¿Hacia el comienzo de una administración pública de calidad? (*)
Por Juan Sheput
La migración de técnicos vinculados a Perú Posible en dos administraciones gubernamentales seguidas ha traido una serie de especulaciones. Desde las negativas que, desde el aprismo llaman simple oportunismo a esta migración limitando el interés a lo laboral, hasta las positivas que tienen el amplio abanico que abarca desde la alianza política a la burocracia de calidad.
Preferimos quedarnos con la segunda. Explicaremos por qué. El segundo gobierno de Alan García se benefició de la experiencia que traían funcionarios que habían trabajado en el gobierno de Alejandro Toledo. En efecto, Luis Carranza, David Lemor, Alfonso Velásquez, Allan Wagner, Pilar Mazetti, Mercedes Aráoz, fueron todos ellos, en su momento altos funcionarios de la administración perúposibilista que luego fueron convocados por el gobierno aprista. Nadie habló en ese momento de cogobierno. Por otro lado no vemos en ello nada de incorrecto. El Perú adolece de un gran stock de recursos humanos de calidad y la experiencia pública se debe valorar como un activo del país.
Por eso, si vemos con ojos positivos la "segunda migración" de colaboradores técnicos de Perú Posible, esta vez a Gana Perú de Ollanta Humala, pues deberíamos ver con agrado esta transferencia de conocimiento de la administración pública. Esta situación permitirá que la nueva administración disminuya de manera ostensible su curva de aprendizaje y pueda tomar el timón del gobierno sin mayores contratiempos.
¿Estamos asistiendo al nacimiento de una administración pública de calidad, permanente en el tiempo, independiente del gobierno de turno?
Puede que así sea, sólo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que uno de los fundamentos que ha permitido que países como Finlandia o Nueva Zelanda se conviertan en países muy competitivos es que ambos poseen una administración pública estable, independiente del cambio político y muy profesional. La política de convocatoria abierta de Alejandro Toledo, llamada de "todas las sangres" estaría dando, con el tiempo, resultados.
Claro que no basta con una migración de profesionales para que estemos en calidad de asegurar que marchamos a ser una nueva Finlandia. Se requiere de otros esfuerzos en paralelo. El inicio de una real reforma del Estado, una Ley de Remuneraciones (que ordene la caótica realidad del funcionario público), un eficaz sistema de control y una selección de personal realmente técnica y profesional y no como el fallido intento de SERVIR que requiere una urgente reorganización, son algunos de los emprendimientos que, con el apoyo político, se deben impulsar para tener una administración pública de calidad.
(*) Este artículo se ha inspirado en una pregunta que me hiciera Augusto Álvarez Rodrich en el programa que conduce con Pamela Vertiz en ATV, Primera Noticia.