República Dominicana, con el fin de llevar adelante elecciones inclusivas y recuperar la institucionalidad. Sin embargo, cuando la delegación opositora llega a Caracas se desdice de lo acordado días antes y no firma el acuerdo final. Era claro que la estrategia del acuerdo era contraria a la estrategia de “cambio de régimen” que enarbolan los sectores más derechistas de la oposición y el gobierno de los Estados Unidos.
10. Las elecciones se realizaron, a pesar de la denuncia de los Estados Unidos y sus aliados en la región,consagrando el triunfo de Maduro que obtuvo algo más de seis millones de votos, contra un candidato de izquierda antichavista, que rompió con el resto de la oposición, y obtuvo dos millones de votos. Los cambios en la autoridad electoral y la presencia de observadores imparciales no pudieron, sin embargo, implementarse tal como se había planteado en los acuerdos de República Dominicana.
11. Pero la elección de Maduro para un segundo mandato y su posterior juramentación como Presidente no han mejorado la situación de autoritarismo político existente. Desde el oficialismo no hubieron nuevas iniciativas y la oposición agudizó su división, debido a que algunos participaron en la elección de mayo y otros no, viéndose debilitada y su organización dispersa. Ha sido la acción de la derecha internacional, con Estados Unidos a la cabeza, los que tomaron la iniciativa, esperando el inicio del nuevo mandato de Maduro para desconocerlo e iniciar la ofensiva actual.
12. Lo que vemos hoy, no caben dudas, es el resultado de un plan concertado que viene desde afuera de Venezuela.Los Estados Unidos y sus aliados quieren un cambio de régimen que excluya al chavismo del futuro de Venezuela. Pero, frente a esta última ofensiva el gobierno de Nicolás Maduro no da pasos concretos que permitan una solución negociada ante el deterioro general de la situación. Si las cosas siguen así lo más probable es una salida violenta en cualquier sentido que sería gravísima para Venezuela y el conjunto de la región.
13. La amenaza inminente de esta salida violenta es la que representa el gobierno de los Estados Unidosy la intervención, abierta o encubierta, que ya habría empezado a desarrollar. La historia de intervenciones del imperio del norte en la región señalan que nada bueno podemos esperar de una nueva intervención, sino un baño de sangre que inevitablemente salpicaría a todo América Latina. El problema fundamental es entonces esta amenaza de intervención que solo podrá ser atajada por un viraje político de las fuerzas democráticas y de izquierda que ponga por delante la soberanía nacional y la vigencia de una democracia inclusiva.
14. Debemos, por ello, redoblar esfuerzos, aunque parezca muy difícil, para una salida negociada a la crisis venezolana, definida por la ciudadanía de ese país, por encima de los intereses de cualquier potencia y de la avidez de las grandes corporaciones multinacionales por los recursos naturales venezolanos.
05.02.2019
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