Una empresa de biocombustibles propiedad de Shell en Brasil ha descartado seguir adelante con sus polémicos planes para producir caña de azúcar en tierra arrebatada a un pueblo indígena después de una ruidosa campaña por parte de los indígenas y de Survival International.

 

La empresa, Raízen, se estableció en 2010 como una joint venture entre Shell y el gigante brasileño del etanol Cosan para producir biocombustible a partir de caña de azúcar.

Pero parte de la caña de azúcar se cultiva en tierras que los guaraníes, uno de los pueblos indígenas más perseguidos y empobrecidos de América Latina, reclaman como suyas. Sus líderes son regularmente asesinados por pistoleros que actúan a instancias de los propietarios de las plantaciones de caña de azúcar y de los ganaderos que se han apoderado de la mayor parte de sus tierras.

Ahora Raízen ha accedido a dejar de comprar caña de azúcar producida en tierras declaradas indígenas por el Ministerio de Justicia. La sostenida campaña de Survival y la presión de la fiscalía de Brasil hicieron que comenzasen las negociaciones entre Raízen y FUNAI, el departamento de asuntos indígenas de Brasil.

Este hito también supone que Raízen se compromete a consultar con FUNAI para evitar cualquier inversión o expansión en zonas de conflicto que pudieran ser reconocidas como indígenas en el futuro.

Los indígenas guaraníes han dado la bienvenida a la noticia. Muchos de ellos viven en condiciones deplorables, en reservas superpobladas o en campamentos improvisados en las cunetas de las carreteras tras haber sido expulsados de su tierra.

La comunidad de Valdelice Veron, en el estado de Mato Grosso do Sul, es una de las directamente afectadas. Los guaraníes de esta zona informan de que sus ríos están contaminados por los pesticidas que se utilizan en las plantaciones. Pero según declaraciones de esta mujer guaraní: "Podremos beber agua de nuestra tierra de nuevo. Podremos empezar de cero".

Raízen ha reconocido el abanico de delicados problemas a los que se enfrentan los guaraníes y promete llevar a cabo un "programa de inversión social centrada en la población indígena".

En declaraciones a Survival, Raízen ha dicho: "Queremos utilizar nuestra retirada como un buen ejemplo a seguir por otras empresas. Estamos comprometidos con el respeto a la tierra indígena declarada por el Ministerio de Justicia".

Esta histórica decisión podría sentar un precedente en Brasil, y supondrá el "cese definitivo", antes del 25 de noviembre, de la compra de caña de azúcar producida en tierra declarada indígena por parte de Raízen.

El director de Survival ha declarado hoy: "La decisión de Raízen es una noticia excelente para los guaraníes, que han sido abandonados a su suerte en la cuneta, y expulsados de su tierra por la producción de caña de azúcar. Otras empresas deben seguir el ejemplo de Raízen y dejar de financiar el robo de tierra guaraní. Ya es hora de que el mundo abra los ojos ante el hecho de que el biocombustible brasileño está manchado de sangre indígena".