Diferendo con Chile. El frente político-diplomático

Jose Garcia Belaunde


Presentada la demanda peruana ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, saltan a primer plano diversas facetas cuya correcta apreciación permitirá un acertado seguimiento de la controversia que nos enfrenta con Chile.

Ingenua o interesadamente, algunos sostienen que la solidez de nuestra argumentación jurídica, los hechos objetivamente existentes (tratado de 1929 y la línea demarcatoria de él derivada) y la conducción diplomática impecable serán suficientes para garantizar un resultado final positivo. Nada más equivocado.

 

Militares en situación de retiro como José Graham y Ollanta Humala alertan a la opinión pública del peligro cercano, casi inminente, de que empiece a manifestarse con más fuerza la conocida y antigua alianza política y militar entre Chile y Ecuador, además de una adhesión de Bolivia favorable también a Chile.

Alineaciones


La falta de argumentos jurídicos y la imposibilidad de hacer valer por la razón sus alegatos, Chile las compensa muy bien buscando alianzas, simpatías y complicidades de otros países. Ya hemos visto que en la guerra de 1879-1883 los EE. UU. de Norteamérica no ocultaban su interés de convencer al Perú de que entregara Arica y Tarapacá a Chile, lo más pronto posible1, conducta que continuó en décadas posteriores hasta que con satisfacción los yanquis vieron que Chile obtuvo todos los territorios peruanos que quiso. Así, sabiendo con certeza que los EE. UU. siempre ha sido adverso al Perú, lo aceptaron como garante, junto a Chile, al final del conflicto con el Ecuador en 1941, y hasta la firma del tratado de Itamaraty, que el Perú, como resultado de los reveses sufridos en el campo de batalla, tuvo que aceptar a fardo cerrado, sin conocer su contenido.

El secreto y la reserva diplomática, tan necesarios en el trato entre países, es un pozo sin fondo en el que no se desenvuelve bien nuestra política exterior y es la garantía de pérdida territorial. El 80% de diplomáticos peruanos son profesionales fracasados de otras carreras, y del basurero de sus profesiones pasan a la Academia Diplomática. Añádase a esto que ideológica y psicológicamente existe en la cancillería peruana una atmósfera impuesta por timoratos, corruptos y, en general, gente que ejerce una autocensura que limita toda iniciativa de expresar afirmativamente los intereses del estado peruano y los valores históricos del Perú como nación.

Alianzas: cero balas

Como resultado de la conducción de los asuntos diplomáticos del Perú en manos de personajes obtusos, que son simples bodoques cuyo máximo mérito es andar bien vestidos, el Perú siempre llega aislado y sin aliados a estas coyunturas en que se juega mucho de su destino. Cierto es que ganar la amistad de los ecuatorianos y neutralizarlos frente a Chile es tarea difícil; pero precisamente por eso se debe evitar que se agrave la situación. ¿Qué hacen el canciller del Perú y el Presidente de la República? Lo que hacen es abrir la boca justamente para enconar los sentimientos contra el Perú. Pasa que el presidente venezolano Hugo Chávez reconoce a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) la condición de fuerza beligerante, lo cual irrita grandemente al presidente colombiano Álvaro Uribe, para quien las FARC son una organización terrorista. En suma, una ronda más de los cíclicos enfrentamientos e insultos entre los gobiernos de Colombia y de Venezuela. Pero he aquí que el canciller peruano José García Belaúnde enmienda la plana a Hugo Chávez y afirma que las FARC son terroristas. ¿Qué nos importa si las FARC son calificadas de terroristas, bomberos o traficantes de drogas?, ¿qué tiene que hacer el Perú en ese lío para dar la razón al gobierno de Colombia, que se apoderó de nuestro territorio de Leticia con la complacencia del Apra? Si algo nos corresponde hacer en este asunto es tener bien vigilada la frontera con Colombia, para evitar que gente de las FARC entre a nuestro territorio. Punto. Por otro lado, lo primero que ha hecho Alan García al llegar a España es decir que el rey actuó bien al hacer callar a Hugo Chávez en Chile.

¿Qué va a pasar con esto? Los venezolanos ya han respondido a García Belaúnde diciéndole que no meta las narices donde no lo han llamado. Falta saber qué dirán de Alan García Pérez. Pero estas respuestas o quizá alguna nueva andanada de insultos contra el presidente del Perú son solamente lo anecdótico, son insultos que van a incomodar a los peruanos pero van a resbalar de la curtida piel de los dos provocadores que representan a nuestro país. Lo grave es otra cosa. Ecuador tiene un gobierno políticamente alineado con el de Venezuela, y otro tanto pasa con el de Bolivia. Por tanto, sería ingenuo pensar que luego de las mencionadas provocaciones peruanas, Ecuador, aliado de Venezuela, va a querer mejorar sus relaciones con el Perú y abstenerse de apoyar a Chile.

Sostenemos que estos incidentes no son un error o “patinada” de García Belaúnde y García Pérez. Lo han hecho a sabiendas, porque están preocupados, horrorizados o asustados al saber que, contra sus designios prochilenos, la demanda peruana ante la CIJ puede tener éxito, y que tal resultado favorable al Perú enojaría mucho a los patrones chilenos de estos bocasueltas. Entonces, como una forma de decir a Chile que ellos no tienen la culpa de que la presión popular y de los partidos políticos haya llevado a la formulación de la queja peruana, para compensar a Chile provocan a Venezuela con el objetivo de asegurarse de que con la reacción de Venezuela y sus países amigos la diplomacia peruana no tenga ninguna posibilidad de éxito en sus acercamientos a Ecuador y Bolivia. “Misión cumplida, patrona Bachelet”, gritan entusiasmados los lacayos que aparentando representar al Perú sirven los intereses de Chile.


Tradición aislacionista

Como si el Perú fuese una gran potencia que no necesita de nadie, la diplomacia peruana de siempre, obsecuente y autocensurada ante Chile, nunca ha trabajado adecuadamente para lograr el apoyo político y diplomático —y si es posible militar— de otros países en nuestro permanente enfrentamiento con Chile y su aliado Ecuador; todo ha sido enfrentar solos ya sea a Ecuador o a Chile. No se ha hecho nada para conseguir el alineamiento claro de Argentina, Venezuela, Brasil y Bolivia. Personas corruptas o ignorantes del acontecer mundial sostienen que a la hora de la verdad ningún país saca la cara por otro; esta creencia es absolutamente falsa. Vamos a los ejemplos conocidos. Cuando en 1990 Iraq invadió Kuwait, los EE. UU. encabezaron una coalición para desalojar a los iraquíes. Rusia, por su parte, entró en 1877 en guerra contra el Imperio Otomano (con centro en Turquía) para liberar a Bulgaria de la opresión, y lo hizo al costo de 200 000 bajas del ejército imperial ruso. Y entre países chicos también se ve alianzas, como ocurrió cuando durante la Guerra del Alto Cenepa (1995) Chile, pese a su condición de país garante1 del Protocolo de Río, envió armas a Ecuador para que asesinase militares peruanos.

En otra oportunidad2 hemos mencionado la alianza político-militar de Armenia y Grecia frente a Turquía. A propósito de la relación de este país con Armenia, podemos mencionar que desde hace mucho tiempo, como resultado de graves enfrentamientos armados y aniquilamiento de decenas de miles de personas por parte de ambos bandos, Turquía y Armenia siempre han tenido una relación tensa. Pero como los vientos de paz llegan a todas partes, a comienzos de la década de los años 90 del siglo XX, mejoraron las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales entre ambos países; por ejemplo, se restableció la conexión ferroviaria, lo cual incrementó el intercambio comercial a ambos lados de la frontera. Todo iba bien entre Armenia y Turquía, pero en 1992 estalló una intensa guerra entre Armenia y Azerbaiján, guerra que concluyó en 1994 con un claro triunfo de los armenios. Turquía hizo lo posible mediando en el conflicto para evitar la derrota de su amigo Azerbaiján, pero nada pudo hacer. Sin embargo, ya que no podían intervenir militarmente3, los turcos interrumpieron nuevamente el tránsito ferroviario con Armenia, que con esa medida resultó mucho más perjudicada que Turquía. Valoremos aquí el gesto solidario de los turcos, que por apoyar a Azerbaiján sacrificaron parte de sus negocios con Armenia. ¡Cuando la diplomacia cumple su función, los amigos que un país consigue sí sirven, hacen algo!

Mencionamos estos ejemplos de entre muchos que ofrece el escenario internacional para que nos demos cuenta de que la diplomacia peruana debe superarse enormemente, su déficit moral y profesional es inmenso. Si todo estuviese bien, la cancillería peruana debería tener el peso suficiente para definir una política exterior que defienda los intereses nacionales ante Chile, país enemigo, política que sería respaldada por cualquier gobierno que entre y por la población. Ahora todo se hace a espaldas del pueblo y se atenta contra la soberanía nacional y contra nuestra seguridad como país (véase el caso de la venta de gas a Chile).

Objetivos en alianzas

Olvidando su condición de mucama de Chile, la diplomacia peruana debe trabajar no sólo para fundamentar la posición peruana en el reclamo ante la CIJ, sino que debe trazarse como meta mejorar las relaciones con Ecuador hasta neutralizarlo; y, por otro lado, con una estrategia bien calculada y estructurada, ganar el apoyo de Bolivia a la causa peruana. ¡Es una vergüenza para los diplomáticos peruanos que hoy Bolivia esté más cerca de las posiciones de Chile, país delincuente que le usurpa su litoral, que del Perú, su hermano gemelo! También hay que dedicar mucha atención al Brasil y a Argentina; actualmente Brasil se lleva mucho mejor con Chile que con el Perú. ¡Y cómo descuidar nuestros vínculos con Argentina, a quien auxiliamos militarmente2 durante la guerra de Las Malvinas! Los topos e infiltrados que tiene Chile en la cancillería peruana se encargaron de reducir a la nada lo que debía ser una buena y sólida relación. En el caso del Brasil, está a nuestro favor el poder ofrecerle hasta tres buenas salidas al océano Pacífico, las cuales podrían ser con ferrocarril4. Hay mucho por hacer, mucho por lograr, siempre y cuando se actúe pensando en los intereses supremos de nuestra patria peruana, lo cual parte del reconocimiento de que Chile, por la usurpación de Arica y Tarapacá que continúa hasta la fecha, ha sido y es enemigo mortal del Perú, y de que debemos guardar las distancias correspondientes.

El Perú debe estar en condiciones de defender sus intereses y soberanía en todo terreno (diplomático, jurídico o militar) sin depender de nadie; pero no debe descuidar la adhesión de otros países a nuestra causa, no sólo por el apoyo que puedan darnos sino porque Chile, pese a ser país delincuente y agresor, siempre conquista amigos y gana opinión pública a su favor. No olvidemos que cuando Chile atacó al Perú en la Guerra de 1879, con la ayuda de los Estados Unidos de Norteamérica, aisló al Perú e impidió que buscara la mediación de países neutrales. Por no haber trabajado a tiempo en las relaciones con otros países, los chilenos y los yanquis nos hicieron el “corralito”1.
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1 El hecho de haber aceptado la participación de Chile como garante en el conflicto con el Ecuador da cabal idea de la actuación de nuestros brutos, embrutecidos (¿o coimeados?) sachadiplomáticos. ¿Por qué en 1941 teníamos que aceptar la mediación de nadie si las fuerzas armadas peruanas habían derrotado contundentemente a los ecuatorianos? ¡Y además se incorporó al grupo de garantes a los EE. UU., país que durante la Guerra de 1879 y después de ella trabajó incesantemente para perjudicar al Perú en beneficio de Chile. Ver Guerra del Pacífico, yanquis y chilenos
Guerra del Pacífico, geopolítica y gas   y  García declara su admiración al traidor Miguel Iglesias

2 Ver: Y ahora Ecuador… Alianzas, acercamientos y distanciamientos

3 No podían ni pueden porque, previsoramente, Armenia tiene suscrito con Rusia un tratado de defensa en virtud del cual hay un significativo destacamento militar ruso en suelo armenio, de manera que cualquiera que invada Armenia tendría que enfrentar militarmente a los rusos, con todas las consecuencias que esto implica. He aquí un ejemplo más de una diplomacia efectiva como la armenia, que permite conseguir aliados o protectores.

4Hay que pensar en grande: para movimiento de carga en gran escala se debe emplear ferrocarril, no carretera (que se reserva para el turismo o el comercio al menudeo). Los chinos y los mismos brasileños están en condiciones de construir los ferrocarriles que cruzando la selva y la sierra llegarían a puertos de nuestra costa. Sólo falta apartar de los tratos a políticos y diplomáticos coimeros que todo el tiempo sacan la cara por sus amos chilenos y obstaculizan las relaciones del Perú con países que no sean Chile.