Esta semana comenzó con un nuevo escándalo de la gestión de la alcaldesa de Lima Susana Villarán y dejó ver la pésima administración del mercado de Santa Anita por parte de los burócratas dorados amigos de la burgomaestre.
El asunto no se conoció hasta que a través de los medios los comerciantes que venden en ese centro denunciaron la pestilencia insoportable existente en el lugar por la falta de agua por tres días consecutivos, por lo cual, en especial los servicios higiénicos, despedían un olor fétido que además atrajo a una nube de moscas, pese a que la alcaldesa alegó que se terminaba la venta en La Parada para tener un lugar limpio.
Los comerciante advirtieron que las moscas estaban contaminando todos los comestibles, por la falta de agua, mientras que la burocracia de la Empresa Municipal de Mercado (Emmsa), encabezada por Ricardo Giesecke señaló que no tenía responsabilidad alguna y culpó a Sedapal.
Las bombas eléctricas trabajaron sin agua lo que las dañó. El especialista eléctrico y sanitario del lugar, Daniel Cadioti, dijo que el problema real era que Sedapal no proporcionaba el caudal que requiere la maquinaria que bombea lo que ocasionó que se dañen.
Alberto Villagarcía, gerente de Servicios Centro de Sedapal, desmintió al funcionario de la administración Villarán. “Sería un problema interno, propio del mercado. Sedapal no tiene responsabilidad con la falta de agua”, sostuvo.
El teniente alcalde limeño, Eduardo Zegarra, admitió que no sabía lo que ocurría en el lugar que tanto promocionaba. “No tengo información de esa situación, pero ya hay acuerdo con minoristas de La Parada”, argumentó.
Desparpajo de Giesecke
Entrevistado por RPP acerca de este problema, Giesecke negó que sean tres los días sin agua y dijo que el problema comenzó el sábado.
No obstante, sábado, domingo y lunes suman tres días, negados increíblemente por este burócrata dorado que no tiene experiencia en manejo de mercados ni centros comerciales. Su único mérito es ser amigo de Susana Villarán.
Si desde el sábado ya existía este problema, de inmediato debieron haber contratado cisternas para abastecer de agua al mercado, como lo señalaron varios comerciantes que no ostentan los pomposos títulos académicos de Giesecke, que por lo visto, sólo son papel inservible, pues este personaje es bueno para nada. Pasó su fin de semana veraniego desentendiéndose de sus obligaciones.
Así, muy suelto de huesos, recién el lunes dijo que se buscaría el servicio de cisternas para solucionar el problema.
El malestar causado a los comerciantes y la falta de higiene son más graves por cuanto el alquiler mensual de los puestos en Santa Anita asciende a un promedio de S/.5,000 cada uno, pese a que el exalcalde Luis Castañeda había proyectado un alquiler de S/.700 mensuales, por lo cual al menos el servicio de administración debería se excelente, pero es un desastre, como toda la gestión de Villarán.