alan garcia 172Escribe: Eduardo Bueno León
 
El fraude contra Lourdes Flores en la primera vuelta de las elecciones del año 2006 fue denunciado por don Isaac Humala. Encorajinado, al día siguiente de los resultados de la segunda vuelta, comenzó a hablar de fraude contra la pepecista. Los militares que rodeaban a Ollanta debieron tener la información –más no la evidencia– y la cosa se filtró en el ámbito familiar.

Semanas antes, Lourdes Flores y su principal personero amagaron con impugnar los resultados a favor de García en la primera vuelta, y también hubo insinuaciones de fraude. Se verificó un vacío mediático en contra de ellos.

Finalmente, el día en que  Lourdes dio su conferencia de prensa para aceptar los resultados, lo hizo entre lágrimas y con la furia contenida de su personero Xavier Barrón. Solo sabía que, inexplicablemente, perdió 67 mil votos en mesa. ¿Personeros alanistas? ¿Militares camuflados? ¿Gente del SIN?

Los fraudes de la "modernidad" se hacen al estilo Bush contra Al Gore, Calderón contra López Obrador. Se cierran los resultados a menos de 0.5%, se opera en mesas o se introducen algoritmos en las computadoras que alteran la tendencia. Se dispone  una enorme presión mediática y se genera miedo en la gente. El resto es cosa de lobbies, poderes fácticos y compromisos bien aceitados con jueces y fiscales. La ley es la ley. Y por supuesto ni Calderón ni Bush operaron ningún fraude, lo hicieron sus subordinados y aliados que pusieron el pecho.

Pero en el Perú las cosas se hacen más a la criolla. García tan pronto supo de los escenarios para la segunda vuelta, se "ofreció" a los poderes fácticos y a la oligarquía minera, como una auténtica mesalina romana (aunque con menos kilos). Con su carisma y con el voto duro del APRA podía detener a Ollanta y su "chavismo". También hizo gestiones ante la embajada de los EE.UU. —a través de Jorge del Castillo— para que aumentara la presión sobre Lourdes Flores y dar "garantías" que el TLC se aprobaría y no tocaría las ganancias de los accionistas norteamericanos de las empresas mineras. Echaría de paso al "chavismo" a patadas del Perú.

El resto fue una campaña mediática e ideológica de intoxicación para satanizar al nacionalismo y sus líderes. Campaña que siguen creyendo sólo los cacasenos de la "mística", los huamanes y las boas amazónicas, vulgares chaveteros dentro del APRA.

Al final García ganó, pero si alguna vez tuvo alma, esta ya estaba vendida de antemano. Le entregó el gobierno a los lobbies —qué mejor garantía sobre su reconversión— lanzó al APRA al basurero, al igual que sus promesas y propuestas, puso a un ambicioso dictador al frente del Partido Aprista y dejó "correr" a del Castillo que se presentó como el "gran operador" de los apoyos para la victoria del año 2006. Su gente, desde la PCM no se cansaba de difundir la especie de que Alan sin Jorge no hubiese podido ganar la elección. Y que en 2011 le tocaba a del Castillo tentar la presidencia. Palabras más, palabras menos, es lo mismo que dijo el marino Feijoó en los tribunales durante el juicio de las escuchas de la empresa BTR. El "chuponeo" era mucho más eficaz que organizar a las masas y empoderarlas para la acción colectiva y política.

Pero suponiendo que García ganó limpiamente, o con fraude en la primera vuelta de las elecciones del año 2006... ¿qué necesidad tuvo de destruir al APRA?

Mayo 27, 2013


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