CPC Luis Alberto Latínez Carpio*
Una de las ideas fuerza de Humala en su campaña electoral para ser elegido Presidente de la República fue que la HONESTIDAD MARCABA LA DIFERENCIA, es decir, que en caso de ser Gobierno, el mismo se distinguiría de los Gobiernos anteriores, en los cuales campeaba la corrupción, comprometiéndose a luchar contra esta lacra de la sociedad.
Si bien es cierto que siempre ha existido la corrupción en nuestro país, los mismos no fueron impulsados desde el Estado, que si ocurrió en el Gobierno de Fujimori. Recuerden que el clímax de la corrupción se dio en dicho Gobierno, donde una MAFIA, encabezada por Fujimori y Montesinos gobernó nuestro país, algo inédito en el mundo.
En el Gobierno de Fujimori observamos impávidos como en la salita del Servicio Nacional de Inteligencia (SIN) desfilaban los representantes de los grupos de poder, mostrando sus miserias, pues eran coimeados o pedían favores, entre otras granjerías.
Cuando concluyó la Dictadura de Fujimori, teníamos la esperanza de que los gobiernos democráticos de Valentín Paniagua, Alejando Toledo, y de Alan García combatieran y extirparan el cáncer de la corrupción, lo cual no ocurrió, más bien se dieron otros casos de corrupción, que constituyeron escándalos.
En el caso del Gobierno de Humala, la lucha contra la corrupción es otra de sus promesas incumplidas, pues la corrupción continúa y también las realiza. Así tenemos:
—La campaña electoral de la Sra. Nadine Heredia es con los recursos del Estado.
—Asignación de Licitaciones y Obras del Estado a personajes que financiaron su campaña electoral.
—Dar trabajo a la familia y entorno de la Sra. Nadine Heredia, mientras que la mayoría de peruanos tiene problemas para conseguir trabajo y si lo consigue le pagan sueldos de subempleados. Aprovecharse del Estado también es corrupción.
—Elevar los topes salariales en el Estado también es corrupción, porque todavía el 30% de peruanos es pobre y está en la pobreza extrema. Los sueldos en el Estado se han elevado hasta S/ 40,000 mensuales y adicionalmente un plus, mientras que la mayoría de asalariados en el país percibe sueldos por debajo de S/ 1,200 mensuales.
La corrupción campea en todas las esferas del Estado.
La coima del 10% y hasta el 20% por asignación de obras, licitaciones, adquisiciones de bienes y servicios continúa. Esta práctica también se da en los Gobiernos Regionales y en los Gobiernos Municipales.
Lo más grave de todo es que estamos conviviendo con la corrupción, pues estamos llegando al extremo de elegir a personajes corruptos.
Actualmente apreciamos en todos los medios periodísticos cómo la clase política continúa con las prácticas corruptas.
La clase política peruana lo que siempre ha hecho y continúa haciendo es politiquería y no política. Decimos que hace politiquería, porque utiliza la política para su beneficio personal y enriquecimiento
Se sigue cumpliendo lo que manifestó el Maestro Manuel Gonzales Prada: “El Perú es un enfermo que donde se pone el dedo brota pus”.
También debemos tener presente el legado del Maestro Víctor Raúl Haya de la Torre, quien se inició en la vida política luchando y denunciando a la clase política, por corrupta y vendepatria.
Al respecto, si bien es cierto que los peruanos estamos optimistas con nuestro futuro como país, debemos seguir el ejemplo de los Maestros Víctor Raúl Haya de la Torre y Manuel Gonzales Prada, luchando para erradicar el cáncer de la corrupción.
Esta lucha contra la corrupción también es contra nuestra clase política, lo cual traerá como consecuencia que surja una NUEVA CLASE POLÍTICA, la misma que tendrá que hacer política y no politiquería, es decir, que prime el interés nacional por encima de sus intereses particulares.
CPC Luis Alberto Latínez Carpio*
Asesor y consultor de empresas
