Cerca de 1, 500 niños recibieron atención por abuso sexual

En el año 2011.

Minsa recomienda no confiar a sus hijos a  personas “cercanas” o amigos.

Todo comienza con el exceso de confianza. Los padres de familia dejan a sus hijos con familiares o amigos más cercanos, sin sospechar que ellos pueden ser los futuros abusadores sexuales de sus hijos.  

 

Según cifras del Módulo de Atención al Maltrato Infantil (MAMIS), del Ministerio de Salud, en el 2011 se han atendido 1,493 casos por abuso sexual, a nivel nacional. Es decir, que la cifra aumentó respecto del 2010, año en que se registraron 1,395 casos por este mismo motivo.

La gestión actual del ministro de Salud, tiene entre sus prioridades evitar el abuso infantil, por  ello, la Dra. Giovany Rivera, jefa del departamento de psiquiatría infantil del Hospital Víctor Larco Herrera recomendó a los padres supervisar las actividades de sus hijos, aun siendo adolescentes, pues “si bien a esta edad quieren ser independientes, eso no significa que los padres estén ajenos a los lugares donde asisten y a las personas que los acompañan”.

La doctora agrega que a pesar de que la persona destinada para quedarse con los niños, sea “de confianza”, esta debe ser monitoreada, pues son los familiares más cercanos, los que suelen ser los abusadores de los menores.

A tener en cuenta

Los niños asumen conductas que pueden ayudar a los padres de familia a identificar un posible abusador o simplemente, alguien con quien ellos no se sienten cómodos. La Dra. Rivera recomienda observar si el pequeño siente miedo o manifiesta alguna señal de rechazo  que no tiene empatía con alguien. “Si es bien tratado y bien querido, el menor se va a querer quedar con esa persona, sin mayor dificultad”, explica la especialista.

Apostar por la rehabilitación

Algunos padres de familia piensan que el abuso sexual es vergonzoso y que es mejor quedarse callados. Ante ello, la especialista indica que, aunque el trabajo es duro, sí es posible rehabilitar a un menor que ha sido víctima de abuso. “Todo depende de la colaboración de la familia, quienes muchas veces, lejos de brindar un apoyo, inciden en el tema de la culpa y el abandono”, explica. A ello hay que sumarle la capacidad de superar los obstáculos de las víctimas (resilencia) y la terapia psicológica.

Recordemos que los menores abusados sexualmente presentan impulsividad, falta de concentración, problemas de conducta y también son retraídos y/o agresivos, y el tratamiento es vital para ellos.