La rabia puede más que el razonamiento para algunos

Por Gonzalo Fernández Montagne

Sin haber visto las primeras planas de los demás diarios, la noticia de primera plana y con letra grande que publica el diario El Comercio, el día que Ollanta Humala es prácticamente el nuevo Presidente del Perú, a partir del 28 de julio próximo, es el siguiente:

UN RESULTADO QUE LLAMA A CONCERTAR
OLLANTA 50.9  -  KEIKO 49.1%.


Pero en letra chiquita y escondida en fondo color gris informa que este resultado es el reporte de la ONPE a la 1:37 a.m. al 84.22% de las actas contabilizadas.

Sorpresivamente El Comercio no hace referencia alguna en su primera plana, a los resultados generales anticipados por Transparencia y tres de las principales empresas encuestadoras, que son las cifras a las cuales se aproximará el resultado final, como todo parece indicar. Esto hubiera sido más honorable poner en primera plana, como saludo a la nueva autoridad democrática, que esta manifestación de rabia, que parece haber nublado su razonamiento, y de bajeza, que parece haber sustituido, en ellos, a la nobleza del espíritu.

Además, es curioso que este diario que, obviamente, no es el mismo de antes o por lo menos, no tiene la imagen que tenía, se ponga exigente después de la derrota electoral de su candidato, con la misma actitud prepotente y soberbia de siempre de los fujimoristas, empresarios y periodistas afines, según se he podido percibir en todas sus declaraciones de anoche y de hoy por la mañana en la radio.

Curioso, porque en lo que toca a la concertación, que es uno de los asuntos que ahora les preocupa, Gana Perú la buscó y con ese espíritu enfrentó la segunda vuelta del proceso electoral. Pero estos señores tuvieron el descaro de atacarlo y burlarse de “tamaña actitud” democrática, descalificando sus “sucesivos planes” y resaltando su incoherencia, su falta de credibilidad y su chavismo escondido, muy lejos de mostrar interés conciliador y tolerante.

Sin embargo, al llamado de Gana Perú acudieron personalidades y partidos políticos democráticos con los cuales concertó y logró como resultado la mayoría necesaria para ganar la elección, pero sobre todo los postulados y lineamientos de política que la mayoría del pueblo ha decidido como los más convenientes para el país. Y creo que esa mayoría hubiera sido mucho más amplia de no mediar la campaña mediática, los insultos y la mentira institucionalizada que, quienes ahora tienen el descaro de exigir, inventaron, estimularon y propiciaron; no se me ocurre otra causa que por su falta de educación.

De manera que quienes tienen que hacer el mayor esfuerzo para que sus intereses coincidan con la voluntad popular, son estas personas e instituciones, ahora en la condición de tener que, antes que nada, pedir disculpas al elegido y a sus electores, a quienes ofendieron sin piedad, y que por lo tanto no tienen nada que exigir en este momento. En democracia los que exigen son los pueblos del Perú, y el nuevo gobierno deberá lograr la gobernabilidad respetando el marco jurídico de este sistema político, con la humildad que da la sabiduría, mediante políticas públicas que tengan por objetivo el logro del bien común, y el fiel  cumplimiento de los compromisos adquiridos, principalmente en lo que se refiere a la corrupción, que incluye a corruptores y corrompidos.

Esto último resulta fundamental de acuerdo con la historia de nuestro país y las circunstancias actuales, fuertemente influidas por el régimen de los “diez años” de Fujimori y Montesinos en el poder, cuyos, legado y heredera, han sido derrotados por los peruanos que creemos en el respeto, la dignidad y la decencia como valores que deben regir la vida de relación entre seres humanos, mucho más si somos cristianos, y por eso hemos concordado en que el señor Ollanta Humala acceda a la condición de Presidente del Perú, confirmándolo con nuestro voto democrático.

Lima, 6 de junio de 2011