El gran reto de los profesores fue su adecuación y adaptación a la coyuntura pese a no estar preparados. Los docentes han sido capaces de desarrollar nuevas habilidades para el trabajo remoto en zonas urbanas o rurales.
El contexto de la pandemia del COVID-19 y el inicio de la estrategia “Aprendo en Casa” exigió al sistema educativo y a todos los involucrados a pensar más allá de la escuela, redimensionando que existen diversos escenarios, espacios y tiempos en los que se puede realizar la acción educativa. Este fue un gran reto para los profesores, los cuales se tuvieron que adecuar y adaptar a la coyuntura pese a no estar preparados, señaló Liliana Muñoz, vicedecana de la Facultad de Educación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).
“Los docentes de un momento a otro asumieron el reto de planificar y conducir el proceso de enseñanza y aprendizaje de la modalidad presencial a lo no presencial para dar continuidad al aprendizaje de los estudiantes en un contexto incierto, donde se hizo evidente con mayor fuerza las brechas de las desigualdades sociales, económicas, culturales y educativas”, comentó.
Consideró que es meritorio reconocer que los docentes han sido capaces de desarrollar nuevas habilidades para el trabajo remoto en zonas urbanas o rurales. Sobre la marcha se han apropiado de las herramientas y recursos que brinda la tecnología y la enseñanza móvil para facilitar las actividades, experiencias y recursos y materiales.
Cabe precisar que este 6 de julio, en el que se conmemora el Día del Maestro, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), existen 576,275 maestros que se desempeñan en los diferentes niveles del sistema educativo nacional. Del total, el 90% labora en la educación básica regular, luego en la docencia universitaria, educación básica alternativa, técnico productivo y educación especial.
Aprendizaje experiencial
La vicedecana de Educación de la UPCH mencionó que este aprendizaje experiencial, que va más allá del aula, le ha permitido al docente aprender nuevos conocimientos y prácticas, y esto se evidencia en el reporte de algunos estudios y difusión de experiencias que se van mostrando a través de diversos medios de comunicación.
“Esto es posible no solo por la vocación de los maestros, sino además por su compromiso con los estudiantes y familias, su capacidad para implicarse personalmente ante una situación de incertidumbre a través de la acción reflexiva, por su autonomía para el autoaprendizaje, por la resistencia a seguir adelante a pesar de las condiciones adversas, por la motivación permanente, por la autoconfianza que se evidencia en la responsabilidad y preocupación por el que aprende”, refirió.
Liliana Muñoz resaltó que estas características demuestran la actuación del maestro como persona y profesional a pesar que muchas veces también aparece la frustración, el estrés, miedo y el desamino por las condiciones en la que lleva a cabo su rol formador y la situación de emergencia que hoy vivimos.
Consideró que el Día del Maestro no solo debe ser una celebración más, sino la reivindicación del docente como factor clave para una educación de calidad y que realmente el Estado se comprometa a mejorar la condición laboral y profesional de su trabajo. De esta manera, favorece su bienestar y la respectiva valoración social que merecen. “Feliz día a todas las maestras y maestros, y sigamos trabajando de manera colegiada con la misma responsabilidad y compromiso ético a favor de los niños, niñas y jóvenes de nuestro país”, finalizó la vicedecana de la Facultad de Educación de la UPCH.