Respaldo de profesionales y Vargas Llosa a Humala, ¿inconsecuencia o valentía?

Por Rocío Ferrel

En los últimos días destacados profesionales, independientes y de diversos partidos, así como el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, manifestaron su adhesión al candidato de Gana Perú Ollanta Humala en la segunda vuelta, para desesperación de la mafia fujimorista.

 

 

Keiko Fujimori, Rafael Rey, entre otros personajes salieron a arremeter contra ellos diciendo que se trata de incoherencia, inconsistencia, porque Vargas Llosa y otros antes habían criticado a Humala.

La sociedad debe defender la democracia y hacer frente al delito

Los ciudadanos pueden discrepar en sus ideas y preferencias políticas y hasta haber llegado al insulto y la descalificación injusta del adversario, pero un verdadero ciudadano no puede quedar impasible ante la amenaza de la reinstalación de la mafia fujimorista que capturó el Perú en un desenfreno de crímenes, latrocinios, torturas, amenazas, secuestros y sometimiento de la prensa y las instituciones públicas.

Por más que ofrezcan flores y sueños, los fujimoristas demostraron con hechos probados no tener palabra ni respeto por el Perú ni por la democracia, la vida ni los valores.

Por ello, antes que inconsistencia o inconsecuencia, la actitud de estos profesionales es de valentía, tanto más cuanto hayan incurrido en un ataque feroz contra Humala, pues hay que tener valor para en ese caso reconocer los excesos y sumar en defensa de la democracia y la libertad, pues al final de cuentas su toma de posición no es hacia la persona de Humala, sino ante la defensa del Perú, para evitar que caiga nuevamente ante la asociación ilícita para delinquir y asesinar, que fue el fujimorismo.

Así, como se dice coloquialmente, después de haber despotricado, “tragarse el sapo” y cerrar filas tiene mucho valor.

Y eso es lo que haría cualquier persona en casos similares, pues por más que haya insultado a su vecino, se ve obligada a unirse cuando la delincuencia amenaza.

En mi caso, he escrito también algunos artículos ácidos contra Vargas Llosa y continúo discrepando con parte de su pensamiento y sus declaraciones, pero no queda más que admirar su coraje y saber establecer prioridades y defender la decencia y la libertad en esencia.

Con la libertad que me da no pertenecer a ningún partido, también señalo que entre el más de un centenar de profesionales adherentes puede haber algunos oportunistas o personajes cuestionables, como lo es Julio Castro Gómez o Álvaro Vidal, conocido traidor al gremio médico, que nada bueno tienen que ofrecer al plan de gobierno de Humala en la cuestión de Salud, por su trayectoria comodina y de silencio cómplice ante los faenones y atropellos contra el ser humano en esta materia, pues callaron ante los latrocinios en Essalud, los experimentos con transgénicos de Pilar Mazzeti, las esterilizaciones forzadas contra las indígenas, el criminal cambio de la legislación en  las condiciones para experimentación en humanos, perpetrada por el gobierno aprista, entre otras execrables perlas, por lo cual sería bueno que Humala extirpe estos tumores antes que hagan metástasis. Ambos son médicos pero carecen de verdadera ciudadanía en materia de Salud.

Inconsecuencia y cobardía de Toledo y otros



Fui una de los miles de ciudadanos que participaron en la Marcha de los 4 Suyos y como muchos lloré con los gases lacrimógenos. Recuerdo que Alejandro Toledo y Álvaro Vargas Llosa se acercaron al puesto de atención a heridos por la represión dictatorial  donde me encontraba, que fue atacado con las bombas lacrimógenas.

Ese recuerdo contrasta con el Toledo de ahora, que declara no apoyar a Humala ni a Keiko. Eso sí es inconsecuencia y oportunismo, pues fue una de las figuras públicas de la unidad ciudadana contra la dictadura fujimorista en esa marcha, junto con Fernando Belaúnde Terry, Luis Castañeda, entre otros.

Que los personajes que respaldaron la Marcha de los 4 Suyos ahora se queden impasibles mientras la mafia fujimontesinista se soba las manos soñando con recapturar el Perú, eso sí es una vergüenza y una cobardía.

Por ello, ahora es execrable la “neutralidad”  y el voto viciado con el cual quieren convencer a los descontentos que no han votado por Humala ni Keiko, en especial a los jóvenes de 18 años, que eran niños cuando la dictadura azotaba y no están muy concientes de lo que es el fujimorismo .

No permitamos ser el hazmerreír del mundo, que vería con asombro que después de haber derrotado a una mafia y haber encarcelado a sus cabecillas, ahora los encumbremos en el poder. Respetemos a nuestro país, ahora sólo hay una sola opción digna y patriótica en medio de la diferencia.