Un homosexual que violó al menos a 195 adolescentes y jóvenes, generalmente estudiantes, en el Reino Unido fue condenado a 30 años de prisión. El sujeto es indonesio y no trabajaba, apoyado por sus padres ricos.
La familia del degenerado, Reynhard Sinaga, de 36 años, ha aceptado el veredicto judicial.
El sujeto enmascaraba su verdadera personalidad y en la Universidad de Indonesia lo conocían como sociable y se hacía pasar por católico devoto que asistía a una iglesia de religión anglicana donde llamaba “mis padres homosexuales” a dos hombres de edad avanzada. Se comportaba de forma afeminada.
Para perpetrar sus crímenes, Sinaga se instaló cerca de un barrio de homosexuales en Manchester, cerca de bares y discotecas frecuentados por estudiantes. Vivía en un departamento descuidado, pero se jactaba de la riqueza de su familia en Indonesia.
En el Reino Unido se convirtió en un estudiante eterno mantenido con el dinero de su padre. No quería regresar a su país porque su familia quería que se case y no sabía que es homosexual, reportan los medios británicos
El depravado llegó al Reino Unido en 2007 a los 24 años. Terminó una maestría en planificación en la Universidad de Manchester. Después terminó otra maestría en sociología en 2011. Después se inscribió para un doctorado en geografía en la Universidad de Leeds, donde escribió ensayos que fueron considerados por debajo del estandar mínimo requerido.
Sinaga es considerado el mayor violador del mundo teniendo en cuenta sus violaciones probadas, que son 195, pero debe haber un número mayor de violaciones, pues las 195 son sólo las que filmó. Hay otros pocos casos de violadores seriales en el mundo en los que se barajan números mayores de violaciones pero una cantidad menor admitida o probada.
Buscaba a sus víctimas en zonas cercanas a su departamento en la madrugada, acercándose a jóvenes solos de forma muy amable. Les hacía amistad, chateaba con ellos sobre la vida universitaria o la música y les ofrecía ayuda si estaban muy borrachos para que regresen a su casa en taxi.
Los incautos chicos creían que Sinaga sólo quería ayudarlos e incluso iban a su departamento. El violador los drogaba e incluso con un amigo alardeaba de tener una “poción mágica” que con sólo una gota dejaba inconscientes a sus víctimas, que en su mayoría no eran homosexuales sino heterosexuales, y se jactaba de convertir a los jóvenes heterosexuales en homosexuales.
También buscaba víctimas en Facebook. Parte de sus víctimas, por haber sido dopadas, no se enteraron que habían sido violados hasta después que la Policía encontró los vídeos.
En la sentencia el juez consideró que Sinaga no mostró ningún remordimiento, sino que parecía gozar con el proceso y hasta se reía con los casos.
Finalmente, sus violaciones terminaron cuando un adolescente jugador de rugby, no borracho, que fue invitado por el sujeto a su departamento, donde fue drogado con una bebida. Despertó y se dio cuenta de que el criminal lo estaba violando. Reaccionó, y, pese a que se sentía débil por la droga, golpeó fuerte a Sinaga, al punto que necesitó de una ambulancia, y escapó para dar aviso a la Policía.
En poder del violador la Policía encontró vídeos de muchos ataques sexuales perpetrados por el depravado. En otros casos fue porque encontraron el poder de Sinaga brevetes, tarjetas de crédito y hasta un teléfono que sustraía a sus víctimas como trofeo.
La Policía todavía continúa recabando denuncias de víctimas que todavía no han reportado ataques sexuales de Sinaga. Además, las víctimas tendrán que pasar por exámenes médicos para descartar enfermedades sexuales que les haya podido transmitir porque no usaba condón para violarlos.
Las autoridades debaten ahora sobre mayor control en las leyes sobre las sustancias para dopar a víctimas, las cuales pueden no sólo dopar, sino causar coma y muerte.