Perú. Señales de avance y atentado sospechoso

Por Gustavo Espinoza M. (*)

Tres señales de avance ha lanzado al país el gobierno que preside Ollanta Humala en los pocos días de gestión, al tiempo que se ha registrado en Lima un atentado más que sospechoso y que casi costara la vida a una niña de 9 años. Estos hechos han marcado la atención ciudadana en la semana, y han abierto una perspectiva compleja en la etapa que se inicia.

 

Instalado en medio de gran solemnidad, el Presidente Ollanta Humala debió enfrentar desde el inicio la intolerancia activa de la Mafia Fujimorista que distorsiona el escenario nacional y alienta prácticas golpistas de viejo cuño.  Las intenciones de este segmento de la oposición se perfilaron a partir de la actividad de la bancada parlamentaria de “Fuerza 2011”, liderada en la  circunstancia por Marta Chávez Cossio, quien pasó 40 de los 50 minutos del mensaje del Jefe del Estado vociferando contra la nueva administración. Hoy, persiste en considerar que Humala no es Presidente de la República y llama por tanto sin muchos requiebros a un Golpe de Estado que “devuelva la confianza a los peruanos”, es decir, que vaya a mantener intocada la sacrosanta Constitución de 1993, impuesta por la dictadura de entonces.

Obrando con agilidad y destreza, el nuevo gobierno ha salido al paso de esta ofensiva procurando demostrar su voluntad de gestión. Para este efecto, ha esbozado señales inconfundibles: Veamos.

A diferencia de los políticos tradicionales, los representantes del nuevo régimen toman acciones concretas para que la población sepa que las promesas electorales en verdad se cumplen. Carlos Herrera Descalzi, titular del Portafolio de minería anunció que el impuesto a las sobreganancias mineras —uno de los compromisos más formales de Gana Perú— se aplicará antes de fin de año. Este impuesto, que no tendrá carácter retroactivo, funcionará desde el 2011 y le permitirá al Estado elevar sus ingresos por la explotación de los recursos mineros para asegurar al mismo tiempo el cumplimiento de los programas sociales en marcha. Ellos -como la Pensión 65, el reajuste del salario mínimo y las propuestas en materia de educación y salud- también entrarán en vigencia este año de modo que la ciudadanía podrá tener una prueba concreta de que el gobierno ejecuta sus proyectos.

El cuadro comparativo de las utilidades obtenidas por las principales empresas mineras que operan en nuestro país muestra que cada una de ellas ha duplicado y aún triplicado sus ingresos en los dos últimos años, sin que eso haya redundado en beneficio alguno para el Perú. Consorcios de significativa importancia  como la BHP Billiton, la Tech, Newmont, Freport, Xstrata, Barrick y Southern, han obtenido ganancias excepcionales con motivo del alza de los precios de los metales en el mercado mundial; pero también por la sobre explotación de nuestros recursos. Dichas empresas han multiplicado sus operaciones y han extraído oro, plata, cobre y otros minerales, contaminando severamente el agua de los ríos, el medio ambiente y afectando la vida de las personas. Gracias a ese accionar, por ejemplo, la localidad de La Oroya, situada a apenas 3 horas  de Lima y ubicada por encima de los 3,800 metros de altura sobre el nivel del mar; tiene el 96% de la contaminación ambiental, como consecuencia de ello, el 97% de los niños menores de 14 años que allí viven tienen ya los pulmones severamente afectados por el plomo.

El segundo mensaje claro tiene que ver con la política exterior. A partir de la gestión del titular del sector, Rafael Roncagliolo, la política  internacional del Perú mirará de manera preferente a la región y su mercado natural será el creado a la sombra de UNASUR. Esto implicará, por un lado, una toma de distancia frente a las grandes potencias —como los Estados Unidos— pero también un acercamiento a los países vecinos que desarrollan procesos de cambio y  combaten la pobreza  con energía. Fortalecer la relación con Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay y los países de América Central y el Caribe —incluyendo Nicaragua, El Salvador y   Cuba— será por cierto un signo claro en la nueva política exterior del Perú. Integración y solidaridad en el área andina y latinoamericana serán las banderas de nuestro nuevo rumbo en el empeño por construir un  modelo de unidad continental para hacer frente a las presiones del Imperio.

Un tercer mensaje ha sido dictado desde el Congreso Nacional. La mayoría parlamentaria, construida por Gana Perú con el apoyo de otras bancadas, resolvió sancionar con 120 días hábiles de suspensión parlamentara a  Martha Chávez Cossio, principal protagonista de los deplorables acontecimientos del 28 de julio. Esta medida, más que “asustar” a la Chávez, se orienta a advertir a la oposición que el gobierno se le respeta; y que no se tolerará en el futuro provocaciones de ninguna índole. Como se sabe, Gana Perú cuenta solamente con 47 congresistas de un total de 130. Pero ya logró elegir a la Mesa Directiva de la Cámara —liderada por Daniel Abugattás— con 93 y sin rival alguno y obtuvo 73 votos a favor de la sanción contra la Chávez, pese a los aullidos de una oposición fragmentada y dispersa. Aunque los medios de comunicación al servicio de la Mafia han intentado desnaturalizar los hechos presentando a la sancionada como víctima, lo real es que el 69% de los peruanos condenaron en su momento la actitud de esta parlamentaria que no encontró eco ni en su propia bancada.

Los tres pasos anunciados por la administración Humala, confirman la idea de que el Perú avanzará por el carril izquierdo de la carretera latinoamericana

Y fue en este nivel de la confrontación que se produjo, la tarde del jueves 4 de agosto un atentado en extremo sospechoso. Desde dos automóviles no identificados, personas fuertemente armadas atacaron un vehículo del congresista Renzo Reggiardo en el que circunstancialmente se encontraban su esposa y su hija. Los agresores lograron herir a la niña que pudo, sin embargo, salvar su vida, y huyeron al ser repelidos por la seguridad del parlamentario, cuyo coche registró finalmente 9 perforaciones de bala.

¿Qué pretendían los extraños atacantes que operaron en una solitaria calle del distrito de San Borja al caer la tarde el jueves pasado? ¿Matar al congresista? ¿Apoderarse del vehículo y robarlo? ¿Secuestrar a la esposa del atacado o a su hija? ¿Intimidar a la ciudadanía con este atentado demencial?

Por lo pronto, la agresión se produjo cuando el parlamentario no se hallaba en el vehículo sino en el interior de una oficina particular en la que trabajaba. Eran la esposa y la hija las que lo esperaban en la honda 4x4 agredida.  Esta unidad móvil quedó con 9 impactos de bala, lo que permite suponer que no era llevársela, lo que tramaban los atacantes, que podrían haber intentado apoderarse del vehículo sin hacer uso de armas de fuego. La eventualidad de un secuestro es también remota dado que a la esposa le arrancaron su cartera y a la hija le dispararon en el tórax. Si la intención hubiese sido apoderarse de esas personas, no habrían actuado de ese modo. Daría la impresión que el móvil, fue otro: agravar al extremo el clima de violencia presentado ante los ojos del gobierno un hecho consumado: la agresión criminal contra un Padre de la Patria. Eso podría facilitar la adopción de medidas extremas que pintaran de negro la gestión oficial.

El congresista Reggiardo fue, en el parlamento cesante, miembro de la bancada parlamentaria del fujimorismo aunque se alejó de ella  en la última etapa del gobierno de García. Hoy, reelecto en una coalición distinta, integra una nueva bancada: Coalición Parlamentaria, con representantes del APRA y un disidente de Perú Posible ¿Habría alguien interesado en acallarlo o en castigarlo por su conducta pública? ¿Cuál sería esa fuerza?

Estas incógnitas habrán de despejarse en la medida que se investigue seriamente, y sin prejuicios, el hecho consumado. Lo que se deduzca de la investigación podrá hacer luz tanto sobre las motivaciones, como sobre la identidad de los autores del ataque. Una insuficiente indagación podría concluir adjudicando al acontecimiento una connotación delictiva ordinaria, improbable por cierto. En todo caso, el tema está planteado. Hay en el Perú —los hubo también antes— quienes buscan crear un clima de violencia generalizado, de intimidación colectiva y de desgobierno y caos; que les permita clamar por la instauración de un orden vertical y arbitrario en extremo, de corte fascista. Forzar a las autoridades a reprimir con salvajismo cualquier expresión delictiva, sería un paso en tal sentido. Y busca jugar dos posibilidades: o el gobierno se aviene a esa política, o se le acusa de incapaz y se busca reemplazarlo por otro que sí se muestre presto a ello.

Lo sensato, entonces, es investigar seriamente lo ocurrido. Capturar a los autores reales del ataque y descubrir a quienes operaron tras el mismo. Será esa la única manera de desmontar operaciones de este signo (fin)
     
(*) Del Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera / http://nuestrabandera.lamula.pe