Instalación: Congreso evidencia incapacidad e indecencia
Por Rocío Ferrel
Congresistas sin sangre en la cara están cobrando gastos de instalación (S/.15,000) otorgándose este privilegio por encima de los demás empleados públicos, quienes no reciben este beneficio pese a que sus sueldos son muy inferiores.
Instalación es un concepto que se paga a los empleados que deben salir de su lugar de origen para moverse a otra ciudad y trabajar allí, pero si esto no se otorga a los empleados públicos, ¿qué corona tienen los congresistas? Como ellos legislan, en este caso se olvidan de la igualdad ante la ley frente al resto de los trabajadores estatales.
Lo único justo es que este pago de “instalación” se elimine en todo el sector público o se otorgue únicamente a los trabajadores que perciben remuneraciones cercanas al sueldo mínimo, quienes pasan penurias para instalarse en otras regiones, no a gente que goza de sueldos, gratificaciones y bonificaciones de privilegio, como los parlamentarios.
El hecho de que los congresistas vengan de provincia tampoco es justificación porque desde el momento en que postulan ya saben que tienen que efectuar este gasto. En todo caso, como el resto de trabajadores públicos, pueden llegar a Lima y vivir un mes de austeridad hasta cobrar su primer y suculento sueldo en lugar de succionar al Estado por este concepto.
El Estado tiene muchas necesidades graves sin atender, como las heladas que matan niños en la sierra, como para estar derrochando en esta clase de gente.
Incapacidad y e indecencia
Los congresistas que no cobraron esta gollería se rasgan las vestiduras y señalan que “no es ético” cobrarlo, sin embargo, ¿por qué no modificaron la norma que les permite esta sangría al Tesoro Público para cortarla de una vez por todas? ¿Por qué esperaron que el pago esté servido en lugar de anticiparse a poner coto a esta parasitación del erario nacional? No es suficiente la cándida respuesta de “yo no cobré”, no haber actuado con previsión es complicidad o negligencia.
Tampoco es señal de decencia decir “lo donaré”, porque eso no debe ser una dádiva, simplemente debe eliminarse. Recordemos además que puede haber mentira en el hecho de decir “no estoy cobrando”, porque por ahora puede ser cierto, pero si no hacen saber por escrito su decisión al Congreso pueden cobrar después de mucho tiempo.
Esta es una pésima señal para este nuevo Congreso que dice que quiere “limpiar su imagen”. Todo parece indicar que tendremos que tolerar por cinco años más a gente mediocre, a menos que se apruebe la ley que reduce el tiempo de duración del cargo de congresista.
Recordemos a los sujetos representantes de Lima que con todo desparpajo cobraron por “instalación”, para no volver a votar por ellos:
Martín Belaunde, de Solidaridad Nacional
Esther Capuñay, de Solidaridad Nacional
Martha Chávez Cossío, de Fuerza 2011
Leyla Chihuán, de Fuerza 2011
Julio Gagó, de Fuerza 2011
Luis Iberico, de Alianza para el Gran Cambio
Luciana León Romero, del APRA
José León Luna Gálvez, de Solidaridad Nacional
Daniel Mora Zevallos, de Perú Posible (Ministro de Defensa)
Luz Salgado Rubianes, de Fuerza 2011
Cecilia Tait, de Perú Posible
Aurelia Tan, de Fuerza 2011
Michael Urtecho, de Solidaridad Nacional
Giancarlo Vacchelli, de Fuerza 2011
La lista completa de los individuos que cobraron por instalación (incluyendo reelectos de provincia que ya no tienen que instalarse, como Gabriela Pérez del Solar) la puede ver aquí.