Río Ramis: desidia total del gobierno
Por Alfredo Palacios Dongo
El 21 de junio pasado cientos de pobladores de Azángaro, región Puno, marcharon más de 50 kilómetros hacia la ciudad de Juliaca en protesta por la antigua y relegada contaminación de la cuenca del río Ramis, exigiendo su limpieza. Tres días después, el día 24, estalló una violencia generalizada donde los manifestantes, provistos de palos y huaracas, tomaron el aeropuerto internacional Inca Manco Cápac, y en los enfrentamientos con la policía murieron seis manifestantes y más de treinta resultaron heridos.
Minería informal vierte metales pesados y contamina el río Ramis
Aunque ningún motivo puede justificar esta suscitada violencia, es necesario reflexionar sobre la desidia del gobierno para resolver, desde hace más de 5 años, uno de los más graves problemas ambientales en la región Puno. El río Ramis con unos 180 kilómetros contaminados atraviesa ocho provincias en un área de 6,700 kilómetros cuadrados hasta su desembocadura en el lago Titicaca. Su peligrosa contaminación es ocasionada por antiguos relaves mineros y por la irracional explotación y depredación de la minería informal desde Ananea hasta Huachani, donde se ubican unos 600 campamentos que vierten al cauce de las nacientes de los ríos residuos de metales pesados –mercurio, cadmio, plomo– contaminando inmensas áreas de cultivo, afectando a miles de familias y colapsando actividades económicas como agricultura, piscicultura, ganadería y turismo.
Las autoridades de las provincias de Azángaro, de San Antonio de Putina y de otras localidades de Puno, desde marzo de 2006 han venido solicitando reiteradamente al gobierno la limpieza y recuperación del río Ramis. En octubre de 2006 se constituyó una comisión multisectorial sin resultados positivos. En julio de 2007 se produjo una huelga indefinida con bloqueos de carreteras generando que en octubre la cuenca fuera declarada en emergencia por 90 días para solucionarse definitivamente la problemática, pero no se asignó presupuesto. En enero de 2008 se amplió la declaratoria por 90 días al no haberse superado la emergencia; según un documento de dicha fecha del Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena), 81 kilómetros de la ribera del río contenían 266,247 metros cúbicos de sedimentos. En enero de 2009 el gobierno prometió priorizar e impulsar su descontaminación, y seis meses después reiteró su ofrecimiento, pero nunca cumplió.
Bajo este panorama el gobierno demostró una desidia total para resolver la grave situación ambiental del río Ramis. No avanzó en lo absoluto en la recuperación de esta importante cuenca, y solo tras la violencia y muerte de seis personas recién acaba de acceder a su descontaminación. Esperemos que de una vez por todas sean eliminados todos sus impactos ambientales, desde los nacientes hasta su desembocadura, y se logre en el corto plazo su restauración ecológica y el restablecimiento de sus servicios ambientales.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de julio de 2011