La evidencia patológica muestra cómo las vacunas contra el COVID-19 hacen que los linfocitos ataquen los propios órganos del cuerpo
Por Lance D. Johnson
(Natural News) A pesar de que las muertes en masa están asociadas con la vacuna de ARNm de proteína de espiga, este programa experimental aún no se ha detenido. A pesar de que Pfizer y la FDA sabían que hubo 1,223 muertes por la vacuna en los primeros tres meses de su implementación, la autorización de uso de emergencia continuó. No sólo es poco científico, sino que también es falso y amoral clasificar las muertes posteriores a la vacunación como “muertes inexplicables”. Los patólogos y los médicos forenses no tienen más remedio que investigar cómo estas vacunas están matando a ciertas personas. Las autopsias y la evidencia patológica muestran que las vacunas de covid-19 inducen daño cardiovascular, agotamiento del sistema inmunitario y enfermedades autoinmunes graves.
Destrucción de la fibra muscular del corazón. Reutlingen Institut