Hurtado Miller y el “robo” a la Caja de Pensiones Militar y Policial
¿Quién —mayor de 30— no se acuerda de la noche aquella en que Hurtado Miller, Ministro de Economía del gobierno de Fujimori, anunciaba en todos los canales de televisión la aplicación de un shock económico? La frase con la que —mismo capitán del Titanic— terminó su presentación es de antología: “que Dios nos ayude”, dijo el pelao, anunciando tiempos difíciles para los peruanos de a pie, pero no para los más altos funcionarios de aquel nefasto gobierno, entre ellos Hurtado Miller, quienes saquearon el país a su antojo.
Hace unos días Hurtado Miller, después de 10 años de estar prófugo, se entregó a la justicia y el Poder Judicial, en un acto que ya no sorprende, pero que sí indigna, lo mandó a su casa con arresto domiciliario. Hurtado será juzgado por varios delitos, entre ellos —el principal— el cometido en agravio de la Caja de Pensiones Militar y Policial (en adelante, LA CAJA). El ex fugitivo se apropió del dinero de las pensiones de los militares y policías. Acá les cuento con lujo de detalles la forma cómo lo hizo.
El 3 de enero de 1994, LA CAJA otorgó a CIMEX (empresa de Hurtado Miller) un préstamo por la suma de US$ 9´000,000.00, cuya devolución debía producirse el 23 de diciembre de 1994. En garantía de dicho préstamo CIMEX otorgó a LA CAJA una hipoteca hasta por la suma de US$ 20´850,417.60, sobre el inmueble de su propiedad ubicado en la Av. Nicolás Arriola N.º 2000, distrito de San Luis, Lima, en el que se desarrollaba el proyecto del Mercado Arriola.
Posteriormente, CIMEX refinanció la deuda antes indicada, así como los intereses y los gastos devengados. Como consecuencia de dicho refinanciamiento, LA CAJA emitió un Pagaré por un monto total de US$ 10´260,000.00, con vencimiento al 20 de diciembre de 1995. CIMEX tampoco pagó la deuda refinanciada, razón por la cual LA CAJA, en el mes de marzo de 1996, la demandó judicialmente.
Encontrándose el proceso judicial en trámite, el 31 de julio de 1998 CIMEX transfirió a favor de LA CAJA diversos puestos ubicados dentro del Mercado Arriola por un valor total de US$ 12´360,002.86, correspondiente al monto de la deuda. De esta forma la deuda quedó cancelada vía dación en pago. LA CAJA con esta operación pasó a ser dueña de unos puestos en un mercado, y dejó de ser acreedora de los US$ 12´360,002.86.
Luego de la caída del gobierno de Fujimori, LA CAJA —ya con nuevos funcionarios— dispuso que se tasen los inmuebles antes referidos, descubriéndose que el valor de los puestos ascendía solamente a US$ 2´389,893.56, según la pericia elaborada por el Ing. Rikkets Llosa. Fue así como Hurtado Miller se apropió, aproximadamente, de US$ 10´000,000.00.
Este personaje está de vuelta para ser juzgado por el Poder Judicial; esperemos que con eficiencia y prontitud. Es nuestro derecho como ciudadanos exigir un deslinde claro y tajante con la corrupción, para evitar que personajes de esta calaña vuelvan a instalarse en el gobierno. Ya no es tiempo de pedir ¡Que Dios nos ayude!, el destino de nuestro país depende de nosotros mismos.