Julio A. Mendoza García
Ayer se produjo un hecho inédito durante la vigencia de la Constitución neoliberal de 1993, la del condenado Alberto Fujimori. El congreso votó sobre la confianza al Gabinete de René Cornejo con 42 votos a favor, 6 en contra y 73 abstenciones, en segunda votación. Así, ese gabinete ha sido rechazado.
Todo indicaría que la “rebelión en la granja” se debe a la excesiva injerencia de Nadine en el gobierno, “siendo sólo Primera Dama”. Lo más condenable, para el aprofujimorismo, es “el atentado contra el protocolo en Chile al desfilar por la alfombra junto al Presidente Ollanta” junto con “haber provocado la caída de César Villanueva”. Es decir, en apariencia, esta crisis política se produce por caprichos de Nadine.
Es cierto, esta última crisis fue precipitada por Nadine. Se opuso al aumento de la remuneración mínima vital, anuncio del entonces Primer Ministro Villanueva como “compensación política” al repudiado “aumentazo” a los ministros. Al responder Villanueva que esa era una “opinión de la Primera Dama” (que no era vinculante), le salió al encuentro su propio Ministro de Economía, Luis Castilla para señalar que “nunca se ha tratado el aumento de la RMV en el gabinete”. Lo que provocó la renuncia del Premier y, por tanto, la caída de su gabinete.
Nos detendremos en esto. ¿Quién manda a quién? ¿Nadine ordenó a Castilla que la apoyara? ¿O Castilla sale a enfrentar a Villanueva porque no le hace caso a Nadine? La respuesta afirmativa es a la segunda pregunta. ¡Esto no está agenda! bramó Castilla, refiriéndose al aumento de la RMV. Ni siquiera dijo “lo estudiaremos”. Así de simple y duro ¡NO ESTÁ EN AGENDA! ¿Quién lo dice? El súper Primer Ministro (en la sombra) de la CONFIEP, el FMI y el BM.
Recordemos que “establecer una Remuneración Mínima Vital desde el estado es intervención directa en economía”. Y esta intromisión “es tóxica” para el neolibe-ralismo. Las remuneraciones deben ser establecidas por el mercado. Esto es lo esencial para ellos. Así que cuando mandan a decir a Nadine que “el aumento de la RMV no está en agenda” es una expresión de que el neoliberalismo está a la ofensi-va en su profundización. Como vemos, no es un tema baladí.
Y en esto, Nadine le ganó a Alan. Dijo música celestial para los oídos de la granburguesía financiero-extractiva-intermediaria. Porque al final, en esta democra-cia, falsa democracia, “el poder fáctico” mayor (expresión de moda para no decir la clase dominante) es la granburguesía, representada por la CONFIEP.
Por eso es que la confederación de intereses de los (grandes) empresarios del Perú, llamó a votar por la confianza al gabinete Cornejo. Por eso se ha indignado que el Congreso no le haya dado el voto de confianza. Alfonso García Miró Peschiera, Presidente de la CONFIEP, se indignó anoche por los resultados, en caliente, en el Programa de Jaime de Althaus. “Esa votación parece de un Congreso de una República bananera” dijo. Así es que no nos equivoquemos, la clase dominante está con Castilla y Nadine, con la profundización del neoliberalismo.
Entonces, la oposición en el Congreso ¿se ha vuelto antineoliberal? Tampoco. El aprofujimorismo, después de anunciar que votaría en contra, para no chocar con la CONFIEP y por “respeto a los buenos ministros del gabinete (léase Castilla) de Cornejo” cambiaron a abstención. ¿Quién es el papá? CONFIEP.
La votación se explica, principalmente, porque:
Ya se dio el partidor electoral y tienen que ganar votos, si hasta a los maestros “han defendido” quienes aprobaron la Ley de Reforma (anti)Magisterial.
Hay que ocultar los escándalos de los narcoindultos de Alan, la adquisición de suntuarias residencias por Toledo, el enésimo juicio por corrupción a Fujimori (caso de los diarios chicha), la bajada del precandidato Secada del PPC.
Hay que recuperar el prestigio del Congreso (léase de los otorongos) que está por los suelos, considerado, en las encuestas, como la institución más corrupta.
Hay que auparse a la indignación del pueblo por el aumentazo de los Ministros, el alza del costo de vida y la devaluación de los sueldos y salarios.
Por eso nomás, porque contra el neoliberalismo, su continuación y profundización, no estarán jamás los Ollantistas, fujimoristas, apristas, castañedistas, pepecistas ni acuñistas.