El reino de los lobbies impera en el gobierno
En el diálogo entre el asesor Alejandro Ríos y la empresaria pesquera Adriana Pérez, que estaba acompañada por el ex viceministro Gerardo Castro, la mujer dice al funcionario del Produce:
En el diálogo entre el asesor Alejandro Ríos y la empresaria pesquera Adriana Pérez, que estaba acompañada por el ex viceministro Gerardo Castro, la mujer dice al funcionario del Produce:
- Tú también vas a tener tu parte
Es el momento previo a que intervengan el fiscal y la policía para detener a los sobornadores y encuentren a Adriana Pérez depositando 10 mil dólares sobre la mesa para asegurar la gestión de ampliación de licencias de captura que estaba llevando ante la dirección de extracción pesquera del ministerio.
La frase que está grabada confirma lo evidente: que Ríos estaba actuando como un aparente intermediario de otras personas con poder para influir en la decisión final, que sólo podrían ser el ministro, la viceministra de Pesquería o el director de extracción y procesamiento pesquero.
La misma versión de Alejandro Ríos que indica que la gestión ante su persona se inició quince días antes y que le propuso a los interesados asistir el 1 de febrero con el dinero, muestra que Castro y Pérez estaban Seguros de estar haciendo una operación que daría resultado.
¿En quién confiaban?, ¿en un asesor que no tiene incidencia en las resoluciones?, ¿en el director que firma estos documentos?, ¿en sus superiores que pueden darle la orden de hacerlo?
Y para que haya alguien que lleva 25 mil dólares en la cartera y desembolsa 10 mil, a pura palabra, sin que la resolución esté a la vista, debe haber o mucha confianza u otras operaciones previas que hayan sido realizadas efectivamente.
Otro detalle del caso, es porqué interviene alguien que antes tuvo un cargo importante en el gobierno. La explicación es clarísima: los puestos de ministros y viceministros, y los de lobistas de empresas, se intercambian con una velocidad sorprendente en este gobierno. Las más emblemáticas de estas mutaciones son las de Rómulo León y Remigio Morales Bermúdez (¿recuerdan el potoaudio de Lourdes Flores con este personaje?), pero hay muchas otras, a las que hay que añadir los lobbies de Alan Simón, Bieto, Nava y otros con fuertes vínculos con Alan García.
Los que buscaron como abogado a Gerardo Castro sabían que estaban haciendo pesar su condición de ex viceministro de Justicia y sus relaciones con Pastor y Del Castillo. Y también lo tenían presente los que le tendieron la trampa para meterlo preso y dañar frontalmente a sus padrinos.
El honesto Villasante
Lo que se puede decir del ministro Jorge Villasante es que no sabe ni entiende nada sobre pesca. Eso es formidable para la Sociedad Nacional de Pesquería porque le permite fácilmente hacer pasar sus intereses particulares por los nacionales, como ocurre con el tema de las cuotas pesqueras y los reclamos de pequeños y medianos armadores respecto a la forma como se ha repartido el mar y se ha multiplicado los ingresos de las grandes pesqueras.
Pero a falta de una política pesquera real que apunte a fortalecer la alimentación de los peruanos y la protección de los recursos marinos, Villasante ha querido pegarla de moralizador. Pero ocurre que en Cusco, un asesor legal de la RENIEC regional, de nombre Ulises Morán Bravo, pariente de Jorge Villasante, también cayó con las manos en la plata en junio del año pasado, cuando cobraba coimas por arreglar problemas de DNI a diversos ciudadanos.
Morán fue enviado al penal de Quencoro, en donde estuvo sólo algunas semanas, porque su pariente y abogado, Jorge Villasante abogó por él y logró con una leguleyada (se argumentó que el fiscal que estuvo en su detención era un fiscal superior y no el provincial de turno) sea puesto en libertad, condición en la que continúa hasta ahora.
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Es el momento previo a que intervengan el fiscal y la policía para detener a los sobornadores y encuentren a Adriana Pérez depositando 10 mil dólares sobre la mesa para asegurar la gestión de ampliación de licencias de captura que estaba llevando ante la dirección de extracción pesquera del ministerio.
La frase que está grabada confirma lo evidente: que Ríos estaba actuando como un aparente intermediario de otras personas con poder para influir en la decisión final, que sólo podrían ser el ministro, la viceministra de Pesquería o el director de extracción y procesamiento pesquero.
La misma versión de Alejandro Ríos que indica que la gestión ante su persona se inició quince días antes y que le propuso a los interesados asistir el 1 de febrero con el dinero, muestra que Castro y Pérez estaban Seguros de estar haciendo una operación que daría resultado.
¿En quién confiaban?, ¿en un asesor que no tiene incidencia en las resoluciones?, ¿en el director que firma estos documentos?, ¿en sus superiores que pueden darle la orden de hacerlo?
Y para que haya alguien que lleva 25 mil dólares en la cartera y desembolsa 10 mil, a pura palabra, sin que la resolución esté a la vista, debe haber o mucha confianza u otras operaciones previas que hayan sido realizadas efectivamente.
Otro detalle del caso, es porqué interviene alguien que antes tuvo un cargo importante en el gobierno. La explicación es clarísima: los puestos de ministros y viceministros, y los de lobistas de empresas, se intercambian con una velocidad sorprendente en este gobierno. Las más emblemáticas de estas mutaciones son las de Rómulo León y Remigio Morales Bermúdez (¿recuerdan el potoaudio de Lourdes Flores con este personaje?), pero hay muchas otras, a las que hay que añadir los lobbies de Alan Simón, Bieto, Nava y otros con fuertes vínculos con Alan García.
Los que buscaron como abogado a Gerardo Castro sabían que estaban haciendo pesar su condición de ex viceministro de Justicia y sus relaciones con Pastor y Del Castillo. Y también lo tenían presente los que le tendieron la trampa para meterlo preso y dañar frontalmente a sus padrinos.
Este es el APRA del 2011, ¿qué les parece?
Raúl Wiener
Unidad de Investigación,
La Primera,07.02.2011.