Se puede decir que han confluido varios factores en la prolongada ausencia de lluvias en la sierra sur del Perú y en las inclementes heladas que han destruido cultivos, todos ellos relacionados al cambio climático.
La temporada de lluvias en la sierra sur se inicia en diciembre y termina en abril. Los cultivos están supeditados al agua de lluvia y los territorios de pastoreo dependen de la vegetación que crece con estas precipitaciones pluviales. Y el agua que riega los cultivos en los valles está supeditada a su vez a las precipitaciones en las zonas altas que discurren por los ríos.
Según recientes alcances de la Gerencia Regional de Agricultura de Arequipa, la sequía y sobre todo las heladas han ocasionado una pérdida aproximada de 15 millones de soles, y sólo en la zona alta del departamento unas 1200 hectáreas de cultivo habrían sido afectadas. Además, se calcula que 18 200 animales enfermaron de neumonía y varios perdieron a sus crías. En los valles de Caravelí, dónde aun no se ha contabilizado la afectación, los productores han visto como sus aceitunas han dejado de crecer y se arrugan por falta de agua. Aunque la demanda hídrica estaría garantizada para la campaña agrícola del 2014, no se escucha mucho de cómo se ayudará a los productores que han tenido pérdidas económicas importantes.
En Puno, según la Dirección de Información Agraria de la región, el panorama también es sombrío. El 17% de cultivos quedó dañado a consecuencia de las granizadas y heladas que se presentaron y que afectaron mayormente los cultivos de papa y quinua. El 38% de los sembríos de papas sufrió daños, así como también el 43% de los sembríos de quinua, mientras que otros productos también sufrieron daños pero en menor proporción. Entre las provincias que reportaron la mayor cantidad de daños figuran: San Román, con una pérdida de 5356 hectáreas y 2699 afectadas; Azángaro, que perdió 3565 hectáreas y tiene 10 699 afectadas; Melgar, con 1655 hectáreas pérdidas y 6316 afectadas; Lampa con 2321 perdidas y 4415 afectadas.
Entre Tacna y Moquegua, las partes altas y los valles interandinos que configuran su geografía, también han sido afectados. Los mayores estragos se han reportado en las provincias de Tarata y Candarave en Tacna. En el sector ganadero se reporta que hay 120 familias alpaqueras afectadas por las heladas. En Moquegua, los distritos más afectados fueron los de Ichuña, Yunga, Lloque, Chojata, Ubinas Puquina, sobre todo en sus sembríos de papa, maíz y en la crianza de camélidos.
Todos estos estragos están afectando directamente a los productores pues se descapitalizan al perder su cosecha o al ver mermado el rendimiento o la calidad de sus productos. El Ministerio de Agricultura y Riego ha anunciado nuevamente la dotación de un Seguro Agrícola Catastrófico (SAC) para cubrir 329 443 hectáreas en ocho regiones del país: Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Pasco y Puno, dejando a muchas regiones del sur fuera.
¿Cuáles son las lecciones que podemos sacar de esta situación? Tenemos la necesidad de contar con un sistema de evaluación de daños eficiente y rápido, exigir una mayor inversión en proyectos de adaptación al cambio climático a los gobiernos regionales y pedir explicaciones a las autoridades regionales sobre cómo se están materializado sus Estrategias Regionales de Cambio Climático. Hay tareas pendientes que merecerían ser seguidas con lupa para que el próximo año haya menos afectados en el sector agropecuario.
desco Opina - Regional / 7 de marzo de 2014