García conspiró con Ponce Feijoó para “joder” a Ollanta con Madre Mía

Entrevista exclusiva con Ponce Feijoó y Tomasio.

García no solo recurrió a Ponce Feijoó en el 2006, mantuvo una relación permanente como cliente privilegiado.

El presidente García se jactaba de tener “jodido” a Ollanta Humala pensando todo el tiempo en los juicios e investigaciones que se le seguían en relación al caso Madre Mía, según revela en explosivas declaraciones que hace pública LA PRIMERA, el marino Elías Ponce Feijoó, jefe y fundador de la empresa de servicios de seguridad Business Track, preso sin proceso durante dos años y tres meses. El jefe de Business Track revela también que acudió a Palacio hasta antes que estallara el escándalo de los petroaudios.

 

En el ambiente destinado al venusterio del penal Castro Castro, en el distrito de San Juan de Lurigancho, han recluido a 45 presos especiales, entre los que se encuentran los oficiales en retiro de la Marina de Guerra del Perú, Elías Ponce Feijoó y Carlos Tomasio de Lambarri, principales implicados en el llamado caso de los chuponeos, derivado del escándalo de los petroaudios.

Según la opinión fiscal, Ponce era el conductor de la empresa de espionaje y Tomasio el operador técnico. Ambos se consideran ahora como detenidos sometidos a un sistema de silenciamiento político, lo que explicaría la dilación de su proceso.

- A nosotros no nos dejan hablar compadre. Es una cuestión donde no quieren dejarnos hablar. Tendrán temor, no entiendo.

- Nos han aplicado una ley especial, hecha para nuestro caso, que prorroga a 36 meses el tiempo de la instrucción, anota Ponce Feijoó.

Como es evidente, al gobierno no le interesa que salga a luz las relaciones que existían entre Business Track y el presidente desde hacía varios años y que según el periodista Gustavo Gorriti datan por lo menos de la campaña de 2006, cuando García convocó a Ponce Feijoó y le dijo “Usted ayúdeme con el comandante que yo me encargo de la Gorda” (libro “Petroaudios” Políticos, espías y periodistas detrás del escándalo, Lima, Editorial Planeta Perú, 2009), y que según otras versiones son más antiguas y vienen del primer gobierno aprista y del trabajo de los servicios de inteligencia naval.

Según Tomasio hay una hostilización continua contra ellos:

- Vino un grupo de operaciones especiales del INPE. Terminó la requisa, yo estaba en el patio y dijeron que suban los que viven en el tercer piso, me acerqué y nos pusieron en fila a todos y a mí fue a la única persona que me dijeron bájese el pantalón, me bajé el pantalón sin decir palabra, ahora bájese el calzoncillo, me bajé el calzoncillo, entonces me dijeron: de una vuelta de 360 grados y me di la vuelta. Yo hasta allí normal, ya que estoy en una prisión, acepto que se haga todo tipo de requisas, pero cuando me enteré que yo había sido la única persona de los 41 internos que vivimos en el venusterio, sí, me queje. Digo ahí no, esto es un trato político.

Malas impresiones

Ponce Feijoó estaba en relación con Alan García cuando se produce el escándalo de los petroaudios. Era consultado y recibía encargos sobre diversos asuntos. Hace algunos meses García dijo que Ponce era mentiroso y le causaba una “mala impresión”. El marino por su parte, explica que fue él el primero en impresionarse negativamente al comprobar la manera como el presidente manejaba los asuntos de Estado.

- Yo te voy a contar… en el caso Madre Mía del señor Ollanta, cuando yo converso LA PRIMERA vez con el señor que dice que soy un mentiroso, que yo le causo una mala imagen, lo dice el señor García en una entrevista en El Comercio, la impresión mala me la causa él a mí, por lo que me pide, ¿me entiendes? Porque a mí me llama, yo no voy a ir porque a mí me da la gana, esa mala impresión que dice que yo le causo, entre comillas, me la causa él a mí, porque me pide lo que me pide. ¿Ya? Y una de las cosas que me pide, es que él ya no lo tenía a Ollanta jodido con un juicio, con una investigación sobre Madre Mía, para que no piense, para tener al hombre pensando en otra cosa que no sea en el problema del juicio, de la investigación que se le estaba abriendo. Ese es el modus operandi.

Ponce está hablando de un diálogo con el presidente del Perú, que se realiza porque García lo convoca (“a mí me llama, yo no voy a ir porque a mí me da la gana”), en el que está haciendo planes contra su eterno enemigo, su exrival del 2006 y entonces potencial candidato el 2011, Ollanta Humala, al que considera que lo tiene “jodido” con los juicios e investigaciones sobre el caso Madre Mía.

Tómese nota de la gravedad de lo que se dice: que los casos de derechos humanos pueden manipularse por mero interés político y que el presidente tiene un poder para que esas investigaciones y procesos se mantengan abiertamente, con el objeto de tener a su adversario pensando todo el tiempo en sus enredos judiciales.

Es Ponce Feijoó el que califica esta conducta como un “modus operandi”.

Cuáles son las garantías ante un presidente con esta línea de actuación en un contexto de un proceso electoral en el que Humala se ha consolidado como el favorito. Razones para mantener la mayor alerta sobre lo que va a pasar en los siguientes días y hasta el cambio de gobierno.