El mito del “buen manejo fiscal” de García
A escasos días del cambio de mando presidencial resulta relevante un balance de la gestión fiscal del segundo periodo de García. Al respecto, en estos días han sido recurrentes los titulares y opiniones de analistas manifestando que la gestión macro-fiscal del país ha sido buena e incluso se ha llegado a calificar de excelente; se nos dice que García aprendió la lección de su primer gobierno. Pero, ¿de verdad la aprendió?
Primero veamos, ¿cómo garantizar un manejo serio y responsable de las cuentas fiscales? Al respecto, la literatura económica es clara al plantear la aplicación de una política fiscal contra-cíclica. La idea de una política fiscal contra-cíclica es sencilla y consiste en que el Estado contraiga el gasto público cuando la economía viene creciendo a tasas elevadas. La finalidad de este proceder es la de poder garantizar fondos que puedan ser gastados y sirvan de impulso a la economía cuando el crecimiento se contraiga. Es decir, gastar menos cuando la economía viene creciendo fuertemente y gastar más cuando el ritmo económico se contrae. De esta forma son morigerados o suavizados los efectos negativos de un escenario de estrés o ajuste económico garantizando la sostenibilidad del crecimiento económico a lo largo del tiempo. En concreto, una política fiscal contra-cíclica puede resumirse en la idea de guardar fondos para la época de “vacas flacas”.
Entonces, ¿se ha aplicado una política fiscal contra-cíclica en este segundo gobierno de García? Para responder a esta interrogante hemos pasado a revisar las tasas de crecimiento reales tanto del Producto Bruto Interno (PBI) como del gasto público¹ para estos ya casi cinco años de gestión aprista (revisar el gráfico).
Gráfico: Producto Bruto Interno y gasto público (Var. % anual real) Aquí.
*/ Incluye consumo e inversión púbica.
Fuente: BCRP. Elaboración Propia.
En conformidad al gráfico uno puede observar que durante la mayor parte de la primera gestión del ministro Carranza no fue aplicada una política fiscal contra-cíclica, sino que ante elevadas tasas de crecimiento, el gasto en lugar de contraerse fue incrementado (“no se guardo pan para mayo”). Luego y en plena crisis económica mundial (segundo semestre de 2008) con la economía local experimentando permanentes contracciones en su tasa de crecimiento, el ex ministro Valdivieso en vez de expandir el gasto para impulsar a la economía, procedió de forma equívoca y lo contrajo; con lo cual se agudizaron más los impactos de la crisis económica. El mundo al revés. Cuando más se necesitaba expandir el gasto fiscal, éste se contrajo.
Ante esta clamorosa inconsistencia fiscal de Valdivieso es que Carranza retorna al MEF y al igual que todos los hacedores de política económica en el mundo expandió el gasto público con el objetivo de estimular la economía. Recordemos el famoso Plan de Estímulo Económico (PEE). Pasada la tormenta, Mercedes Aráoz ocupa la cartera de Economía, durante este periodo se experimentó fundamentalmente la inercia de los rezagos y el fin de la aplicación del PEE. Finalmente, y ya inmersos en plena campaña electoral, el ministro Ismael Benavides opta por sendas incongruencias fiscales. Se reduce el IGV en un punto porcentual, se aumenta en 20% el sueldo de militares y policías, pero a la vez y en pleno proceso de desaceleración económica se contrae fuertemente el gasto público.
De acuerdo a un artículo de la Revista Poder², las dos primeras medidas habrían sido implementadas sin un estudio de impacto fiscal, es decir sin sustento técnico alguno. Acto irresponsable que atenta contra el equilibrio financiero que cada fin de año se establece por Ley. Este proceder fue el detonante para la renuncia del Director General del Presupuesto Público: Roger Díaz. De acuerdo al mismo artículo de Poder, estas cuestionables medidas no provenían del MEF y eran propuestas del mismo presidente Alan García quién esperaba que Carranza viajara para que el encargado de turno por ejemplo Antonio Chang firmara “pedidos fiscales” sin respaldo técnico alguno y entre gallos y medianoches. Haciéndose famosa la frase de Carranza: “En este gobierno, uno no puede ir al baño”.
En suma, durante este segundo gobierno de García no se aplicó una política fiscal contra-cíclica, sino que se tuvo una sumatoria de devaneos e inconsistencias fiscales, cuyo protagonista central fue el presidente García. Solo con la crisis encima y el colosal error de Valdivieso es que se experimentó una tardía reacción contra-cíclica. Sin embargo, esta gestión fiscal deja como principal legado a los crecientes déficits fiscales estructurales³ obtenidos durante estos cinco años. La conducta muchas veces irresponsable de García ha sido crucial para este resultado. Por lo tanto, estimado lector no se “coma el cuento” de una exitosa y disciplinada gestión fiscal y saque usted sus propias conclusiones.