El canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, descartó una intervención militar de la Alianza del Atlántico Norte en la crisis de Ucrania.

 

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"No lanzaremos ataques militares; es cierto tanto para la OTAN (en su conjunto) como para los demás (aliados); sería inapropiado en esta situación", dijo Scholz, quien se encuentra de visita en Israel, durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Naftali Bennet.

La semana pasada, Alemania anunció la decisión de enviar a Ucrania 1.000 cañones antitanque y 500 misiles antiaéreos Stinger. También aprobó el traslado a Ucrania de 400 cañones antitanque de fabricación nacional desde Países Bajos, así como de nueve obuses D-30 y municiones desde Estonia.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una "operación militar especial" en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al "genocidio" por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania. El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.

Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Desde el 24 de febrero, las hostilidades en Ucrania han causado la muerte de 136 civiles y han dejado heridos a otros 400; unos 677.000 ucranianos han buscado refugio en los países vecinos, según la ONU.

Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar "todas las sanciones posibles" contra el líder ruso.

Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la intervención de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que, por vez primera, se extienden al presidente Vladímir Putin y al ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, prevén la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.

El 28 de febrero, las delegaciones de Rusia y Ucrania se reunieron para negociar en una localidad próxima a la frontera bielorruso-ucraniana. No hubo resultados tangibles al término del encuentro, pero las partes anunciaron que continuarán el diálogo tras una serie de consultas en sus respectivas capitales. Según algunos medios, este miércoles podría celebrarse una segunda reunión. (Sputnik)

 

Con información de Sputnik