Puno: Una historia que no debe repetirse
Por: Edwin Barra Mindani
Una minoría no puede decidir nuestro destino.
Los últimos sucesos ocurridos en Puno demandan la necesidad de establecer un punto de quiebre para la ejecución de políticas que garanticen la estabilidad jurídica en el País y de una Nación que ha optado desde hace poco menos de 200 años por ser una república democrática y que basa su existencia en el respeto a la ley, ya que sin esta sería inconcebible la convivencia armónica de una sociedad que tenga objetivos e ideales de bienestar, justicia , seguridad y desarrollo para nuestro País.
Sin embargo creo que el principal problema de nuestro Perú es su fragilidad institucional, la inequidad en la aplicación de la ley y la debilidad del Estado para imponer autoridad en el cumplimiento de su mandato.
Como puneño puedo decir al igual que otras voces que manifestaron su tristeza y desazón de ver con impotencia como unos hacen otra ley con sus manos, violando la paz, la tranquilidad y los derechos de los demás sin que el Estado cumpla con su mandato, con su obligación de garantizar el cumplimiento de la ley, aquella que crea las obligaciones y responsabilidades para los que aceptamos el sistema de orden legal, que nos formalizamos y aportamos aquello llamado impuestos que permite a la administración del Estado financiar programas sociales, construir carreteras, hacer escuelas , obras de electrificación rural, dotar de recursos a gobiernos locales y regionales , que hace posible que todos nos beneficiemos de nuestra vida en comunidad y podamos coexistir en Paz y tranquilidad si todos respetamos y aceptamos cumplir la ley.
Me preocupa Puno y su turismo, conozco a muchos empresarios que se hicieron desde abajo, con seguridad que el Estado no les regaló sus hoteles ni sus vehículos de transporte de turistas, conozco historias empresarios hoteleros de hoy y que ayer cargaban maletas de turistas, y que se rompieron la espalda para tener lo que ahora tienen; hoy, escucharlos otra vez emprendiendo el desafío de lavarle la cara a Puno para que los operadores internacionales puedan nuevamente incluir al lago Titicaca como destino turístico.
Lamentablemente eso no es lo peor, lo será cuando aquellos que vieron lo fácil que es saquear una ciudad, quemar muebles, inmuebles, vehículos y desaparecer documentación con antecedentes policiales, penales y procesos de defraudación fiscal sin la menor resistencia, quieran hacerlo de nuevo. Durante el asalto a los almacenes de aduanas y a las casas comerciales pudieron llevarse todo lo que podían en camiones gracias a que tenían el control del tránsito de la vía Puno - Yunguyo y Puno – Desaguadero; tuvieron además el control de la ciudad bajo amenaza de agresión a todos los residentes que solo atinaban a esperar en sus casas si policías, sin fuerzas armadas, sin Estado. En estas circunstancias se realizaron los más deleznables saqueos a la propiedad pública y privada y se llevaron muchos millones en mercancías.
La pregunta que me hago es ¿Qué pasará la próxima vez cuando ya no sea suficiente y decidan irrumpir en la propiedad de los ciudadanos residentes?
Para los que vivimos esos momentos de atropello, resulta indigno ser objeto de semejante vejación ya que por primera vez se pudo presenciar un estado de sitio establecido por una turba que violaba los principios fundamentales del derecho, que violaba la propiedad y la tranquilidad de los demás y a pesar de ello ver atónitos como el Estado no solo perdía autoridad, sino sucumbía a la ilegalidad.
Esta es la estrategia del comunismo extremista, que ha sumado a su plataforma de ideologización la defensa de los derechos humanos, los conceptos de conservación medioambiental y los conceptos de etnias, indigenismo y pueblos originarios , son parte de un trabajo sistemático que se viene realizando a través de ONGs desde hace mucho tiempo, por eso demando a la opinión pública no caer en el juego de difundir la protesta en Puno como la protesta del Pueblo Aymara ya que estaríamos aglutinando en posiciones étnicas las movilizaciones promovidas por comunistas radicales utilizando el nombre de una nación con la cual me identifico y por la cual tengo el más profundo cariño y respeto.
Pienso que el Pueblo Quechua y Aymara, debe estar atento a no sucumbir a los liderazgos que puedan llevarnos al atraso y a la pobreza, como alguna vez en una discusión con Abran Cahuna pro-senderista convicto y confeso le dije, “El negocio de ustedes es la Pobreza en Puno y ciertamente mientras esta exista tendrán algo que decir y mucho por qué azuzar”.
Sé que muchos Aymaras y muchos quechuas me entenderán, aunque por ahora quizá no tantos, pero ya no debemos seguir callados.
Puno necesita inversiones para generar empleo para nuestros jóvenes, los radicales dirán que se pretende atraer capitales imperialistas para esclavizar a nuestro pueblo.
Necesitamos minería formal porque tenemos enormes yacimientos que pueden generar riqueza y oportunidades para todos cuidando y preservando el medio ambiente ya que en la minería formal eso se puede asegurar, los radicales dirán que quieren quitarle la tierra a los campesinos para llevarse todas nuestras riquezas.
Necesitamos formalizar el comercio pagando un impuesto mínimo, creando la zona de tratamiento comercial y así evitar que la represión solo caiga en el pequeñito que incautan y decomisan su mercadería en los controles de aduana. Los radicales dirán que se le quiere robar al pueblo el fruto de su trabajo para que los corruptos se lleven la plata, buen argumento para que sigan lucrando las culebras.
Se debe imponer el orden frente a la minería informal, rescatar del abuso de la explotación laboral y sexual de tantos menores de edad en esa tierra de nadie, decretar la revisión de las concesiones mineras y reubicar a miles de trabajadores hacia empleos dignos y quebrar una estructura enmarañada en el caos y la desidia del Estado. Los radicales dirán que les quieren quitar su fuente de ingresos y que la defenderán con su vida.
Finalmente debemos promover el respeto al derecho de los demás, no es admisible la posibilidad de que los actos ocurridos en Puno vuelvan a repetirse, no podemos los que creemos en la democracia y en el País aceptar una violación de nuestros derechos por la ausencia del Estado que no asume su rol y su responsabilidad por que ante tal ausencia no nos quedará más a los ciudadanos que crear nuestras propias barricadas y establecer nuestro propio sistema de defensa que nos permita garantizar la integridad de nuestra propiedad y la seguridad de nuestras familias, creo que es tiempo de pensar en prepararnos para afrontar hechos similares.
(*) Ex Candidato al Gobierno Regional de Puno
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