Rupert Murdoch, corrupción y el gasto publicitario en la campaña electoral
Amy Goodman
¿Qué tienen en común el Primero de Mayo, Murdoch y el asesinato de Milly Dowler con las elecciones presidenciales de 2012 en Estados Unidos? Las elecciones de este año sin duda serán las más caras de la historia del país; algunas proyecciones estiman que superarán los 5.000 millones de dólares. Pero no solo aumentó el gasto: la naturaleza del mismo también se incrementó luego del fallo de 2010 de la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso Citizens United, que permite el gasto ilimitado de empresas, sindicatos y de los denominados súper PACs (o comités de acción política) en la campaña electoral, todo bajo el lema de la “libertad de expresión”. Esta campaña electoral se desarrollará en medio del resurgimiento del movimiento Occupy Wall Street, que fue relanzado a nivel mundial el 1° de mayo, el mismo día en que el Parlamento británico publicó un informe sobre el emporio mediático de Rubert Murdoch, en el que se lo acusa de no ser “una persona idónea para dirigir una gran empresa multinacional”. Ahora más que nunca, la gente debería seguir el consejo de Garaganta Profunda, la famosa fuente del caso Watergate: “Sigue la pista del dinero”.