Por: José Sosa
La Democracia, bajo el concepto capitalista clásico (liberal ó privado), está sentada sobre un Estado Solidario, donde tanto empresarios como trabajadores, contribuyen con sus tributos, para el sostenimiento de todo el aparato estatal (gobierno central y gobiernos regionales), orientado a brindar a sus contribuyentes una sociedad de Bienestar Común, donde es básico para el desarrollo de sus metas y objetivos, el gobierno soberano de sus políticas fiscales, con la administración independiente, sin injerencia ni mandatos externos (FMI/BM), en la cartera ministerial de Economía y Finanzas Públicas, así como el gobierno de sus políticas cambiarias, en el Banco Central, amparados en la libre determinación de los pueblos, para administrar sus destinos.
Para la administración idónea y equitativa, el gobierno central (ejecutivo unicameral, legislativo y judicial), tienen que participar conjuntamente con los gobiernos regionales (consejos regionales), en la toma de decisiones políticas, priorizando los intereses nacionales (sociales y económicos), comunes y en orden subsiguiente inmediato, las necesidades regionales. Es muy importante que el marco jurídico nacional, garantice la autoridad del Gobierno Central para la Integración Nacional, pero sin que, le reste autonomía a las regiones, especialmente en el ámbito de la captación de recursos económicos complementarios, como la aplicación de tributos complementarios a los sectores económicos, que afecten irreversiblemente los Recursos Naturales No Renovables, y donde las ganancias empresariales sean mayores a las ganancias proyectadas, sobre éstos, para que el Estado, también se beneficie de esta buena gestión empresarial y/o por causas externas en bonanzas de precios, con impuestos a las sobreganancias.
Es común que en una nación soberana, haya regiones ricas y pobres, sea por sus Recursos Naturales propios (incluidos los Recursos Humanos Manuales y el Capital Humano Intelectual y Calificado), por su Desarrollo Industrial, Agroindustrial, Agrícola, Manufacturero, Artesanal y/o de Servicios ó por su Movimiento Financiero y/o Comercial. El Estado Solidario, tiene como fin supremo el Bienestar Común, y la única forma de brindarla, es de manera equitativa, primeramente integrando todo el territorio nacional con sistemas de Conectividad, distribuyendo todos los recursos fiscales proporcionalmente al tamaño de la población, tanto en recursos humanos y logísticos, obras de infraestructura públicas y mantenimiento.
El Estado Solidario es el sostén del Bienestar Común, como su único objetivo y fin supremo. Si se pierde este objetivo, solo para favorecer a una pequeña élite social, política y/o económica, se habrá perdido el Estado Solidario, y la Democracia como se concibió, solo se convertirá en la Dictadura Civil y/o Militar, de una pequeña élite privada ó estatal. El único concepto de Estado de Bienestar Común ó Sociedades de Bienestar, es la satisfacción de todas las necesidades básicas de toda la población (ricos y pobres), donde tanto empresarios como trabajadores contribuyen con sus tributos, equitativamente, y adquieren derecho a la Seguridad Hídrica y Alimentaria, Sanitaria, Educativa, Energética, Ciudadana, Defensa Nacional y de Conectividad. De tal manera que tanto empresarios como trabajadores, desarrollen sus actividades económicas sin tropiezos, y contribuyan normalmente con sus contribuciones fiscales, para que el estado desarrolle sus funciones naturales, para brindar una Sociedad de Bienestar.
Pero, lo que nunca debe hacer un Estado, es delegar totalmente, sus funciones naturales a terceros, cuyos fines son solamente lucrativos, y peor aun, sin control de metas ni objetivos y sin regulaciones que limiten sus ambiciones económicas (sobredimensionando el Presupuesto Nacional, en perjuicio de los contribuyentes, sin mejoras en la cantidad ni calidad de los servicios), abusando y trasgrediendo las leyes nacionales e internacionales, tributarias, laborales y medioambientales. Está por demás comprobado, que la Tercerización de Servicios Públicos a Privados, sean básicos ó de concesiones productivas, significan por lo menos el 100% de más, sobre las pérdidas en el erario nacional, con relación a las Empresas Estatales, solo por actos de corrupción.
Y por último es necesario, que para mantener el Estado Solidario para el Bienestar Común, se tienen que establecer un marco legal severo y sin concesiones a la corrupción (calificándolos como traidores a la patria, con juicios sumarios muy cortos, con prisión efectiva y el embargo de todos sus bienes), porque la corrupción y la impunidad institucionalizadas, juntos son los peores enemigos de las Sociedades de Bienestar, porque convierten al Estado Solidario, solo en una Sociedad del Bienestar Privado, para el beneficio directo de las empresas privadas involucradas y de autoridades gubernamentales de turno (centrales y regionales).